MEDIO ORIENTE: Países árabes contra secretaria de Estado de EEUU

La designación de Madeleine Korbel Albrigth como secretaria de Estado de Estados Unidos plantea una perspectiva poco brillante para el futuro del tambaleante proceso de paz en Medio Oriente.

Israel dio la bienvenida al ascenso de Albright al más alto puesto diplomático en Washington, tras su desempeño como embajadora de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Pero en las capitales árabes la reacción fue otra.

Durante sus cuatro años en la ONU, Albright dejó pocas dudas de su respaldo a Israel, a la vez que adoptó una línea dura en relación a Iraq y su presidente, Saddam Hussein.

La diplomática ha sido extremadamente influyente sobre el gobierno del presidente Bill Clinton. Como embajadora en la ONU, tenía rango de gabinete, pero, en un acto sin precedentes, Clinton la nombró miembro del Consejo de Seguridad Nacional.

Albright tuvo, según la prensa, un papel destacado en la decisión presidencial de vetar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU condenando a Israel por la confiscación de tierras palestinas ocupadas en el este de Jerusalén en abril de 1995, la cual tenía el respaldo de los 14 miembros restantes.

Esta fue la primera vez que Estados Unidos utilizó su poder de veto en la posguerra fría.

Más adelante, el gobierno israelí de Yitzhak Rabin reiteró su posición sobre el tema, cuando descubrió que su mayoría parlamentaria estaba amenazada por una moción de censura.

El resultado fue que Estados Unidos, y en particular Albright, parecieron más israelíes que Israel, y el incidente dejó una huella profunda en el mundo árabe.

Lo que ahora preocupa a diplomáticos árabes es que Clinton es tan partidario de Israel que durante su última visita en marzo al país judío el más destacado comentarista político del país lo llamó "el último zionista".

Si a eso se suma una secretaria de Estado aún más pro-israelí que el propio presidente, el desequilibrio de la inclinación de Estados Unidos hacia Israel alcanza un nivel inaceptable.

Las capitales árabes temen ahora que la designación vuelva al primer ministro Benjamin Netanyahu aún más intransigente en sus negociaciones con los palestinos, y aliene al mundo árabe, deteniendo el avance hacia la paz en Medio Oriente.

Albright es un contraste total con su antecesor, Warren Christopher, quien enmascaraba sus pasos en falso con cierta resignación, manteniendo su ánimo y presencia, cualidades valiosas en un diplomático, que le dieron el sobrenombre de "Santo Christopher".

Pero Albright se enciende ante el brillo de las cámaras de televisión. Profesora de relaciones internacionales en Georgetown University antes de ser designada a la ONU, es extrovertida y propensa a dictar cátedra. La sutileza no se destaca en su carrera.

Su imagen general es la de una mujer "de hierro" que si tiene la posiblidad, adopta una actitud de enfrentamiento en lugar de buscar el consenso. Incluso sus amigos y colegas dicen que es cáustica.

La hostil campaña de Albright contra la candidatura a un segundo mandato del secretario general de la ONU, Boutros Boutros- Ghali, egipcio y árabe, reforzó su imagen negativa en el mundo árabe, incluyendo Egipto y Jordania, los dos vecinos de Israel que firmaron con él acuerdos de paz.

El estado de ánimo en Siria y Líbano es aún más bajo, ya que actualmente no mantienen conversaciones de paz con Israel, dado que este se niega a aceptar el principio de la ocupación de tierras árabes en aras de la paz.

Netanyahu ha dicho que Israel no debería evacuar los Altos de Golán, en Siria. Con Albirght en el Departamento de Estado en Washington, hay pocas perspectivas de que Estados Unidos presione a Israel para que retome las negociaciones con Damasco.

Hasta ahora la Liga Arabe se ha negado a respaldar totalmente la posición de Siria según la cual todos los países árabes deben congelar de inmediato las relaciones con Israel.

A pesar del continuo boicot de Siria y Líbano a la conferencia económica regional anual, en la cual Israel es participante, Egipto fue anfitrión de la reunión el mes pasado en El Cairo.

Aunque reiteró la anterior posición de que para lograr la paz Israel debe evacuar todos los territorios árabes ocupados, la declaración de los cancilleres de la Liga Arabe en El Cairo no detalló las medidas que los países árabes adoptarían de continuar la intransigencia israelí.

La principal razón de esta abstención es que los árabes aguardaban la designación del nuevo secretario de Estado en Washington.

Ahora que el anuncio ha sido hecho, confirmando los peores temores de los árabes, la Liga Arabe no puede posponer la tarea de hacer frente a una inclinación cada vez mayor hacia Israel.

(*) Dilip Hiro, analista en Londres de asuntos de Medio Oriente, es autor de "Dictionary Of The Middle East", publicado por Macmillan, London, and St Martin's Press, de Nueva York. (FIN/IPS/tra-en/dh/rj/lp/ip/96

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