De dueño absoluto del escenario político desde que asumió la Presidencia de Ecuador hace seis meses, Abdalá Bucaram pasará a ser un espectador más de la gran movilización nacional que amplios sectores sociales realizarán este miércoles para exigir su renuncia.
Organizaciones sindicales, empresariales, comerciales, de indígenas, de mujeres, humanitarias, ambientalistas y estudiantiles se unirán al llamado paro cívico nacional, en una acción de protesta sin precedentes en Ecuador.
Los manifestantes se oponen a las medidas económicas el nepotismo, la corrupción y la forma intimidatoria como Bucaram conduce al país, según los organizadores.
"Esta es la demostración más grande que haya dado la sociedad civil desde hace 50 años", según el escritor ecuatoriano Jorge Enrique Adoum, autor de "Entre Marx y una mujer desnuda".
"Las organizaciones sociales han sabido rectificar sus errores, su falta de solidaridad hacia otros sectores, y están redefiniendo sus procedimientos al conformar un frente unido", según el escritor quien es miembro del Foro de la Ciudadanía y de la Asamblea de Quito, agrupaciones que encabezarán el paro.
Según las tres empresas de estudios de opinión más importantes de Ecuador, Bucaram enfrenta el más bajo nivel de popularidad desde que asumió la presidencia el 10 de agosto pasado. De un respaldo de 75 por ciento, con el que contó hasta diciembre, pasó al actual 15 por ciento.
El paro cívico será la culminación de la serie protestas iniciada en enero, tras el anuncio del paquete de medidas económicas, que contempla la eliminación de los subsidios al gas de uso doméstico y el transporte público, y el aumento de las tarifas de energía eléctrica, teléfono y combustibles.
Los aumentos provocaron un repunte inflacionario en enero como no se experimentaba desde hacía cinco años.
A las reacciones contra el paquete económico, que tiene como objetivo reducir un déficit fiscal que equivale a dos por ciento del producto interno bruto, según las autoridades monetarias, se suman las reiteradas denuncias por corrupción.
La gota que derramó el vaso fueron las declaraciones del embajador de Estados Unidos, Leslie Alexander, quien aseguró que "Ecuador se está ganando la reputación de tener una penetrante corrupción", lo que ha trascendido "en la comunidad internacional de inversionistas".
Tres ex presidentes de Ecuador, Rodrigo Borja (1988-92), León Febres Cordero (1984-88) y Osvaldo Hurtado (1981-84), quienes se habían pronunciado en forma aislada contra Bucaram, consideraron que las denuncias del embajador estadounidense revelaban un grave peligro para el país.
Los ex mandatarios, que hasta entonces mantenían profundas diferencias, hicieron un llamado conjunto al Congreso para detener "la rampante corrupción", "el saqueo del país" y el clima autoritario impuesto por Bucaram, y anunciaron su participación en la marcha nacional.
Borja, líder de la Izquierda Democrática, Hurtado, de la Democracia Popular, y Febres Cordero, del Partido Social Cristiano, suscribieron un documento este lunes pidiendo al parlamento la destitución de Bucaram.
"Mi deber es con la sociedad ecuatoriana", señaló por su parte la vicepresidenta Rosalía Arteaga, quien en varias oportunidades se ha manifestado en contra de las medidas de Bucaram.
"No es posible que mientras vemos como otros países reciben la ayuda internacional, Ecuador se quede atrás por la falta de credibilidad", apuntó Arteaga, quien propuso que se lleve a cabo una consulta popular "para determinar si los ecuatorianos están o no de acuerdo con sus gobernantes". (FIN/IPS/mg/ag/ip/97
