La vicepresidenta, Rosalía Arteaga, asumió hoy provisoriamente la presidencia de Ecuador por decisión del Congreso unicameral, que el martes designaría a un primer mandatario interino que deberá convocar a nuevas elecciones en 1998.
Esta resolución, lograda con el visto bueno de las Fuerzas Armadas, pone fin aparentemente a la crisis institucional que se desató tras la destitución por el Congreso del presidente, Abdalá Bucaram, el jueves pasado.
Por 48 horas, tres personas se consideraron mandatarios constitucionales, ya que Bucaram desconoció la resolución del Congreso, la vicepresidenta Arteaga se autoproclamó su sucesora, y el presidente del Congreso, Fabián Alarcón, fue nombrado presidente sustituto por el parlamento.
Para dar paso a la solución del conflicto, el Congreso tuvo que aplicar una complicada fórmula constitucional. Ratificó su decisión de declarar vacante la presidencia por incapacidad mental de Bucaram y dejó sin efecto el nombramiento de líder del parlamento, Fabián Alarcón, como presidente interino.
De esta manera Arteaga asumió la conducción del Estado hasta el próximo martes, por encargo de los legisladores.
El martes, el Congreso se instalará en sesión extraordinaria y aprobará las reformas necesarias para solucionar el vacío legal sobre la sucesión presidencial, y que le permitan nombrar un presidente interino, que sería el mismo Alarcón, según el documento aprobado en la madrugada de este domingo.
Por un aparente error de la pasada legislatura, en la Constitución no se especificó quién debe suceder al presidente en caso de imposibilidad permanente o transitoria de ejercer su mandato.
Este vacío legal, que había ya provocado polémicas poco después de la elección de la fórmula Bucaram-Arteaga, alentó, tras la destitución del presidente, el enfrentamiento entre Arteaga y el Congreso.
Alarcón ejercerá la presidencia interina hasta el 10 de agosto de 1998, y en ese período deberá convocar a elecciones presidenciales.
Por su parte, Arteaga reasumirá su cargo de vicepresidenta hasta el 2000.
Esta fórmula habría sido el resultado de intensos diálogos entre Alarcón, Arteaga y el alto mando militar, que en la noche del sábado anunció su desconocimiento a Bucaram como presidente .
"Ecuador está viviendo un carnavalazo", dijo Bucaram desde la ciudad portuaria de Guayaquil, donde encabezó dos marchas de protesta con sus seguidores, "estamos viviendo una dictadura", opinó.
Según Bucaram, el respaldo de las Fuerzas Armadas al Congreso "no significa nada porque nadie puede pasar por encima de la Constitución".
"Ya verán en unos días cómo todos se disputan la presidencia y el país se irá desmoronando sin remedio", apuntó Bucaram.
"He vuelto a tener confianza en la justicia, en las instituciones de mi país y en el pueblo ecuatoriano, ya que este ha sido su indiscutible triunfo", dijo Arteaga al asumir la presidencia en medio de una multitud que salió a las calles de Quito a festejar el llamado "carnavalazo".
Bucaram llegó a la presidencia hace seis meses con 54 por ciento de los votos y logró mantener su popularidad hasta los primeros días de diciembre, según los institutos de opinión más importantes del país.
Sin embargo, su discurso de corte populista contrastó con el programa económico lanzado en enero, que desató una ola de marchas de protesta de amplios sectores de la población, que culminaron con una huelga nacional de 48 horas el miércoles y jueves pasados.
Según estadísticas recientes, 75 por ciento de la población ecuatoriana se pronunció a favor de la destitución de Bucaram.
Arteaga fue la primera mujer en ocupar una cartera de Estado en este país andino (ministerio de Educación), con el gobierno de Sixto Durán Ballén (1992-96).
También fue la primera mujer en ocupar la vicepresidencia y ahora se convierte en la primera presidenta de Ecuador. (FIN/IPS/mg/jc/ip/97
