El presidente de Chile, Eduardo Frei, inaugurará este jueves la central hidroeléctrica Pangue, rechazada por comunidades indígenas y cuestionada por el Banco Mundial por incumplimiento de compromisos sociales y ambientales.
Dirigentes de cinco comunidades pehuenches hicieron pública este miércoles una carta, entregada el martes en el palacio presidencial de La Moneda, en que pidieron a Frei abstenerse de inaugurar la central, que no tuvo respuesta de las autoridades.
La central Pangue, situada en el curso superior del río Bíobio, unos 500 kilómetros al sur de Santiago, fue construida con créditos de la Corporación Financiera Internacional (CFI) del Banco Mundial, que en febrero retiró su respaldo a la obra.
El Consejo Nacional Indianista y organizaciones ecologistas que se sumaron a los pehuenches, acusaron al gobierno de Frei de respaldar a Endesa, el consorcio propietario de Pangue, en su actual enfrentamiento con el Banco Mundial.
Sara Larraín, de la Red Nacional de Acción Ecológica (Renace), Manuel Baquedano, del Instituto de Ecología Política (IEP), y José Segovia Patara, del Consejo Nacional Indianista, calificaron de "altamente inconveniente" la presencia de Frei en la inauguración de Pangue.
Los dirigentes anunciaron que la próxima semana se entrevistarán en Río de Janeiro con el presidente del Banco Mundial y la CFI, James D. Wolfensohn, para pedirle que "ejerza al máximo la vigilancia" sobre Endesa que en Chile "lamentablemente, el gobierno no ejerce".
Wolfensohn advirtió en febrero al gobierno chileno que las evaluaciones de Pangue encargadas por la CFI demostraron que Endesa no cumplió obligaciones ambientales y sociales contraídas al solicitar los créditos.
El consorcio energético no evitó impactos sobre el ecosistema del Bíobio ni llevó a cabo tareas para la preservación del patrimonio cultural y étnico de las comunidades pehuenches, y tampoco respetó sus tierras ni mejoró sus condiciones de vida, según los informes.
Larraín, Baquedano y Segovia Patara, recordaron que Pangue no sólo fue cuestionada por organismos internacionales, sino también en Chile, donde organismos públicos denunciaron a Endesa ante los tribunales por no violar la legislación ambiental.
"Usted no debería venir a nuestra tierra a estar con los de Endesa, sino que con nosotros, señor", reza la carta pública a Frei de los jefes de cinco comunidades pehuenches, quienes ratificaron los cargos contra el consorcio.
Los grupos ecologistas y el Consejo Nacional Indianista dijeron que el gobierno tiene un "doble estándar", ya que declinó intervenir en la pugna Endesa-CFI aduciendo que es "una disputa entre privados" y ahora da un "espaldarazo" a Pangue con la asistencia de Frei y sus ministros a la inauguración.
Endesa, surgida de la privatización de la antigua Empresa Nacional de Electricidad bajo la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90), es el consorcio chileno de mayor presencia internacional, con inversiones en Argentina, Perú y Brasil.
La compañía refutó las críticas a Pangue con la difusión de un informe de expertos del gobierno y organismos empresariales donde se elogia las iniciativas ambientales y sociales adoptadas en Pangue en beneficio de los pehuenches.
La construcción del embalse de Pangue, con capacidad para 175 millones de metros cúbicos de agua, inundó las tierras de unas 80 familias pehuenches, de las cuales 86 por ciento aceptó los terrenos de relocalización ofrecidos por el consorcio, según aseguró Endesa este miércoles.
La afirmación es refutada por los ecologistas y líderes indígenas que rechazan las frías tierras del fundo (hacienda) El Barco, ofrecidas para el traslado, las cuales fueron cuestionadas igualmente por los consultores de la CFI.
El Banco Mundial podría incluir a Endesa entre sus deudores en mora si no corrige la situación creada en Pangue, lo cual afectará la imagen internacional de este consorcio, que construye una segunda central en el Bíobio, denominada Ralco.
Wolfensohn y los ecologistas chilenos coincidirán en Brasil la próxima semana con ocasión de la Conferencia "Río más cinco", en que se evaluará el cumplimiento de los acuerdos de la Cumbre de la Tierra, realizada en 1992. (FIN/IPS/ggr/ag/en/97
