EUROPA: Portugal, última esperanza para inmigrantes del Sur

Los inmigrantes que no lograron obtener un permiso de residencia en otros países miembros de la Unión Europea (UE) ven en Portugal su última esperanza para legalizarse en el espacio comunitario.

Portugal inició en junio de este año un período extraordinario, que hasta diciembre intentará legalizar a los inmigrantes irregulares.

Los otros 14 Estados miembros de la UE cerraron los procesos de admisión de trabajadores, en especial del Sur del mundo y de los países ex socialistas de Europa Central y Oriental.

La medida portuguesa tiene el cometido de regularizar la situación de los varios miles de inmigrantes ilegales lusófonos: africanos de Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique y Santo Tomé- Príncipe, latinoamericanos de Brasil, asiáticos de la ex India portuguesa (Goa, Diu y Damao) y chinos de Macao.

Pese a que la decisión del gobierno tenía nombre y apellido, al basarse en los "especiales lazos históricos, lingüísticos y culturales" con los señalados países y territorios lusófonos, la ley no lo especifica y la noticia se expandió rápidamente entre los inmigrantes del resto de Europa.

Como nunca antes, Portugal comenzó a recibir solicitudes de residencia de personas de las más diversas nacionalidades, que llegaron al país gracias a las fronteras abiertas sin control riguroso, o bien a través de los llamados "pasadores de frontera", que ya montaron un lucrativo negocio ilegal.

Introducir un inmigrante clandestino por una frontera terrestre con España cuesta unos 350 dólares, pero es un fenómeno descrito como "puntual, localizado y probablemente transitorio" por el Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF), la policía responsable de este sector.

Al terminar en diciembre el período de legalización será más fácil el control, ya que bastará con pedir el permiso de residencia al presunto ilegal, lo que aún no se puede hacer, dado que el período de legalizaciones no terminó.

Según un vocero del SEF, "hay enteras familias de la frontera que se dedican a ese tipo de tráfico", como también hay gente "ligada a bandas de contrabandistas, que saben cómo moverse".

El control de fronteras, si bien no existe en los antiguos puestos oficiales luso-españoles, se puede producir de improviso. En ocasiones, después de haber avanzado varios kilómetros en territorio portugués, la policía hace detener un vehículo para controlar los documentos de todos los pasajeros.

Este sistema ya produjo algunas escenas similares a las de la cinematografía, con persecuciones de vehículos en estrechos caminos fronterizos, sirenas, tiros al aire y hasta a los neumáticos.

Hasta ahora, según datos del SEF, estas acciones se han saldado con detención de 12 personas, 11 portugueses y un taxista español.

En algunos casos, las personas que se dedican a llevar emigrantes a Francia -donde trabajan cerca de un millón de portugueses- en furgones con nueve lugares, usan ahora el regreso para introducir inmigrantes clandestinos, "como apéndice de su actividad normal" advierte el SEF.

La mayoría de los "clientes" de las redes organizadas de traficantes de inmigrantes, según los datos del SEF, son de origen asiático, en especial paquistaníes, bengalíes o chinos.

"Vienen con la ilusión de que obteniendo autorización de residencia en Portugal podrán luego regresar a los países de la UE donde viven con sus familias, pero donde no han logrado legalizarse", advirtió Manuel Palos, coordinador del SEF para el período extraordinario de regularizaciones.

Si con la ayuda de las redes de traficantes logran obtener la documentación necesaria para legalizarse, "el peligro es que sean de todas formas rechazados en el pretendido país real de destino y éste los envíe de regreso a Portugal", señala Palos.

En cuanto a las cifras, el SEF recibió hasta la semana pasada 23.105 pedidos de residencia, de los cuales rechazó 953, casi un tercio de ellos provenientes de Paquistán.

De los rechazados, sólo 27 son de países lusoparlantes: 11 de Guinea-Bissau, 10 de Cabo Verde, cinco de Angola y uno de Santo Tomé-Príncipe.

Todos los procesos presentados por brasileños y mozambiqueños fueron aceptados, mientras 1.025 chinos recibieron autorización de residencia, según explica el SEF, debido a su relación con el enclave luso de Macao, que Portugal devolverá a China en diciembre de 1999.

Los ciudadanos de Paquistán encabezan la lista de rechazados, con 302 casos, seguidos de 80 de China, 73 de Bangladesh y 48 de Marruecos, entre las nacionalidades más numerosas. (FIN/IPS/mdq/jc/ip-pr/96

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