El gobierno de Estados Unidos ocupa un segundo plano en las diligencias de las autoridades de Perú y Japón para resolver la situación de los rehenes en la embajada japonesa en Lima, según funcionarios de Washington.
Las fuentes destacaron que el gobierno de Perú ha demostrado escaso interés en consultar con Estados Unidos sobre la situación producida en la embajada de Japón, donde entre 20 y 30 miembros del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru secuestraron el martes a más de 400 personas.
Siete ciudadanos estadounidenses, entre ellos algunos diplomáticos, se encuentran entre los capturados por los guerrilleros durante una recepción ofrecida por el embajador de Japón, el martes por la noche.
También se encuentran entre los rehenes el canciller de Perú, el hermano del presidente Alberto Fujimori, congresistas peruanos, varios embajadores de países europeos y latinoamericanos y numerosos periodistas.
Un funcionario de gobierno dijo a IPS que Fujimori se negó varias veces a atender llamados del secretario de Estado Warren Christopher y del embajador estadounidense en Lima, Dennis Jett.
El gobierno del presidente Bill Clinton envió el jueves a Lima un equipo de expertos en negociación, asesores de seguridad e inteligencia para apoyar a Jett y al gobierno peruano si solicita ayuda.
Sin embargo, los funcionarios estadounidenses destacaron que, a lo sumo, Washington suministrará a Perú ayuda de inteligencia, y descartaron cualquier posibilidad de envío de tropas antiterroristas.
"Nadie está considerando el uso de la fuerza" por lo tanto el envío de una fuerza estadounidense de asalto está absolutamente descartada, subrayaron.
Oficialmente, Washington se mantiene muy prudente en sus declaraciones públicas.
"No deseamos hacer ni decir nada que pueda complicar una situación de por sí muy difícil", manifestó Clinton el jueves en declaraciones reiteradas este viernes por el portavoz de la Casa Blanca, Michael McCurry. (FIN/IPS/tra-en/jl/ml/ip/96
