Las dos facciones kurdas rivales del norte de Iraq, que encabezan respectivamente Jalal Talabani y Masoud Barzani, sellaron una tregua, patrocinada por Estados Unidos, que posterga las cuestiones clave del conflicto pero permite a Turquía afirmar su posición en la frontera iraquí.
"Fue una reunión histórica para la región, tanto por su contexto como por sus resultados", declaró con satisfacción la ministro turca de Asuntos Exteriores, Tansu Ciller, después de reunirse este viernes con el secretario auxiliar de Estado de Estados Unidos, Robert Pelletreau.
Por el contrario, Sami Abdurrahman -portavoz del Partido Democrático del Kurdistán (KDP), de Barzani- expresó el disgusto de su facción porque Turquía logre reforzar su dominio sobre la zona fronteriza del norte de Iraq con territorio turco.
Ankara desea impedir que la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), representante de los kurdos del sur de Turquía, continúe utilizando sus bases de retaguardia en el norte de Iraq.
La preocupación del vocero del KDP tuvo su eco en Iraq, donde el diario al-Iraq de Bagdad calificó de "directa amenaza a la integridad territorial de Iraq" el resultado del pacto cerrado este jueves en Ankara.
Pelletreau, por su parte, sostuvo que "la cuestión principal era lograr una tregua, y eso se ha logrado". Los otros asuntos, según el alto funcionario, "pueden ser tratados en detalle en el futuro".
El KDP ha mantenido desde 1994 una lucha intermitente con la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), que dirige Talabani.
A principios de septiembre, sin embargo, con apoyo del ejército de Bagdad, las fuerzas del KDP lograron una gran baza al capturar la ciudad de Irbil, capital del territorio kurdo al norte de Iraq, desalojando a la PUK de esa posición.
La crisis de septiembre desató un esfuerzo diplomático de Washington, que culminó este jueves con la firma del pacto de tregua entre las dos facciones kurdas.
No obstante, quedan postergadas para el futuro las cuestiones de más difícil solución entre la PUK y el KDP: el reparto de los derechos de aduana que imponen los kurdos al tráfico comercial y la desmilitarización de Irbil.
Ambas facciones acordaron otorgar a todas las comunidades étnicas del norte de Iraq -en particular a los turcomanos y a los asirios, que cuentan con respaldo en Ankara- una participación en un futuro gobierno de la región. También prometieron impedir las "acciones terroristas" del PKK en el territorio.
El cese del fuego será controlado por una Fuerza de Control de la Paz imparcial, compuesta por turcomanos, asirios y otros grupos no involucrados en el conflicto KDP-PUK, y un Comité de Control y Seguimiento de la Paz será establecido en Ankara.
Las facciones kurdas garantizarán también la evacuación de los refugiados que se encuentran en un campo de las Naciones Unidas sito en Atrush, una localidad que Turquía asegura ha caído en manos del PKK.
El papel fundamental que Ankara jugará en la ejecución del pacto -en cuya gestión mediadora participaron Estados Unidos, Turquía y Gran Bretaña- no satisface del todo al KDP, que hubiera preferido la formación de una fuerza internacional más convencional.
"La verificación de la paz debería ser la tarea de una fuerza multinacional", dijo Abdurrahman a la prensa este viernes en Ankara.
La reforzada posición de Turquía también causó malestar en Bagdad, donde el diario al-Iraq exhortó a Talabani y Barzani a "renovar sus vínculos con el gobierno de Iraq para favorecer la reconciliación nacional".
Ciller envió este viernes una carta al secretario general de Naciones Unidas, Boutros Boutros-Ghali, negando las acusaciones de Iraq y defendiendo el derecho de Turquía a tomar "todas las medidas necesarias para mantener la paz" en el norte de Iraq, "donde el gobierno iraquí no consigue garantizar la seguridad". (FIN/IPS/tra-en/ek/rj/arl/ip/96
