Al cumplirse cinco años de la asonada golpista que hundió a Venezuela en una aguda crisis institucional, el ministro de la Defensa, el general Pedro Valencia, negó hoy que pueda repetirse el episodio ahora.
"La situación de las Fuerzas Armadas es de absoluta normalidad", dijo Valencia en respuesta al cabecilla golpista Hugo Chávez, según el cual hay dos golpes militares en gestación.
Valencia consideró que el renacer de los rumores sobre preparativos de golpe tienen su origen "en diferentes intereses", mientras exhortó a no utilizar a los militares "como plataforma para cualquier proyecto político o electoral".
El partido socialcristiano Copei, al que perteneció el presidente Rafael Caldera hasta que lo abandonó en 1993 para impulsar su exitosa candidatura suprepartidaria, aseguró la semana pasada que hay ruido de sables en los cuarteles por el nepotismo con que el gobernante maneja el tema militar.
El secretario general de Copei, Donald Ramírez, afirmó que el malestar se origina en el creciente poder que tiene el general Ruben Rojas, yerno de Caldera y jefe de su casa militar, en los nombramientos castrenses y los rumores sobre su nombramiento como próximo ministro de la Defensa.
Chávez, quien salió de su relativo ostracismo con motivo del aniversario de la primera de las dos asonadas golpistas de 1992 contra el presidente Carlos Andrés Pérez, aseguró esta semana que uno de los dos golpes preparados sería protagonizado por Rojas.
Se trataría, alegó, de una especie de alzamiento palaciego, que se activaría en caso de que se cumpla la predicción de un astrólogo de que Caldera, de 81 años, abandonaría el poder este año, cuando su mandato concluye en febrero de 1999.
El astrólogo se hizo famoso en octubre cuando fue detenido brevemente por afirmar en una conferencia que entre el actual mes y abril se producirán altas turbulencias en el país y que Caldera se alejará del poder, por su muerte u otras causas.
Según Chávez, cuyo grupo reconoció que preparaba su alzamiento desde 10 años antes, el otro movimiento militar está siendo preparado por sectores militares amigos, de los que se negó a dar detalles.
Los medios de comunicación venezolanos dedicaron la jornada a analizar críticamente el impacto negativo para la democracia de la crisis institucional abierta cinco años atrás y que estuvo en el origen de la destitución de Pérez un año después y del retorno de Caldera al protagonismo político.
Pérez se convirtió en la figura más entrevistada por medios impresos y audivisuales en la jornada, algo impensable apenas un año antes, después de salir del poder para enfrentar un juicio y posterior conddena por malversación de fondos públicos, utilizados ilegalmente para cooperar con Nicaragua.
El ex presidente se negó a profundizar sobre la situación de las Fuerzas Armadas, pero aseguró que "hay señales de que se está corriendo serios peligros para el sistema democrático", por la agudización de la crisis social y las penurias económicas.
Pérez, quien terminó su arresto domiciliario de dos años y cuatro meses en septiembre, recordó, como otros muchos oyentes que llamaron a emisoras de radio y televisión, que Caldera afirmó hace cinco años que "la democracia no puede existir si el pueblo no come".
Esa afirmación fue la ola que condujo a Caldera de vuelta a la presidencia en 1994, tras gobernar el país entre 1969 y 1974, según analizó el dirigente izquierdista Aristóbulo Isturiz, para quien ahora "la ola lo está revolcando".
Caldera inició lo que los analistas han calificado como "la sociologización del golpe", al expresar el descontento popular por el impacto del ajuste económico de Pérez y el descreimiento del manejo del sistema democrático.
Todos los medios y muchas personas en la calle recordaron este martes que ahora la pobreza atenaza a 80 por ciento de la población, el doble que al comenzar 1992, y que casí la mitad de las familias no puede hacer frente a la canasta alimentaria básica. (FIN/IPS/eg/dg/ip/97
