Hace 14 años, "Gandhi", de Richard Attenborough, se ganó la aclamación del público y la crítica mundial como una de las mejores películas autobiográficas jamás logradas.
Ahora, un director indio realizó un nuevo y notable filme sobre el mismo hombre (Mohandas Karamchand Gandhi, llamado "Mahatma" o "Alma Grande"), con la diferencia de que éste termina donde empieza el de Attenborough.
Dirigido por Shyam Benegal, un renombrado proponente de la "nueva ola" de cine realista indio, "La formación de un Mahatma" representa la transformación de Gandhi de un abogado común y corriente a un hombre de inusual fibra moral y espiritual.
Mientras el filme de Attenborough pasa por alto los 21 años que el asceta, filósofo y político indio pasó en Sudáfrica antes de conducir a India pacíficamente hacia la independencia de Gran Bretaña, el de Benegal se ocupa precisamente de esa época, que sentó las bases de la evolución política y personal del líder.
La película fue producida en colaboración con la Corporación Radiodifusora de Sudáfrica, y obtuvo este año tres prestigiosos galardones en India.
Además de ser declarado el mejor largometraje del año en idioma inglés, el filme obtuvo el premio al mejor actor por el desempeño del joven y casi desconocido Rajit Kapur en el papel del Mahatma.
Así mismo, Benegal fue premiado por "recrear los años formativos" de Gandhi y "ofrecer una penetración psicológica de un futuro Mahatma".
La película comienza con la llegada del abogado Gandhi a Sudáfrica y las humillaciones que enfrenta bajo el régimen de segregación racial.
Expulsado de un compartimiento de primera clase, obligado a sentarse fuera de una diligencia y empujado rudamente en una calzada, Gandhi comienza a darse cuenta de la injusticia y la falta de humanidad inherentes al apartheid, así como de los males del colonialismo.
Cada nueva injusticia que vive aumenta su resolución de luchar contra el sistema, y cada nuevo desafío arranca de él una respuesta diferente e innovadora.
Inicialmente, Gandhi cree que el planteamiento de los problemas dentro del sistema puede conducir a su resolución, y esta creencia lo lleva incluso a organizar una brigada de paramédicos para ayudar a Gran Bretaña, primero en la guerra contra los boers y luego contra los zulus.
Sin embargo, en estos conflictos Gandhi no encuentra heridos de guerra, sino africanos azotados y dejados morir por médicos blancos que se niegan a tratarlos. El incidente lo conmueve y lo lanza al camino de la no cooperación pacífica.
Su lucha comienza con una protesta contra la toma de huellas dactilares a los indios. Luego es encarcelado por negarse a portar un pase obligatorio para los ciudadanos no blancos, y organiza una movilización masiva contra un irrazonable impuesto al trabajo de los aprendices y otras leyes discriminatorias contra los mestizos.
Con lentitud y constancia, el arma de la "satyagraha" o resistencia pacífica se perfecciona como instrumento eficaz de protesta. Probada en medio del racismo de Sudáfrica, la "satyagraha" de Gandhi hizo a uno de los imperios más poderosos del mundo rendirse ante India.
Benegal presenta muy bien la génesis del político, pero mucho mejor la lucha interior y la evolución del hombre. Las ideas políticas de Gandhi no se hacen evidentes para el público, quizá porque en la época estaban aún en una etapa embrionaria.
Sin embargo, lo que surge claramente de la pantalla es la integridad y la lucha personal del hombre por vivir de acuerdo con los principios que considera correctos. Se trata de alguien que hace lo que cree; no existe ninguna brecha entre el pensamiento y la acción.
Gandhi vive auténticamente su fe, aun si esto significa renunciar a todas las posesiones materiales y vivir en una simple aldea comunitaria.
Paradójicamente, el Partido del Congreso de Gandhi vive hoy el escándalo de la corrupción. Quizá sea revelador el hecho de que la película se exhiba en Delhi para salas casi vacías. (FIN/IPS/tra-en/mv/an/ml/cr/96
