NIGERIA: Gran tensión en norte del país por incidentes religiosos

El gobierno de Nigeria dispuso fuertes medidas de seguridad en la ciudad septentrional de Kaduna, donde policías y militares chocaron con los simpatizantes de un líder religioso chiíta preso, se informó hoy.

Un residente de Kaduna dijo a IPS por teléfono este viernes que patrullas conjuntos de policías y soldados vigilan las calles para impedir que los chiítas se manifiesten, luego de que las fuerzas de seguridad los dispersaron cuando protestaban por el arresto de Yakub El-Zak Zaky.

Las rutas que conducen a la ciudad también están custodiadas por oficiales fuertemente armados, dijo el informante.

A pesar de que la mezquita es el punto de encuentro de los musulmanes de Kaduna los días viernes, las calles estaban desiertas por el temor de que integrantes de grupos chiítas interrumpieran los servicios religiosos y provocaran el caos.

La policía informó que siete personas (cinco manifestantes, un policía y un soldado) murieron este miércoles durante los choques entre fuerzas de seguridad y manifestantes que reclamaban la libertad de Zak-Zaky y otros tres dirigentes chiítas la semana pasada.

Otras fuentes dijeron que hubo muchas muertes más, pues policías y soldados respaldados por helicópteros utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a casi 2.000 manifestantes, en su mayoría jóvenes, algunos con bebés cargados a la espalda.

Cuando los militantes chiítas dieron la semana pasada a las autoridades una semana de plazo para liberar a su líder, el alto comando de la policía se instaló en el lugar en estado de alerta, pero fueron sorprendidos pues esperaban que la protesta ocurriera el día siguiente.

Los manifestantes avanzaron sobre la ciudad tras reunirse en su bastión, el poblado de Zaria, al norte. Algunos procedían, supuestamente, de otros lugares en estados más septentrionales de Nigeria.

Marcharon por las calles de Kaduna con carteles, gritando "Allahu Akbar" (Alá es grande) y consignas para reclamar la libertad de Zak Zaky.

El comisario Yakubu Shaibu, quien amenazó con "romper el cuello" de cualquiera que intente "desacatar la prohibición de reuniones y demostraciones públicas", confirmó el arresto de 14 personas.

La protesta de esta semana se produjo pocos días después de violentos choques entre chiítas y fuerzas de seguridad en Zaria, una antigua ciudad llena de institutos de enseñanza islámicos.

Fuentes independientes dijeron que 20 personas murieron allí el día 13, pero la policía negó esa información. "Hasta donde estoy involucrado, no hubo muertes en Zaria, como dicen los chiítas", declaró Shuaibu.

El funcionario afirmó que Zak Zaky y sus tres seguidores fueron detenidos "por razones de seguridad".

Los incidentes de este miércoles generaron reclamos al gobierno para que detenga la violencia antes de que degenere en una crisis total.

"El gobierno debería intentar un diálogo, pero no para apaciguar a los chiítas sino para comprender las razones por las cuales sus líderes fueron detenidos", dijo Abdullahi Mahdi, director del Centro de Investigaciones y Documentación Histórica Arewa, de la Universidad Ahmadu Bello, en Zaria.

Mahdi, un historiador especializado en estudios islámicos, dijo que los chiítas no creen en la autoridad secular y, por ello, recomendó al gobierno que les haga saber que existe una autoridad y que debe ser respetada.

Distintos grupos chiítas han representado un desafío cada vez mayor a las autoridades políticas y religiosas nigerianas en los últimos meses.

La mayoría de la dirigencia política del estado es militar y pertenece a la mayoría sunnita. Cuarenta millones de los 100 millones de habitantes del país son musulmanes.

Un clérigo sunnita que reclamó reserva sobre su identidad acusó a los chiítas de intolerancia. "Los chiítas aseguran que no existe libertad religiosa y que cualquiera que no profese la fe musulmana es un descreído, un pecador que debe ser convertido por la fuerza o castigado", explicó.

De todos modos, los grupos chiítas están ganando convocatoria entre los jóvenes desencantados del norte de Nigeria, y su conflicto con los sunnitas se tradujo en episodios de violencia a mediados de año.

Diez personas murieron en un disturbio ocurrido en junio en Kaduna. El mes siguiente, una corte local ordenó que cinco hombres a quienes se vinculó con los incidentes quedaran detenidos, pero un grupo de militantes ingresó al recinto judicial y los liberó por la fuerza.

Una persona murió y otros dos resultaron con serias heridas el día 5, cuando chiítas y sunnitas se enfrentaron en Katsina, otra ciudad del norte de Nigeria.

Dos personas murieron y muchas otras fueron heridas en varios incendios de viviendas en Kano, al sudeste de Katsina, en incidentes que estallaron cuando un grupo de sunnitas intentó impedir que otro de chiítas mantuvieran una reunión pública.

Zak Zaky, economista graduado de la Universidad Ahmadu Bello, es, a los 34 años de edad, el más conocido líder chiíta en Nigeria, y comenzó su prédica a mediados de la década del 70, cuando aún cursaba estudios.

El dirigente afirmó este año que la revolución islámica de 1979 en Irán fue un punto de inflexión en su vida. "La erupción en Irán puso en práctica los ideales que queremos. El futuro que buscamos ya está ocurriendo en un lugar y eso, por lo menos, nos dio coraje, pues nos demostró que la idea era realizable", dijo.

"Nuestra fe está primero, nuestra nación está en segundo lugar y la familia está después", agregó. Su meta, explicó, es una Nigeria "totalmente islámica, que considere a Alá como el Señor de la nación y su mensaje la ley cumbre". (FIN/IPS/tra- en/ro/kb/mj/ip cr/96

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