El presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela, y el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, trazaron hoy las líneas generales de un plan para reforzar las reservas internacionales de este país, restaurar la confianza del mercado y estabilizar la moneda.
En el curso de declaraciones brindadas a la prensa este viernes en Johannesburgo, Mandela informó que aún falta precisar los detalles de la estrategia acordada con Camdessus para mejorar las debilitadas reservas sudafricanas y defender el rand, por tanto tiempo fuerte signo monetario de Sudáfrica.
"Uno de los problemas que soportamos es la especulación contra el rand, lo que naturalmente conduce al agotamiento de las reservas", expresó Mandela. "Debemos fortalecer nuestras reservas para dar garantías de que será conjurado todo peligro de especulación contra nuestra moneda".
Camdessus, por su parte, dijo que el FMI está gratamente impresionado por la disciplina fiscal aplicada por el gobierno de Sudáfrica, y que se ha exagerado la caída del rand.
"El gobierno se ha comprometido a mantener controlado el déficit presupuestario y continuar con la política de privatizaciones", declaró Camdessus. "Estamos a disposición del gobierno sudafricano".
El Banco de la Reserva de Sudáfrica (banco central) respondió a la caída del rand -desde que ésta comenzó en febrero- vendiendo dólares en el mercado de futuro, en el cual se compromete la entrega de las divisas en fechas posteriores a la transacción.
Esta política empeoró la posición del país en ese mercado, elevando la cifra de las ventas a futuro de 6.800 millones de dólares antes de la crisis, a 14.300 millones de dólares en el momento presente.
La intervención neta del Banco entre febrero y abril fue de 5.000 millones de dólares, muy por encima de lo esperado.
La caída del rand se desató a raíz de rumores de que Mandela estaba enfermo, y se prolongó por especulaciones acerca de un posible levantamiento de los controles de cambio. De la vieja cotización de 3,60 rand por dólar en febrero, la moneda pasó ahora a fluctuar alrededor de 4,5 rand por dólar.
Los economistas suelen rebajar el verdadero valor del apoyo del Banco de la Reserva, por recurrir al uso del mercado de futuro. El propio gobernador del Banco, Chris Stals, reconoce que debería limitarse el papel de la institución en el mercado de cambios a futuro.
Las reservas de oro y divisas llegaban a 3.500 millones de dólares en diciembre pasado, pero ahora han caído a 2.200 millones de dólares.
Pretoria logró suprimir este año el gasto público excesivo, y está en camino de reducir, el próximo año, a cuatro por ciento del producto interior bruto, un déficit presupuestario que hasta ahora se situaba en la tasa de 5,1 por ciento.
Camdessus recordó que son 25 los países que negocian en este momento porgramas de ajuste estructural con el Fondo. Otros 60 países están aplicando esas políticas con financiamiento del FMI, con un resultado que el director gerente calificó de notable.
El jefe del FMI visitó Sudáfrica invitado por el gobierno. Cuando llegó este jueves al aeropuerto Jan Smuts de Johannesburgo, fue recibido por las protestas de un grupo de manifestantes que respondían a algunas organizaciones no gubernamentales que rechazaban su presencia en el país.
Según uno de los manifestantes, Hassen Lorgat, de la Coalición Contra el Neoliberalismo, las políticas del FMI han arruinado al resto del continente africano y no deberían ser adoptadas por Sudáfrica.
Pretoria ya ha comenzado negociaciones para un posible préstamo de 100 millones de dólares para promover a las pequeñas empresas. Durante el período de transición democrática el FMI otorgó un préstamo de 900 millones para suavizar los efectos de las reformas y crear confianza en el mercado.
"Nos proponemos extender nuestro apoyo a países que toman el destino en sus propias manos y aceptan las sabias recomendaciones de la comunidad internacional para alcanzar el crecimiento de forma sostenible", subrayó Camdessus.
Mandela dijo estar de acuerdo con las orientaciones del FMI, y que depende de los países receptores de su asistencia financiera, el no permitir que el Fondo violente la soberanía de los Estados. (FIN/IPS/tra-en/gm/kb/arl/if/96
