Un grupo de familiares de presos políticos de Chile ocupó hoy la sede del arzobispado católico, en una nueva acción de fuerza ante el gobierno.
Desde hace 20 días más de 50 detenidos en la Cárcel de Alta Seguridad (CAS), situada en Santiago, están en huelga de hambre en protesta por el régimen interno, cuya disciplina se hizo más rigurosa a mediados de enero.
El régimen interno de la CAS cambió luego de la fuga em helicóptero , el 30 de diciembre de 1996, de cuatro líderes del insurgente Frente Patriótico Manuel Rodríguez.
"Pedimos a Carlos Oviedo, arzobispo de Santiago, que interceda ante el gobierno para que se termine con la política de castigo a los presos políticos", dijo Irma Véliz, esposa de uno de los detenidos.
La vocero del grupo ocupante, constituido por ocho personas, añadió que "la situación en la CAS no es normal" y pidió que se vuelva al sistema anterior de visitas.
En las últimas semanas los familiares de los presos han realizado diversas acciones en apoyo a los ayunantes, como la ocupación durante algunas horas de la embajada de Australia en Santiago y otras manifestaciones públicas.
El ministro subrogante de Justicia, José Antonio Gómez, informó este martes de un cambio en las medidas de disciplina interno en a CAS y añadió que "el estado de salud de los detenidos es bueno", según un informe de los médicos del servicio de prisiones.
Gómez indicó que a partir de este miércoles los detenidos en la CAS podrán salir a los patios, recibir encomiendas, tener acceso a medios informativos sin censura y ser visitados por familiares dos horas a la semana.
Desde hace semanas los cerca de 90 detenidos, todos encarcelados después de 1990, permanecían aislados en sus celdas, sin acceso a informaciones, sin encomiendas y con visitas de sólo media hora por semana.
Los detenidos pretenden que las visitas sean de contacto directo y no a través de un locutorio (separados por un vidrio).
Autoridades del gobierno señalaron que si los médicos del penal lo recomiendan los funcionarios de prisiones pueden obligar a los ayunantes a ser alimentados a través de suero para evitar un mayor deterioro de su salud.
En otro penal de Santiago, 17 mujeres, también detenidas por motivos políticos, están en huelga de hambre en apoyo a los hombres de la CAS.
El presidente de la Comisión chilena de Derechos Humanos, Jaime Castillo, que ha estado intercediendo en el conflicto entre los familiares de los presos y el gobierno, apeló a ambas partes para que cedan y se ponga fin a la huelga de hambre.
En 1994 decenas de presos políticos -calificados oficialmente como terroristas- estuvieron durante más de 50 días en huelga de hambre también por cuestiones de disciplina interna de los penales. (FIN/IPS/gcm/dg/ip-hd/97
