La ONU y las agencias internacionales deben orientar sus políticas antipobreza hacia los pequeños préstamos a los más carenciados, sostuvo el fundador del banco de microcrédito pionero en Bangladesh, Muhammad Yunus.
En vísperas de la Cumbre sobre Microcrédito, a celebrarse en Washington entre este domingo y el martes, Yunus, director gerente del banco Grameen, dijo a delegaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que hasta ahora grupos de desarrollo e instituciones financieras sólo buscaron "paliativos".
Si la entrega de pequeños créditos a los pobres da pruebas de eficacia, entonces debe cambiar la orientación de los esfuerzos por erradicar la pobreza, afirmó el gerente.
Yunus, cuyo banco comenzó en 1983 con un esfuerzo ambicioso para entregar créditos a habitantes de villas pobres en Bangladesh, en general mujeres, está convencido de que el "microcrédito" es un gran avance en la ayuda a los más marginados.
"Los pobres son merecedores de crédito, y está demostrado, no es una teoría", sostuvo, y destacó que, aunque los pequeños préstamos se entregan cada día en todo el mundo, "aún es difícil que el mensaje llegue a las instituciones financieras que controlan el destino de millones de personas en todo el mundo".
En los últimos 14 años, el Grameen entregó préstamos a 2,1 millones de pobres en Bangladesh, y 98 por ciento de ellos pagaron al banco dentro de los plazos establecidos.
Además, el índice de recuperación de los préstamos es signficativo, dado que Bangladesh es un país donde son frecuentes los desastres naturales, señaló Yunus.
El modelo del Grameen ya ha sido aplicado por 56 gobiernos, incluyendo el de Estados Unidos, y el del primer ministro bengalí, Sheikh Hasina Wajed, quien presidirá la conferencia sobre Microcrédito.
Malasia, Filipinas, Vietnam, China, las países del sur de Asia, Sudáfrica, Kenia, Malawi, Mali y Guinea son los que más han avanzado en la entrega de microcréditos a los más pobres. Incluso países industrializados como Estados Unidos y Noruega exploran las posibilidades del sistema, dijo Yunus.
No obstante, los programas existentes "apenas tocan la superficie", ya que la tarea "es mucho mayor".
Los líderes que participarán en la Cumbre de Microcrédito, incluyendo Wajed, el presidente de Mali, Alpha Oumar Konare, el primer ministro de Mozambique, Pascoal Manuel Mocumbi, y el presidente Yoweri Museveni de Uganda, urgen a una agenda más ambiciosa para la conferencia.
El objetivo de la cumbre es llegar a 100 millones de las familias más pobres del mundo, especialmente las mujeres, con créditos para autoempleo y otros servicios financieros antes del 2005, indica una delcaración a ser aprobada por los gobiernos en Washington.
La declaración hace un llamado a los gobiernos y el sector privado a ayudar a lograr ese objetivo, y a centrarse sobre todo en las mujeres y los niños.
Fuentes en la ONU indican que el precio de esa inicitiva sería al menos 22.000 millones de dólares, pero Yunus insiste en que la cubmre "no es una ocasión para reunir fondos", sino "una ocasión para la celebración".
Asimismo, será útil para coordinar proyectos entre organizaciones no gubernamentales, grupos del sector privado y gobiernos, dijo Uner Kirdar, funcionario del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y secretario el año pasado de la Cumbre de la Ciudad "Hábitat II".
Con el fuerte respaldo de Bangladesh, uno de los países menos desarrollados del mundo, la cumbre también planteará las facilidades de crédito como una alternativa a lo que Yunus califica de "apartheid financiero".
"Este es un mundo en que el dinero genera dinero", dijo el director gerente de Grameen. Bajo el apartheid financiero, no obstante, "hay una línea que condena a la gente" como no merecedora o incapaz de pagar.
Si las experiencias del Grameen pueden ser duplicadas, entonces es tiempo de borrar la línea, sentenció. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/lp/dv-if/97
