Fan Wei, de 23 años, consiguió empleo un año después de graduarse en el Conservatorio Central de Beijing. Pero no es un cualquier trabajo: lo nombraron primer clarinetista de la flamante Orquesta Sinfónica Nacional China (CNSO).
El caso de Fan no es único. El Ministerio de Cultura de China abandonó la política de "empleo vitalicio" y selecciona ahora para sus elencos a los más talentosos, no a los más veteranos.
Eso forma parte de un ambicioso proceso de reformas que incluye la disolución de un conjunto, la fusión de otros cuatro y el establecimiento de programas de retiro anticipado en beneficio de artistas viejos que deberán dejar sus lugares a la sangre joven.
"Esto habría sido imposible hace apenas un año", dijo Fan. En ese entonces, las funciones que ahora corresponden a la CNSO eran desempeñadas por la Sociedad Filarmónica Central (CPS). Las cosas eran diferentes en la escena artística china, en especial en lo que refiere a música sinfónica.
"Pero el segundo y el tercer clarinetistas son mucho más veteranos que yo. El segundo, Ho, tiene como 50 años. Y uno de sus discípulos fue profesor mío en la escuela", recordó Fan.
Los cambios que ocurrieron implican que la veteranía, en China, es un factor que se deja de lado frente a la destreza que se juzga en audiciones.
Fan ganó su lugar en la CNSO después de dejar en evidencia su virtuosismo frente a un tribunal de artistas consagrados. El mecanismo de selección fue del tipo "que gane el mejor". Los candidatos ejecutaban las piezas en forma anónima, fuera de la vista de los jurados.
Así, la orquesta se aseguró de contratar a los mejores. Las relaciones que eventualmente tuvieran los artistas con los funcionarios no tuvieron incidencia en el proceso.
Ochenta y dos músicos con una edad promedio de 33 años fueron efectivamente contratados por la nueva CNSO. Pero tampoco se aseguraron un empleo de por vida, pues firmaron contratos por dos años.
"La CNSO surgió de la CPS. Alrededor de 60 por ciento de los músicos que contratamos ahora solían trabajar para la CPS", explicó Zuo Yin, subgerente general de la orquesta.
El director artístico y conductor de la CNSO, Chen Zuohuang, trabajó antes para dos orquestas de Estados Unidos, la Sinfónica de Wichita y la Filarmónica de Rhode Island.
El Ministerio de Cultura de China realizó reformas similares en otros 12 conjuntos y elencos bajo su órbita, que se redujeron a un total de 10. Los artistas empleados pasaron de 5.000 a 2.800.
"Los días de empleo vitalicio, que acabó con la creatividad de tantos artistas que desperdiciaban su tiempo y el dinero del gobierno, son cosa del pasado", dijo Liu Zhongjun, de la Oficina de Reformas del Ministerio.
Liu sostuvo que no se trató, simplemente, de achicar los elencos. Este proceso es parte de una estrategia global para racionalizar el desarrollo del arte y garantizar la evolución de los conjuntos.
El Teatro Central de Opera y el Elenco Central de Ballet, por ejemplo, se unieron en el Teatro Chino de Opera y Ballet, pues ambos se dedicaba a cultivar artes de origen occidental que pueden desarrollarse en conjunto.
Por otra parte, el Conjunto Central de Canciones y Danzas y la Sociedad de Música Luminosa China también se fusionaron, lo que dio origen al Conjunto de Canciones y Danzas Chinas.
Y el Elenco de Opera Pingju Yongjin, dedicado a un género propio del norte y noreste de China, fue disuelto pues se consideraba que no concitaba la atención del público en el resto del país.
La reorganización alcanzó a otros siete conjuntos: el Teatro de Opera de Beijing, el Conjunto de Canciones y Danzas Orientales, el Teatro Chino de Opera, Danzas y Drama Chino, la Orquesta Central de las Nacionalidades, el Teatro Artístico Juvenil y el Teatro Artístico Infantil.
"Hubiéramos querido achicar estos grupos hace muchos años, pero teníamos una responsabilidad para con miles de artistas veteranos que necesitaban apoyo. Y ellos, por lo general, no querían los cambios", dijo Liu.
A inicios de año, más de la mitad de los empleados por esos 13 conjuntos tenían más de 40 años de edad. Según algunos seguidores del quehacer cultural, el viejo sistema impedía que los artistas, aun los más capaces, desarrollaran su creatividad, así como el ingreso de jóvenes talentosos.
Como resultado, los elencos limitaron sus actuaciones y muchos artistas procuraron un segundo empleo.
Las reformas incluyeron el establecimiento de beneficios sociales a los desplazados por el proceso o los retirados, que atiende a los problemas de desempleo, salud y ancianidad. Recién entonces comenzaron las audiciones, explicó Liu.
Más de 1.400 aspirantes se presentaron al llamado. El más viejo tenía 59 años. El más joven, 16.
Durante 40 días, muchos artistas practicaban canto, actuación y baile cerca de los teatros, bien temprano. Muchos vecinos se quejaron ante el Ministerio de Cultura por los ruidos molestos, pero las autoridades pidieron comprensión.
"Los menos talentosos fueron descartados desde el principio. Pero fue triste ver el fracaso de algunos artistas muy talentosos. Unos pocos muy buenos no lograron ingresar a los conjuntos por una razón u otra", según Liu.
En total, pasaron la prueba 1.328 artistas, entre ellos muchos desconocidos que tuvieron entonces su primera oportunidad. Fan, el clarinetista, era uno de los novatos.
Pero el proceso también dejó a muchos artistas sin empleo. El Centro de Talentos de Cultura y Artes ofreció su ayuda para conseguir otro trabajo. La jubilación temprana es otra de las opciones que se manejan.
Zhao Jichang, él mismo un músico veterano, está a cargo del Centro. "Más de 140 personas se registraron aquí y aquí estoy, tratando de ayudarles", dijo.
Finalmente, la CNSO debutó el 6 de septiembre en el Teatro del Siglo XXI, en Beijing. "Mi deseo se cumplió", dijo, tras el telón final, Li Delun, el director que se encargó del concierto y trabajó también en la CPS.
"Ahora, la aspiración de ser una de las grandes orquestas del mundo no es más un sueño, sino una probabilidad", sostuvo Li. (FIN/IPS/tra-en/zm/mj/cr/96
