El ministro de finanzas ruso, Alexander Livshits, declaró en Moscú que las conversaciones en marcha con el Fondo Monetario Internacional (FMI) permitirán que esa institución vuelva a liberar las entregas mensuales de un préstamo de 10.200 millones de dólares en tres años a Rusia.
En conferencia de prensa celebrada este viernes en Moscú, Livshits anunció que la decisión del FMI será tomada en la primera quincena de diciembre, pero aseguró que confía en un resultado favorable.
Una misión del FMI se encuentra en Moscú en el curso de duras negociaciones sobre una posible suavización de las condiciones del préstamo, que exigen recortar el déficit público y aumentar la recaudación impositiva, mientras el gobierno ruso aduce que aún no puede cumplir con tales requisitos.
"Esperamos que al finalizar sus trabajos en Moscú la misión del FMI pueda llegar a un resultado positivo", expresó Livshits. Los funcionarios del Fondo regresarán a Washington el martes de la próxima semana.
A pesar de que, según ha trascendido, el FMI está dispuesto a suavizar sus exigencias sobre el déficit presupuestal, no cabe esperar ninguna decisión antes de que se reúna la junta de gobernadores del Fondo, a principios de diciembre, según dijo este viernes a IPS una fuente del Ministerio de Finanzas.
Esto significa que la próxima entrega mensual de 340 millones de dólares podría no llegar hasta bien avanzado diciembre, o incluso enero.
El FMI retuvo la última entrega del préstamo al comprobar que el promedio de recaudación de impuestos no había alcanzado más que 70 por ciento de la meta acordada previamente. Durante varios meses, la cifra no pasó de 45 por ciento de lo esperado.
"La recaudación impositiva es el problema número uno en este momento, pero no el único problema", comentó el representante del FMI en Moscú, Thomas Wolf.
La misión del Fondo se preocupa por una serie de pequeñas infracciones a sus reglas. Aún sigue limitado el número de inversores no residentes que compran en el mercado de bonos del Tesoro, que en estos momentos es el único mercado rentable de capitales en Rusia.
Moscú también ha infringido las normas del FMI sobre acceso al mercado de bienes al imponer cupos de importación al alcohol.
A fin de disipar las dudas del FMI, el gobierno tomó urgentes medidas para aumentar la recaudación impositiva. El presidente Boris Yeltsin formó una Comisión Provisional de Emergencia sobre impuestos.
El presidente de esa comisión -Anatoly Chubais, a quien la prensa rusa llama "el comisario"- ha declarado que sus blancos prioritarios serán los grandes conglomerados empresariales, que comercian en todo, desde el gas y los diamantes hasta el carbón y los aviones de combate.
Estas corporaciones deben aproximadamente el equivalente en rublos de 12.800 millones de dólares en impuestos no pagados, según Chubais.
La comisión comenzó su trabajo lanzando una investigación penal contra la mayor compañía explotadora de diamantes, Almazy Rossi- Sakha, a la que acusó de eludir el pago de aproximadamente 380 millones de dólares en impuestos.
También ha anunciado investigaciones de corrupción en el fondo estatal de seguros de salud y en la corporación para la compra de cereales.
El sector empresarial ha respondido acusando a la comisión estatal de aplicar tácticas terroristas. Los empresarios afirman que las grandes compañías luchan con una gran recesión y simplemente no pueden hacer frente al pago de unos impuestos "injustamente pesados".
Livshits dijo este viernes a la prensa que Rusia está comprometida a cooperar con el FMI sin perjuicio del éxito que ha tenido la emisión de bonos del gobierno para aumentar sus propios recursos.
"Podríamos tener necesidad de cambiar un poco las condiciones del préstamo para reflejar la situación actual, pero Rusia cumplirá con sus obligaciones", afirmó el ministro. (FIN/IPS/tra-en/ss/rj/arl/if/96
