Los ministros de Relaciones Exteriores de Europa y Asia, que se reunirán esta semana en Singapur, deben adoptar medidas urgentes sobre temas críticos de derechos humanos que afectan sobre todo a las naciones más pobres del mundo.
La organización humanitaria Hiuman Rights Watch instó a los cancilleres que deliberarán el jueves y viernes de esta semana que, en su resolución final, condenen los ataques contra operadores humanitarios internacionales y apoyen una iniciativa global para prohibir las minas terrestres en todo el mundo.
Además exigió medidas para proteger a los trabajadores migrantes y sus familias contra discriminación, abusos y violencia racista, así como apoyo al acceso de las Naciones Unidas (ONU) a Birmania, escenario de violaciones de derechos humanos por la junta militar gobernante.
Según Human Rights, los ministros asiáticos y europeos podrían jugar un papel clave en el logro de soluciones para las cuatro cuestiones planteadas.
"Es una gran oportunidad para poner a punto temas que preocupan profundamente a los gobiernos europeos", opinó Barbara Nolan, representante de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE.
Debido justamente al problema de los derechos humanos, la UE virtualmente tiene cortadas sus relaciones con Birmania y también cuestiona las denunciadas violaciones perpetradas por Indonesia en la ex colonia portuguesa de Timor Oriental, invadida y anexada por Jakarta entre 1975 y 1976.
La represión del ejército indonesio contra el movimiento independentista en esa isla del Mar de Java, durante 22 años de ocupación, provocó decenas de miles de muertos, sobre todo entre la población civil.
La duodécima reunión ministerial entre la UE y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) será seguida por otra conferencia Asia-Europa (ASEM) el día 14, que incluirá a 25 cancilleres de países de los dos bloques, además de China, Japón y Corea del Sur.
"Desafortunadamente, durante los preparativos de la agenda, algunos países asiáticos han señalado que ciertos temas, como Timor Oriental, no serán examinados, si bien otros, como Birmania, podría ser incluído", apuntó Peter Guilford, un portavoz de la Comisión Europea.
"Es necesario avanzar en ciertas cuestiones cruciales y la reunión de Singapur tiene la obligación de hacerlo", afirmó Lotte Leicht, directora de Human Rights Watch en Bruselas.
"Teniendo en cuenta el asesinato de operadores humanitarios en Ruanda, el secuestro de miembros del Alto Comisionado de la ONU para Refugiados (ACNUR) en Tayikistán y la muerte de personal del Comité Internacional de la Cruz Roja en Chechenia, todos los gobiernos deberían condenar esos ataques", agregó.
"Además, tienen que expresar claramente su determinación de proteger la vida de los operadores humanitarios en cualquier parte. La reunión de Singapur podría ser un buen comienzo", dijo Leicht.
Respecto al problema de las minas terrestres, algunos gobiernos asiáticos y europeos como Camboya, Filipinas, Malasia Austria y Bélgica, han apoyado decididamente la campaña internacional para prohibir esos artefactos, que han matado y mutilado a millones de civiles en todo el mundo.
Angola, Vietnam, Sri Lanka, Afganistán, Camboya y Laos figuran entre las naciones que todavía cuentan con grandes campos de minas terrestres y antipersonales sin desactivar.
En cambio otras como Francia, el Reino Unido, China y Corea no apoyaron una iniciativa canadiense para realizar una conferencia en diciembre, que podría determinar un tratado de prohibición de minas antipersonales en todo el mundo.
"Las discusiones en Singapur congregarán a algunos de los partidarios más decididos de una prohibición global, y también a varios de los mayores fabricantes mundiales de minas.
"Si esos países pueden ser convencidos de respaldar la prohibición sería un notable beneficio para ciertos países, sobre todo pobres", señaló Leicht.
Human Rights Watch instó a los gobiernos de la UE y ASEAN a que discutan medidas concretas para mejorar la situación de derechos humanos en Birmania.
ASEAN tiene intención de aceptar a Birmania como miembro pleno en junio. Tanto naciones de la UE como del bloque asiático -por ejemplo Reino Unido, Francia, Tailandia y Singapur- tienen importantes intereses en Rangún.
La junta militar birmana, no obstante, sigue practicando el trabajo forzado, el empleo de niños como soldados y portadores de material militar, y continúa deteniendo arbitrariamente a sus opositores políticos.
Leicht indicó que hasta ahora Rangún ha negado el ingreso de un relator especial enviado por la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, así como de representantes de otros organismos mundiales como la Organización Internacional del Trabajo.
"Inversores europeos y vecinos asiáticos de Birmania pretenden que este país sea más abierto y transparente. Si hasta ese simple paso fue rechazado, ¿qué clase de socio económico puede ser Birmania?", demandó Leicht.
Subrayó que hay una creciente oposición de agencias no gubernamentales y figuras políticas asiáticas al ingreso de Birmania a la ASEAN, sobre todo en Malasia, Tailandia y Filipinas.
Leicht indicó que todos los países que asisten a la reunión de ASEM enfrentan dificultades con trabajadores migrantes.
"El problema ya alcanzó dimensión transnacional porque expatriado vietnamitas en Alemania o asistentes domésticas filipinas en Italia son objeto de abusos y discriminación", destacó.
En su opinión, la reunión de Singapur puede producir mecanismos mínimos para afrontar problemas comunes como discriminación en el mercado de trabajo, violencia racista o xenófoba, reunificación familiar y abusos contra migrantes de policías y funcionarios.
Leicht dijo que la conferencia tambien podría generar un compromiso de todos los países presentes para ratificar la Convención sobre Protección de los Derechos de los Trabajadores Migrantes y sus Familias, un pacto de la ONU que todavía no entró en vigor debido a la escasa adhesión de los países involucrados.
"Filipinas, que ya suscribió la Convención, podría tomar el liderazgo en esta cuestión", subrayó la activista. (FIN/IPS/ego/dg/hd-ip/97
