CHINA: Nuevo guión comunista promueve "civilización espiritual"

El Partido Comunista de China se afana en acicalar esta capital para acoger la próxima semana a su cónclave anual del Partido Comunista, que adoptará como suya la visión ya expuesta por el presidente Jiang Zemin de conquistar un país basado en la "civilización espiritual" en el siglo XXI.

Las consignas, que varían desde "No escupa" y "Sea buen ciudadano" a "Ame su distrito, ame su país" se esparcieron por las calles meticulosamente limpias de Beijing, con nuevos cubos de basura cada cien metros.

Los nuevos cubos podrían simbolizar el destino de la vieja historia comunista. El nuevo orden social que Jiang busca implementar tiene un nuevo guión.

Jiang ha dicho en reuniones a puertas cerradas del Partido Comunista que el centro debe ser la "civilización espiritual" de China, con el fin de lograr mejores ciudadanos y promover las tradiciones confucianistas del trabajo duro y la frugalidad.

Las palabras han sido acompañadas por hechos. Los nuevos modelos sociales de la "Nueva China" promocionados son trabajadores de la construcción generosos, cobradores de impuestos incorruptibles, cuadros devotos del Partido y soldados intachables.

Esta semana la Televisión Central de China inició una serie protagonizada por la vendedora de boletos de la línea 21 de buses Li Suli como la trabajadora ejemplar, porque hace su tarea con una sonrisa y contesta las preguntas de los pasajeros amablemente.

La gente no sólo recibe la teoría sobre cómo construir una civilización espiritual, actualmente "se la estimula a seguir ejemplos concretos", dijo Luop Guojie, presidente del Instituto de Ciencia Etica de la Universidad Popular de Beijing y miembro de la Academia de Moralidad de China.

Este frensí de construcción de la nueva civilización busca reforzar la tradicional ética confucianista del respeto a la autoridad y las virtudes de la honestidad, la diligencia y la entrega desinteresada.

El liderazgo chino ve en esta nueva cruzada moral un antídoto para la corrupción generalizada, el crimen y el culto al dinero que ha barrido China desde la liberalización económica.

La nueva política es una recreación de la estrategia de los años '80, cuando Deng Xiao-ping invocó la "contaminación espiritual" provocada por el resurgimiento de demonios capitalistas desatados por la política de puertas abiertas que él mismo había iniciado.

A diferencia de campañas previas, centradas en la exaltación de los valores morales de los cuadros y el ejército, esta está diseñada para convertirse en el nuevo credo del próximo siglo.

Jiang hizo un llamado al pueblo para que colabore en la difusión de la nueva civilización espiritual, en la esperanza de que se convierta en su distintivo legado político.

Durante el último verano, los residentes de Beijing pasaron su primera prueba como "ciudadanos civilizados", cuando 43 tiendas ofrecieron a sus clientes paraguas para los días lluviosos que deberían ser reintegrados.

La actividad hizo un llamado a la alta conciencia moral y social, y se entregaron 20.000 paraguas amarillos y rojos con la inscripción "Paragua de la Civilización. Usémoslo Juntos". Al final de la estación lluviosa, sólo la mitad de los paraguas fue devuelta.

La provincia de Fujian, al sudeste, intenta difundir la "civilización espiritual" a las bases, y anunció que diseñará un "compromiso del ciudadano civilizado" para ser firmado por cada persona en la región.

Quienes arrojan basura descuidadamente, estacionan sus automóviles en zonas prohibidas o se cuelan en el transporte público serán castigados, y también "los juegos de azar en grupo, las actividades supersticiosas, las bodas lujosas y los funerales extravagantes".

Las medidas por hacer mejores ciudadanos alcanzaron incluso las cinco Zonas Económicas Especiales, durante largo tiempo criticadas por su incapacidad de combatir el crimen y la corrupción en su búsqueda de la riqueza.

Shenzhen, Zhuhai, Xiamen, Shantou y Hainan se comprometieron en agosto a elevar su nivel moral.

La cruzada por la moralidad es el último instrumento de una lucha oficial por reafirmar el control en momentos de crecimiento económico desefrenado y el pasaje de la economía de planificación central al "leninismo de mercado".

Deng fue el arquitecto de las reformas económicas que crearon este vacío ideológico. Y mientras el patriarca descansa en su lecho de muerte, sus posibles sucesores intentan llenarlo con una nueva civilización espiritual.

"En el pasado, las escuelas prestaban atención a la política", recordó Luop, y añadió que "actualmente, los niños en las escuelas primarias tienen cursos de moral y los estudiantes de secundaria y universidades oyen hablar sobre virtudes y valores chinos tradicionales".

Pero está planteada la pregunta sobre si es posible "construir" una civilización, y si ordenar a la gente que sea moral y frugal dará resultado.

Las autoridades municipales de Beijing tienen un nuevo objetivo: asegurar que un tercio de las áreas residenciales alcancen en los próximos cinco años la calidad de "áreas civilizadas". Para esto, deben ser seguras, tranquilas, ordenadas, convenientes y tener un ambiente agradable.

Ya hay 10 áreas residenciales que lograron el objetivo. El área de Fangan, en el distrito Caoyang, no registra crímenes ni incendios desde hace 10 años.

"Los automóviles deben estacionar fuera del complejo, y los visitantes sin permiso no pueden ingresar. Dos veces al mes, una "Escuela de Civilización del Ciudadano" abre sus puertas a los residentes, para que puedan aprender a mejorar su "calidad moral".

"Tras este intento de construcción de una civilización se encuentra el intento de China por detener los logros culturales modernos de todos los países, mientras resiste la influencia corrosiva de la decadencia capitalista", dijo el académico Liu Defu, en entrevista con el diario Ming Pao, de Hong Kong. (FIN/IPS/tra-en/ab/kd/ip/96

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