La medicina tradicional, con frecuencia estigmatizada o reducida a la clandestinidad, recibió un espaldarazo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que reconoció su aporte valioso para los cuidados de salud primarios.
La OMS recordó en un documento, distribuido el día 20, que las formas de medicina alternativa adquieren cada vez más aceptación, inclusive en el mundo desarrollado.
La expresión "medicina tradicional" alude a los medios de protección y restablecimiento de la salud que existían antes de la aparición de la medicina moderna.
Como sugiere el término, esos enfoques de la salud pertenecen a las tradiciones de cada país y han sido transmitidos a través de las generaciones.
Los sistemas tradicionales tuvieron que atender las necesidades de las comunidades locales durante muchos siglos.
China e India desarrollaron sistemas muy perfeccionados como la acupuntura y la medicina ayurvédica.
En la práctica, la "medicina tradicional" se refiere a acupuntura, atención tradicional de partos, curanderos y hierbas medicinales.
La Asamblea Mundial de la Salud adoptó numerosas resoluciones que llamaron la atención sobre el hecho de que la mayoría de la población de varios países en desarrollo depende de la medicina tradicional para los cuidados de salud primarios.
También destacó que los practicantes de la medicina tradicional constituyen un valioso recurso potencial para la atención sanitaria y que las plantas medicinales tienen gran importancia para la salud de individuos y comunidades.
A través de su Programa de Medicina Tradicional, la OMS respalda a los Estados miembros en sus intentos por formular políticas nacionales sobre medicina tradicional y estudiar su utilidad potencial.
El respaldo de la OMS a los Estados se extiende a los estudios para evaluación de prácticas y para el examen de la inocuidad y la eficacia de los remedios.
Abarca asimismo las acciones para mejorar el conocimiento de las prácticas tradicionales y de las modernas y para educar a informar al público sobre las prácticas tradicionales verificadas.
La OMS trabaja en consulta estrecha con 19 Centros de Colaboración establecidos en Bélgica, Corea del Norte, Corea del Sur, China, Estados Unidos, Italia, Japón, Rumania, Sudán y Vietnam.
Las prácticas de la medicina tradicional despiertan actualmente verdadero interés entre los practicantes de la medicina moderna.
Al mismo tiempo, numerosos practicantes de los sistemas tradicionales, indígenas o alternativos, comienzan a aceptar y usar algunas de las tecnologías modernas.
Ese fenómeno de interacción deberá alentar la actividad en equipo de todas las categorías de trabajadores de la salud dedicados a la atención sanitaria primaria.
Las razones para la inclusión de los curanderos tradicionales a la atención sanitaria primaria son variadas.
Los curanderos, por ejemplo, conocen el contexto sociocultural de la población. Al mismo tiempo, inspiran respeto considerable porque poseen una experiencia profunda.
También juegan otros motivos, como las consideraciones económicas, las distancias que deben cubrirse en ciertos países, la fuerza de las creencias tradicionales, en especial en las zonas rurales.
Una amplia proporción de pobladores de algunos países en desarrollo todavía confían en los practicantes tradicionales, incluidas comadronas tradicionales, herboristas y compositores de huesos, y en las yerbas locales para los cuidados de salud primarios.
La OMS estima que las comadronas tradicionales asisten a más de 95 por ciento de los partos rurales y a 70 por ciento de los urbanos en los países en desarrollo.
La medicina tradicional mantiene su popularidad en numerosos países de Asia, como China, India, Japón y Pakistán.
En China, los medicamentos tradicionales (preparados con plantas) representan entre 30 y 50 por ciento del consumo total de remedios. En 1993, las ventas totales de ese tipo de medicamentos superaron los 2.500 millones de dólares.
En Japón, entre 1974 y 1989, las ventas de preparados medicinales Kampoh (término que significa "método chino") se multiplicaron 15 veces, mientras los remedios farmacéuticos apenas aumentaron 2,6 veces.
El consumo por habitante de yerbas medicinales en Japón parece ser el más alto de todo el mundo.
Durante el último decenio, en numerosos países desarrollados del Norte se ha advertido asimismo un interés creciente por los sistemas de medicina tradicional y alternativa. Un tercio de los adultos de Estados Unidos han usado tratamientos alternativos.
El 60 por ciento de la población de Holanda y Bélgica y 74 por ciento de la población de Gran Bretaña se han declarado favorables a una medicina complementaria disponible dentro de los servicios nacionales de salud.
Una investigación realizada en los países de la Unión Europea en 1991 identificó 1.400 yerbas medicinales usadas en la región.
Las plantas medicinales son los más antiguos de los productos dedicados al cuidado de la salud que se conocen. Su importancia aumenta, aunque varía conforme al contexto etnológico, médico e histórico de cada país.
También resultan importantes en la investigación farmacológica y en el desarrollo de remedios, no sólo cuando las plantas son usadas directamente como agentes terapéuticos sino inclusive al emplearlas como materias básicas para la síntesis de fármacos.
A pesar de la importancia que asumen las yerbas medicinales, en numerosos países el mercado que las negocia no ha sido regulado en forma adecuada y los productos carecen de registros y a menudo también de controles de organismos reguladores.
La OMS ha recopilado una lista de plantas medicinales que se usan en atención sanitaria básica.
En julio de este año. un grupo científico de la OMS, integrado por unos 100 expertos de todo el mundo, adoptó esa lista, que incluye las monografías de 28 plantas medicinales preparadas originalmente por el Centro de Colaboración de la OMS para la medicina tradicional establecido en Chicago, Estados Unidos. (FIN/IPS/pc/jc/he/96