Sri Lanka desencadenó una ofensiva contra el abuso sexual de niños y presentó esta semana en los tribunales a tres supuestos pedófilos extranjeros, informaron activistas humanitarios y autoridades policiales.
Uno de los imputados, el comerciante suizo Victor Baumann, de 53 años, fue llevado el miércoles ante el juez en la ciudad costera de Negombo, 38 kilómetros al norte de Colombo. Este jueves quedó libre bajo caución pero se le retiró el pasaporte, dijeron activistas.
Agregaron que Baumann no recibió una acusación formal pero deberá volver a presentarse ante el tribunal en una fecha posterior.
El suizo fue arrestado hace dos semanas mientras estaba en compañía de tres niños con edades entre 11 y 16 años, pero no lo sorprendieron mientras tenía relaciones sexuales con ellos, indicó Noel Francis, superintendente en la división criminal de la policía.
"(Baumann) ha sido un residente en Sri Lanka desde 1981 e hizo inversiones en la cría de camarones", explicó Francis a IPS.
Los niños adujeron primero que visitaron al suizo para aprender inglés pero despues confesaron haber tenido relaciones sexuales con él, apuntó el funcionario policial.
Según Maureen Seneviratne, de Protecting Environment and Children Everywhere (PEACE), una organización no gubernamental (ONG) basada en Colombo, Baumann ha sido una de las figuras más notables arrestadas y llevadas ante el juez por abusos sexuales contra niños.
"El hecho que ese individuo durmió en una celda durante 14 días es un hito importante en nuestra lucha", declaró Seneviratne.
Sri Lanka, que depende del turismo como una de sus mayores fuentes de moneda extranjera y empleos, aprobó severas leyes el año pasado, destinadas a desalentar a turistas extranjeros que buscan contacto sexual con niños, y alertar a la policía sobre la acción de los pedófilos.
El turismo, que dejó en 1995 más de 224 millones de dólares, está en cuarto lugar como fuente de moneda extranjera, despues de la exportación de tejidos, los aportes de expatriados y las exportaciones de té.
La nueva legislación pena con un mínimo de cinco y un máximo de 20 años de carcel a rufianes de niños y sus clientes. También llevó la edad de consentimiento a 18 años en varones y 16 en mujeres, convirtiendo las relaciones con cualquiera menor de esa edad en un crimen punible con la carcel.
"Ahora los tribunales pueden aplicar severos castigos a aquellos culpables de pedofilía", apuntó Kalyananda Tiranagama, de Abogados por Derechos Humanos y Desarrollo, otra ONG. "Esto debería ser un factor de disuasión para quien abusa de nuestros niños, pero eso solo no es bastante".
Expresó que el problema del abuso sexual contra niños ha existido desde principios de los años '80, cuando esta isla en el Océano Indico se convirtió en una meta turística poco costosa. Sin embargo, los sucesivos gobiernos no hicieron nada para reprimirlo.
"En ese tiempo, imperó el concepto equivocado que si se castigaba a los pedófilos se atentaba contra nuestra economía", explicó Tiranagama.
Un sondeo periodístico publicado esta semana indicó que uno de cada cinco turistas que llegan a Sri Lanka vienen atraído por el comercio sexual. El país recibió más de 400.000 visitantes en 1995.
"Estamos en favor del turismo pero no queremos que este país se convierta en una suerte de paraíso sexual", dijo Anthony Pinto, un sacerdote católico que dirige el Centro Técnico Don Bosco para niños sexualmente abusados, en la ciudad balnearia de Negombo.
"Miles de niños han sufrido abusos", afirmó Seneviratne. "Tratamos que las autoridades de inmigración no otorguen visas a supuestos pedófilos, pero desgraciadamente siguen llegando…"
La mayoría de los niños víctimas de pedófilos fueron chicos de la playa o de la calle, y tambien huérfanos que perdieron sus padres durante los 13 años de guerra civil entre el gobierno y la minoría tamil en el norte y este del país, acotó.
También esta semana comenzaron a ventilarse los casos contra otros dos pedófilos extranjeros, el suizo Armin Pfaffhauser y el belga Luc Coomans, que se presentaron en distintos tribunales.
El suizo quedó en libertad bajo fianza y el belga todavía está en manos del tribunal, tras haber sido arrestado el 7 de septiembre, dijo el abogado Tiranagama.
Pfaffhauser y Coomans fueron acusados de cometer actos indecentes con niños, si bien ambos alegaron inocencia.
Otro suizo, Thomas Casper, violó la caución y está siendo procesado en contumacia, añadió. En tanto, el supuesto pedófilo alemán Gunter Platzdash, apareció en un tribunal la semana pasada, acusado de abusar de seis niños. Platzdash, quien fue arrestado en enero de 1995, tambien está en libertad bajo fianza.
Además, hay un caso pendiente en el sur del país contra un maestro de Sri Lanka, denunciado por proveer niños a turistas extranjeros con propósitos sexuales.
La semana pasada la policía comenzó a investigar a un operador de turismo belga, sospechoso de haber creado un falso orfelinato que, en realidad, sería un burdel infantil, una práctica a la que apelan muchos pedófilos para evadir la acción de la justicia, señalaron algunos activistas.
Tiranagama dijo que los activistas estaban presionando al gobierno para que endureciera los procedimientos y evitara que los supuestos pedófilos quedaran libres bajo caución, e instara a los magistrados a ser clementes con los niños para que sus traumáticas experiencias judiciales fueran lo más leves posible.
"Queremos que las autoridades otorguen fianzas solo bajo circunstancias excepcionales. Creemos que este es un crimen enorme, si bien los sospechosos salen en libertad bajo caución 48 horas despues de su arresto para que puedan volver a delinquir", declaró el abogado.
Sin embargo, admitió que la justicia había progresado en la represión de pedófilos. "La legislacion ha sido notablemente mejorada y hay una conciencia generalizada acerca del abuso sexual contra niños. Vamos en la dirección correcta…", expresó. (FIN/IPS/tra-en/ms/an/ego/hd).
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