La fase técnica de la VI Cumbre Iberoamericana finalizó hoy en esta capital, con un "consenso histórico" en torno al borrador de la Declaración de Viña del Mar, que ratificará, entre otros temas, el rechazo a la ley Helms- Burton que endureció el bloqueo estadounidense a Cuba.
El chileno Fabio Vío, presidente de la Secretaría Pro Tempore de la cumbre, destacó que culminó así un trabajo de un año en la elaboración del texto que será revisado este sábado por los ministros de Relaciones Exteriores y suscrito solemnemente el lunes por los gobernantes de 21 países.
Los jefes de Estado y de gobierno de 19 países latinoamericanos, más España y Portugal, se reunirán este domingo en la capital chilena y el lunes viajarán al vecino balneario de Viña del Mar, 120 kilómetros al oeste, para clausurar esta cumbre que tiene como tema central el de la gobernabilidad democrática.
El borrador de la Declaración de Viña del Mar destina toda su primera parte a ese tema, remarcando los principios del pluralismo, la paz y la justicia social y planteando medidas para fortalecer y hacer más eficientes los regímenes democráticos.
La segunda parte del documento se referirá a las iniciativas y proyectos de cooperación en la comunidad iberoamericana, que será ampliada sustantivamente, según anticipó Francisco Vío, director de la Agencia de Cooperación Internacional de Chile.
En la parte tercera y final de la declaración, referida a asuntos especiales de interés, se incluirá una nueva condena a la ley Helms-Burton, junto a pronunciamientos sobre otras materias específicas, como la lucha contra la pobreza y el narcotráfico, y la promoción del desarme.
Pese a que Vío declinó entregar detalles sobre el borrador aprobado este viernes, el coordinador de Panamá, Marcel Salamín, señaló que se reitera "el acuerdo ya consensuado" de rechazo a la ley Helms-Burton, que pretende castigar a terceros países que comercien con Cuba o inviertan en ese país.
Salamín resaltó que desde el Grupo de Río, principal foro latinoamericano de cooperación política, hasta la última asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA), la región ha mantenido "una posición muy firme" en cuanto a no aceptar medidas coercitivas de carácter económico y comercial.
Vío informó a su vez que en el ámbito de la cooperación esta VI Cumbre Iberoamericana aprobará una "ampliación sustantiva" de los proyectos, sobre todo en las áreas de la educación, la ciencia y la tecnología.
El funcionario chileno resaltó asímismo la puesta en marcha del Fondo Indígena, que se destinará al financiamiento de proyectos de autodesarrollo en las comunidades étnicas latinoamericanas.
Chile espera igualmente la adopción de un proyecto para crear un Fondo Iberoamericano de Investigación Científica y Tecnológica, propuesto por el presidente Eduardo Frei, y cuya sede operativa quedaría radicada en este país.
Vío recalcó que "no hay ningún documento aprobado definitivamente", subrayando que tanto la Declaración de Viña del Mar como sus tres anexos deben ser revisados por los cancilleres y luego por los jefes de Estado y de gobierno.
Los ministros de Relaciones Exteriores, que realizarán su reunión este sábado en el centro de congreso Casa Piedra, sede de la cumbre, comenzaron a llegar en la noche del jueves y la mayoría ya se encuentra en Santiago.
Ya se encuentran en la capital chilena los cancilleres Maria Emma Mejías (Colombia), Galo Leoro (Ecuador), Miguel Angel Burelli (Venezuela), Fernando Naranjo (Costa Rica), Delmer Urbizo (Honduras), Rubén Melgarejo (Paraguay) y Roberto Robaina (Cuba).
También arribaron a Santiago los cancilleres Antonio Manuel de Oliveira (Portugal), Ernesto José Leal (Nicaragua), Eduardo Stein (Guatemala), Ricardo Alberto Arias (Panamá), Francisco Tudela (Perú) y Eduardo Latorre de República Dominicana.
Los países de la comunidad iberoamericana son 21, pero en la cumbre participan 23 dignatarios, en tanto España y Portugal se hacen representar por sus jefe de Estado y de gobierno.
En el caso español, participarán el rey Juan Carlos y el presidente del gobierno José María Aznar, y en el portugués, el presidente Jorge Fernando Branco y el primer ministro Antonio Manuel de Oliveira. (FIN/IPS/ggr/ag/ip/96
