PERU: Cautela de Fujimori ante proyectado referendo opositor

Por primera vez en seis años, la oposición peruana cree tener en las manos una carta de triunfo, después del fallo del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) en apoyo al referendo promovido para impedir la segunda reelección consecutiva del presidente Alberto Fujimori.

El referendo, cuya realizacion necesita el respaldo de 1,2 millones de firmas, consultará a los electores si Fujimori puede postularse en las elecciones del 2000.

La mayoría oficialista del parlamento, que aprobó una ley interpretativa para eludir el impedimento constitucional de las reelecciones consecutivas, intentó frustrar el referendo, creando como condición previa el apoyo de 48 votos en el mismo Congreso.

Pero el JNE destacó en su fallo que la Constitución, promulgada en 1993, consagra la participacion ciudadana directa mediante referendos, y por tanto declaró nula toda accion que prohiba o limite el ejercicio de ese derecho.

El fallo del JNE es importante pues Fujimori, que podría ganar las elecciones en segunda vuelta, tendrá dificultades para lograr la mitad más uno de los votos que necesita para imponerse en la prevista consulta a los ciudadanos.

Fujimori, cuyo respaldo popular bajó de 72 a 52 por ciento en los últimos cuatro meses, no enseña aún la estrategia política que utilizará para evitar que el referendo impida su candidatura a un tercer período presidencial consecutivo.

"Fujimori es derrotable. Su autocracia no es invencible como la propaganda oficial pretendió presentarla para desalentar a quienes tratamos de organizar una alternativa", dijo Alberto Borea, coordinador de la campaña del Foro Democrático por el referendo antireeleccionista.

Quienes acompañan a Borea en a direccion del Foro, una organizacion no partidaria, pero que tiene participación de líderes de todos los partidos opositores, comparten su euforia y coinciden con él en interpretar que la cautelosa reacción inicial de Fujimori revela temor.

Tal vez el presidente haya alcanzado el punto en que comienza "el ocaso irreversible de los gobernantes líderes", observó el analista Carlos Reyna, de Desco, la principal organización no gubernamental de Perú,

"Para el gobierno del general Juan Velasco Alvarado, ese punto fué la asonada del 5 de febrero de 1975, y el de su sucesor, el general Francisco Morales Bermudez, el paro nacional de 1977. Fernando Belaúnde lo tuvo en la devaluación" de la moneda, y Alan García, en su abortado proyecto de estatización de la banca", dijo Reyna.

Entre las confusas señales emitidas por Fujimori después de conocido el fallo del JNE figura la sugerencia de la renuncia a su candidatura el 2000. Pero esa eventualidad no es aceptada por los dirigentes del grupo parlamentario oficialista, que siguen en busca de fórmulas para impedir el referendo.

"Hay nueve caminos todavía. Que (los opositores) no canten victoria antes de tiempo", declaró Ricardo Marcenaro, portavoz en temas constitucionales del gobernante partido Cambio 90.

El psiquiatra Cesar Rodriguez Rabanal, ex dirigente izquierdista y una de las figuras del opositor Foro Democratico, opina que "Fujimori no hará nada durante algunos meses, se limitará a ver cuanta fuerza tenemos y calcular si estamos en condiciones de conseguir (los 1,2 millones de) votos que necesitamos".

El analista Jorge Arnao discrepa de Rodríguez Rabanal: "Fujimori se ha caracterizado por sus reflejos, su capacidad de adelantarse a sus adversarios. Creo que abandonará la linea de oposicion al referendo para tratar de ganar la consulta popular", comentó.

En opinión de Arnao, Fujimori adelantará la conducta electoralista que se esperaba de él para finales de 1997, y será otra vez, como en 1994 "presidente candidato", usando las inversiones públicas para aflojar tensiones económicas, una estrategia que contribuyó a su triunfo en los comicios de 1995.

Tras conocerse el fallo del JNE, Fujimori promulgó dos leyes, una destinada a ganar simpatías en el sector laboral, y la otra para satisfacer a los empresarios.

En favor de los trabajadores, elevó las compensaciones por despido en las empresas privadas de un sueldo mensual a sueldo y medio por año de servicios, y para beneficiar a los empresarios, redujo de dos a 1,5 por ciento la tasa mínima del impuesto a la renta empresarial.

"Sería un desastre para la economía del país que el presidente compitiera con sus adversarios electorales a ver quién puede presentarse como más populista", advirtió Carlos Boloña, ex ministro de Economía de Fujimori y ahora opositor.

"Sería una competencia suicida, pues la oposición puede ser irresponsablemente radical en sus discursos, pero el gobernante no. Si (el presidente) formula promesas populistas, tendrá que cumplirlas. Si no las cumple pierde votos, y si trata de hacerlo destruye la estabilidad ganada en estos duros años de ajuste", manifestó Boloña. (FIN/IPS/al/ff/ip/96

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