CAFE: Altos intereses en países productores deprimen precios

El bajo precio del café, que contrasta con las escasas reservas almacenadas, se debe a las altas tasas de interés vigentes en los principales países productores, que encarecen la producción y la retención del grano, según un dirigente empresarial brasileño.

Osvaldo Aranha, presidente de la Federación Brasileña de Exportadores de Café (Febec) destacó que los productores están obligados a por el alto costo del crédito a aumentar su oferta.

El hecho beneficia a los importadores radicados en el mundo industrializado, cuyos costos financieros inferiores les permiten negociar en condiciones ventajosas.

"Tuvimos sólo poco más de un año de buenos precios", luego de las heladas y la sequía que redujeron la producción brasileña desde 1994, dijo Aranha.

Agregó que las cotizaciones actuales, que se encuentran en baja y se orientan al nivel de 110 dólares el saco de 60 kilogramos, "complican" la situación.

La producción brasileña de café se recupera y se espera que la cosecha actual alcance entre 25 y 26 millones de sacos.

Aranha cree insuficiente ese volumen para alcanzar la meta de exportación de 15 millones de sacos de café en grano y 2,5 millones de sacos de café soluble en el año cafetero 1996/1997, ya que el consumo interno será de 11 millones de sacos.

Mientras, la Federación de Caficultores de Colombia dio cuenta de una caída de 12,8 por ciento de la producción en los ocho primeros meses de este año y prevé cosechar sólo 11,7 millones de sacos hasta fin de año, ante 13,5 millones en 1995.

La limitada cosecha de los dos mayores productores, que en el caso de Brasil se repite por tercera vez, y las reducidas reservas que presentan los grandes importadores al acercarse el invierno boreal, deberían impulsar los precios al alza.

Las existencias en Estados Unidos, el mayor consumidor mundial, que necesita unos 18 millones de sacos al año, son las menores en los últimos siete años, según la Asociación Green Coffee, de Nueva York.

Pero la realidad demuestra que, además de la oferta y la demanda, otros factores influyen decisivamente en las cotizaciones internacionales.

La coordinación aún incompleta de los países exportadores también contribuye a dificultar el fortalecimiento de los precios, indicó Aranha. México, Guatemala y Vietnam no adhirieron a la Asociación de Paises Productores de Café.

Se trata de importantes productores, y Vietnam es "el único país del mundo que incrementa su producción. Lo hace por estrategia, e independientemente de los precios", observó Aranha.

Los mexicanos se mantienen fuera de la asociación por sus vínculos con Estados Unidos, y Guatemala, por tener frontera con México.

El café brasileño mejoró su competitividad cuando el gobierno exoneró la exportación de productos básicos y semielaborados del impuesto a la circulación de mercancías. Las ventas aumentan desde el mes pasado y con ellas, la posibilidad de alcanzar la meta de exportación de 15 millones de sacos de café en grano, admitió Aranha.

La exoneración tributaria dispuesta es de 13 por ciento para el café exportado, lo que representa una renuncia fiscal de cerca de 260 millones de dólares al año. Ese monto se distribuirá entre caficultores y exportadores, que pueden aumentar sus utilidades, e importadores favorecidos por descuentos de precio.

En las actuales condiciones, la medida beneficiará a los importadores, pese a las bajas existencias, debido a ventajas como las inferiores tasas de interés que pagan y la organización del mercado, opinó Aranha.

El pesimismo de los exportadores no es compartido por otros sectores de la economía cafetera. Manuel Bertone, vicepresidente del Consejo Nacional del Café, entidad representativa de los 210.000 caficultores brasileños, cree que Brasil puede recuperar mercados perdidos desde 1989, cuando se suspendieron las cláusulas económicas del Acuerdo Internacional del Café.

La venta de 15 millones de sacos en grano y 2,5 millones de café soluble daría a Brasil una participación de 23 a 24 por ciento en las exportaciones mundiales. Bertone cree que el volumen exportado puede ser finalmente de 20 millones.

Por su parte, la industria de torrefacción apuesta a un incremento anual del consumo interno de 10 por ciento, para colocar 15 millones de sacos en el 2000. Con ese objetivo, invierte en publicidad y en estímulos a la calidad de la producción.

Los cultivadores de café del sureño estado de Paraná, los más perjudicados por las heladas de 1994, confían en la recuperación de su producción, la mayor del país en los años 60.

En la central zona del "Cerrado", la nueva frontera de la caficultura, ya se producen tres millones de sacos de café al año. Su mejor calidad, determinada por un adecuado régimen de lluvias, favoreció el aumento del consumo interno, destacó Ana Arakaki, directora de la asociación de caficultores de Patrocinio, un municpio del Cerrado.

La calidad de la producción del Cerrado, confirmada por los premios que le ha concedido la empresa Illycaf, de Italia, permite mejores precios de exportación, dijo Arakaki. (FIN/IPS/mo/ff/dv/96

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