Uruguay es el país de América Latina y el Caribe con menor índice de trabajo infantil, destaca un estudio del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) divulgado hoy.
El documento está basado en datos sobre la franja de jóvenes entre 14 y 17 años, ya que el Instituto Nacional de Estadísticas de Uruguay (INE) sólo contabiliza el trabajo realizado entre esas edades.
Pero la gran mayoría de los adolescentes que trabajan en Uruguay iniciaron su actividad hace menos de un año, "lo cual indica que es difícil, salvo casos extraordinarios, hablar de trabajo infantil en este país", dijo a IPS Julio Hurtado, representante de Unifef en Uruguay.
Marta Maurás, directora regional de Unicef para América Latina y el Caribe, destacó la situación de Uruguay como "excepcional" en la región.
La información correspondiente a 1994 indica que la población adolescente que trabaja en el país urbano alcanza 19 por ciento del total.
En el último año la evolución de las cifras primarias marca un aumento del trabajo adolescente que no tiene correspondencia con el comportamiento de los principales indicadores macreconómicos y sociales del país.
"Uruguay ha bajado los niveles de pobreza y de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y la hipótesis de esta aparente contradicción es que si bien hay una mayor incidencia del trabajo adolescente en los hogares pobres este fenómeno afecta a muy diversos tipos de hogares", argumentó Hurtado.
Mientras en 1984 había 770.000 personas con NBI, en 1995 sólo 415.000 estaban en esa situación. La población del país es algo supeior a los tres millones de habitantes.
Hurtado precisó que en el caso concreto de Uruguay el trabajo adolescente no se puede vincular solamente con la pobreza sino también con factores culturales, familiares, territoriales y de género, entre otros.
Consideró como un dato "interesante" que el trabajo adolescente alcanza casi un tercio en los grupos de NBI, de pobreza crónica y cuando el jefe de familia es una mujer.
Entre los adolescentes que trabajan, 19,5 por ciento se desempeñan como vendedores, 13,3 por ciento son embaladores o repartidores, 11,5 trabajan en el servicio doméstico.
En el interior del país, donde vive casi 55 por ciento de la población, los que laboran en el servicio doméstico son el 16 por ciento del total, los obreros agropecuarios representan 14 por ciento y los vendedores 12.
El estudio está siendo desarrollado por Unicef conjuntamente con la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) de Uruguay y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
De acuerdo con un informe divultado esta semana por el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj-Uruguay), casi 40 por ciento de los niños menores de cinco años del país viven en hogares situados en la franja del 20 por ciento más pobre y cinco por ciento entre el 10 por ciento más rico.
Según Serpaj, si se acepta como dentro de los pobres a todos los "no integrados" a la economía formal, la niñez carente en Uruguay alcanza casi a la mitad de los menores de cinco años (47,6 por ciento).
En su estancia en Montevideo, donde llegó para lanzar el Estado Mundial de la Infancia elaborado por Unicef, Maurás firmará un acuerdo de cooperación con el gobierno uruguayo para el período 1997-2001.
El programa apunta a promover los derechos sociales y civiles de los niños, niñas y adolescentes y la información a la sociedad sobre los derechos del niño con el fin de movilizar recursos internos.
Los recursos internos son "mucho más importantes que los que aporta Unicef, que para América Latina y el Caribe oscilan en 80 millones de dólares anuales, alrededor del siete por ciento de lo que se gasta a nivel mundial", indicó Maurás al resaltar la importancia del papel de la sociedad civil.
En 1995, en Brasil, la agencia de Naciones Unidas aportó 1,5 millones de dólares en favor de planes de ayuda a la infancia mientras las organizaciones no gubernamentales lograron recaudar entre cinco y seis millones de dólares con ese mismo objetivo.
Delegaciones de senadores y diputados del Mercosur (Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) crearon este jueves en Montevideo el "Grupo de Parlamentarios Amigos de los Niños".
Este hecho, según Maurás, "pone a Uruguay como centro de atención de América Latina en lo referente al trabajo legislativo en materia de infancia, especialmente en la adaptación de las distintas legislaciones a la Convención de los Derechos del Niño". (FIN/IPS/rr/dg/pr/96
