Los inmigrantes podrán en breve hacer realidad un derecho que Italia siempre les había negado: el derecho al voto, aunque por ahora limitado a las elecciones municipales.
El primer gobierno de centro izquierda constituido en Italia hace cuatro meses, dirigido por el economista independiente Romano Prodi, realizará una verdadera revolución en materia de emigración dando a los inmigrantes dignidad individual y ciudadanía política.
El Partido Democrático de Izquierda (PDS), ex comunista, constituye la fuerza principal de esta amplia coalición política formada además por grupos de la desaparecida Democracia Cristiana (DC), "Verdes" y nuevas fuerzas de centro.
Los inmigrantes registrados legalmente en Italia son 991.419, de los cuales 827.416 (83,5 por ciento) provienen de fuera de la Unión Europea (UE), los llamados "extracomunitarios", sobre todo de países del Sur, y en particular de Africa.
Se estima que hay otro importante contingente de inmigrantes que residen en forma irregular, estimados en 25 por ciento del total de los que están regularmente en el país, según el ultimo informe sobre la emigración presentado este jueves en una rueda de prensa por la organización humanitaria católica Caritas.
"No se ha producido ninguna invasión": en enero de 1996, respecto al mismo mes de 1995, el número de inmigrantes aumentó 7,4 por ciento (68.713), afirmó el director de Caritas Italia, el obispo católico Luigi Di Liegro.
El gobierno está preparando un proyecto de ley que presentará este mismo año al Parlamento que cambiará radicalmente las actuales normas.
El 4 de noviembre se constituirá una comisión interministerial presidida por la ministra de la Solidaridad Social, Livia Turco, que preparará el proyecto, manifestó en una conferencia de prensa el ministro del Interior, Giorgio Napolitano.
La nueva ley , según adelanto el diario "La Repubblica", otorgará derecho al voto a aquellos que han residido regularmente en el país por un mínimo de cinco años y no tienen antecedentes penales.
Respecto a la posibilidad de ser elegidos, la nueva ley posterga la decisión a la reglamentación que deberá ser emitida dentro de los seis meses de la aprobación de las normas generales.
Si el proyecto es despachado rápidamente por la Cámara de Diputados y el Senado, donde el gobierno cuenta con la mayoría necesaria para su aprobación, los inmigrantes podrán votar en los comicios municipales del próximo año.
La iniciativa dispone también que los hijos de los extranjeros nacidos en Italia tendrán la ciudadanía italiana.
Italia y Alemania son los únicos países europeos que se rigen por el llamado "jus sanguinis", según el cual la ciudadanía se adquiere sólo si uno de los padres es italiano.
No existe la posibilidad de adquirir la ciudadanía por el hecho de nacer en el territorio italiano, como ocurre en Estados Unidos, en Francia y en países de América Latina, si sus padres son extranjeros.
El proyecto establece además la adhesión de Italia al Tratado de Schengen, sobre la libre circulación de las personas y las mercaderías, a partir del 27 de marzo próximo.
Hoy, dentro de la UE, personas y mercaderías pueden circular libremente, con la excepción de Italia, cuyo Parlamento aún no ha aprobado las normas para informatizar las fronteras, lo cual hará antes de marzo.
Los alcaldes de tres de las principales ciudades del centro y norte de Italia -Milán, Turín y Bolonia-, se declararon "muy favorables" al proyecto de ley que permitirá a los inmigrantes votar en las elecciones municipales.
Para Walter Vitali, del PDS, de Bolonia, "sólo una ley puede permitir el pleno goce de los derechos civiles y de ciudadanía para todos aquellos que trabajan en nuestras ciudades, aunque provengan de otros países".
"Ningún escándalo", comentó el alcalde de Milán, Marco Formentini, de la Liga Norte, movimiento con una fuerte tendencia xenófoba: "no me parece nada escandaloso".
Agregó, sin embargo, que la política del gobierno de apertura completa a los emigrantes "crea problemas a la seguridad de los ciudadanos, problemas sanitarios, y pone en peligro la vida misma de los inmigrantes".
El alcalde de Turín, Valentino Castellani, del Olivo, la coalición de gobierno, sostuvo que "el voto a los inmigrantes va en la dirección en la cual se mueve toda la UE: derechos y deberes para los que residen regularmente y contribuye a la vida de las ciudades". (FIN/IPS/jp/jc/ip/96
