El venezolano Arnoldo Gabaldón enfrentará durante los próximos dos años el desafío de llevar a todos los rincones del planeta la misión de limpiar su ambiente natural.
Ex ministro de Ambiente y Recursos Naturales de Venezuela, Gabaldón tiene ya a su cargo la presidencia del consejo de administración del Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente (UNEP), y en tal calidad deberá persuadir a las naciones de la necesidad de hacer del mundo un lugar sano para vivir.
"En mi región, América Latina y el Caribe, el ambiente no está en lo alto de los programas políticos, y tampoco creo que tenga la suficiente prioridad dentro del sistema de Naciones Unidas", declaró Gabaldón a IPS en Nairobi esta semana.
Elegido para su nueva responsabilidad en una conferencia del UNEP celebrada en Buenos Aires el 11 y 12 de noviembre pasado, Gabaldón dijo que se propone convencer a los gobiernos y a las organizaciones no gubernamentales de la urgencia de ligar la dimensión ambiental a todas las actividades humanas.
"Esa es la base del concepto de desarrollo sostenible, una armonización del crecimiento económico, de las políticas sociales y de la preservación ambiental", precisó.
La gestión de Gabaldón deberá enfrentar, no obstante, el "momento crítico" en que se encuentra el UNEP, en medio de graves dificultades financieras.
La directora ejecutiva del UNEP, Elizabeth Dowdeswell, informó a la conferencia de ministros de medio ambiente que terminó en la capital de Kenia este viernes, que apenas 37 por ciento de los 185 Estados miembros de Naciones Unidas contribuyeron al Fondo Ambiental del organismo en 1996.
Las transferencias totalizaron 45.1 millones de dólares, de un total de 68,5 millones de dólares aprobados por el UNEP en febrero de 1995, puntualizó Dowdeswell en esta conferencia de 12 días de duración.
En respuesta a críticas de algunos Estados miembros, la canadiense Dowdeswell protestó porque los gobiernos, en su opinión, condenan al único organismo de Naciones Unidas de alcance mundial que tiene sede en el mundo en desarrollo, a una muerte lenta por desfinanciación y falta de apoyo político.
Los más fuertes donantes, encabezados por Estados Unidos, insisten en la realización de profundas reformas en el UNEP antes de comprometerse a pagar sus contribuciones.
"El UNEP ha perdido su enfoque, carece de visión estratégica y de influencia (…) Su plan de trabajo está dislocado y no tiene claras prioridades", expresó al Consejo de Administración la secretaria auxiliar de Estado de Estados Unidos, Eileen Claussen.
Dr German Garcia-Duran, chair of the Nairobi chapter of the Group of 77, described the developed countries' attitude to UNEP as unfortunate. "It shows that some countries are not serious about the financial commitments they made," he told IPS this week.
Germán García-Durán, presidente de la sección Nairobi del Grupo de los 77, que nuclea a 132 países en desarrollo, afirmó a IPS que una reducción del presupuesto de UNEP perjudicará en primer lugar a las regiones pobres del mundo.
"El UNEP es importante para el mundo en desarrollo, en particular para Africa", añadió.
Pese a esas dificultades, Gabaldón se mostró confiado en que, si el UNEP pronuncia "una fuerte declaración política" antes de la sesión especial que celebrará en junio la Asamblea General de las Naciones Unidas, logrará modificar la situación a su favor.
"El UNEP ha recibido el encargo de presentar a la Asamblea General una clara definición del papel que este organismo piensa que debería desempeñar en el futuro", explicó Gabaldón.
La sesión especial de junio, en la que el UNEP jugará un papel destacado, estudiará y evaluará los avances logrados desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Ambiente y Desarrollo (UNCED), celebrada en Río de Janeiro en 1992, en cuanto a la ejecución del Programa 21.
El Programa 21 es un plan de acción aprobado por la UNCED para el desarrollo sostenible y la protección del ambiente en el planeta. (FIN/IPS/tra-en/mn/kb/arl/en/97
