La nueva política de cooperación para el desarrollo que impulsará Italia logrará aumentar los fondos destinados a los países del Sur porque será una tarea de toda la sociedad y no sólo del gobierno, afirmó el subsecretario de Relaciones Exteriores Rino Serri.
Serri, responsable de la cooperación para el desarrollo del gobierno de centroizquierda que dirige el economista católico independiente Romano Prodi adelantó, en una entrevista con IPS, las líneas fundamentales de la reforma de la cooperación.
Manifestó que se mantendrán las intervenciones de emergencia ante problemas provocados por las guerras y su secuela de millones de prófugos, y las catástrofes naturales.
Las intervenciones en asistencia, sanidad, instrucción, formación profesional, agricultura, y la ayuda a las micro empresas, que denominó "el desarrollo primario, social y económico", quedarán en manos de las organizaciones del voluntariado.
Una novedad absoluta, subrayó, "estará en las ayudas que concederemos a las grandes obras públicas y a los proyectos de desarrollo industrial, con características de autonomía respecto del gobierno".
Su gestión, explicó, "debe ser hecha con criterios empresariales, deberá responder a las normales reglas del mercado, y por lo tanto con características de autonomía respecto del gobierno e incluso al mismo Ministerio de Relaciones Exteriores".
Manifestó que una de las características principales de la nueva cooperación será su descentralización, en la que deberán asumir un nuevo papel las regiones y las alcaldías, las empresas regionales de servicios y en general la sociedad civil que se organiza en torno a estas instituciones.
Sostuvo que la reforma se realizará en tiempos breves: el gobierno presentará un proyecto de ley en diciembre que podrá estar ya vigente en junio de 1997, cuando se inicie la nueva cooperación.
"Así como es, la cooperación italiana ahora ya no funciona", aseveró Serri, y dijo que es total la unidad en el Ministerio de Relaciones Exteriores -cuyo titular es Lamberto Dini-, sobre la necesidad de aumentar los fondos y de reformarla.
Con Dini "no tenemos ninguna diferencia sobre la evaluación de la cooperación para el desarrollo, tanto sobre la necesidad de aumentar sus fondos como sobre las líneas de la reforma".
Adelantó que la cooperación, al menos hasta el próximo año, será sobre todo multilateral, a través de las agencias de las Naciones Unidas y de la Unión Europea, y que sólo en pequeña proporción será bilateral.
Las prioridades de la cooperación italiana serán los países del sur del Mediterráneo y Africa, y en tercer lugar América Latina.
A la pregunta de qué puede esperar América Latina de este tercer lugar, el subsecretario de Relaciones Exteriores recordó que Italia apoya a todas las organizaciones no gubernamentales (ONG) que actúan en ese continente y colabora con proyectos multilaterales en los países de la región.
Serri descartó que los países del este europeo puedan ser incluidos dentro de los planes de la cooperación, con lo cual se disminuirían aún mas los fondos otorgados a los países en desarrollo.
"Lo excluyo categóricamente", afirmó. "No soy contrario a que el Estado italiano realice un esfuerzo en favor de los países de Europa del este, pero esto no tiene nada que ver con la cooperación".
Reconoció sin embargo que existe el peligro que los aportes del gobierno para la cooperación sigan disminuyendo, como ha ocurrido sistemáticamente a partir de 1980, cuando Italia era uno de los países que mayores recursos destinaba.
La ley de presupuesto para 1997, donde se definirán los montos destinados a la cooperación, está actualmente en debate en el Parlamento.
En 1980 Italia otorgó para este rubro 0,80 por ciento de su producto interno bruto (PIB), mientras que en 1996 concederá solo 0,12 (900 millones de dólares), apenas algo más de la mitad del ya reducido 0,23 por ciento de 1995.
Serri, integrante del movimiento político Comunistas Unitarios, consideró impensable que el primer gobierno de centro izquierda en la historia italiana pueda disminuir los actuales aportes para la cooperación.
Anunció que librará una batalla dentro y fuera del gobierno para que se aumenten los fondos destinados a la cooperación para el desarrollo del Tercer Mundo.
La coalición de centro izquierda Olivo, cuya fuerza principal la constituyen los ex comunistas del Partido Democrático de Izquierda (PDS), además de grupos de ex democristianos, ambientalistas y fuerzas laicas de centro, venció a la de centro derecha en las elecciones parlamentarias del 21 de abril pasado.
El gobierno del Olivo "no debe recortar los fondos que ya han sido muy reducidos, pese a que existen exigencias serias de saneamiento fiscal. La cooperación para el desarrollo debe ser considerada una de las cuestiones sociales intocables, como la sanidad y la pensiones", manifestó Serri.
El gobierno ha anunciado una serie de recortes en los servicios, pero sin afectar la sanidad y las pensiones, para disminuir el déficit fiscal.
El déficit de las cuentas públicas italianas es uno de los más altos de Europa, alcanza al 126 por ciento del PIB, el doble del 60 por ciento fijado como máximo para poder integrar en 1999 la Unión Económica y Monetaria (UEM) europea.
Serri estimó incluso que los fondos para la cooperación deberían comenzar a aumentar, lo que sería, indicó, una señal política importante del gobierno de centroizquierda a los países en desarrollo y en general a la comunidad internacional.
A pesar de estas dificultades, los países del Sur "pueden esperar un aumento de los fondos porque la cooperación se transformará en una cooperación de toda la sociedad, y no sólo del gobierno", insistió.
Se declaró además convencido que la oposición, constituida por la coalición de centro derecha dirigida por el magnate de la televisión privada, Silvio Berlusconi, estará de acuerdo con muchas de las cosas que se plantearán en la reforma de la cooperación. (FIN/IPS/jp/jc/ip-dv/96