/INTEGRACION/MERCOSUR: SELA elogia asociación con Chile

El acuerdo de complementación económica entre Chile y el Mercosur está lleno de repercusiones positivas, según un análisis del Sistema Económico Latinoamericano (SELA) divulgado en esta capital.

Esas repercusiones tocan la política, la economía y el comercio, tanto en los ámbitos bilateral y regional como hemisférico y multilateral, de acuerdo con el organismo que reúne a 27 países latinoamericanos y caribeños.

En el terreno político, el acuerdo del 25 de julio entre Chile y el Mercosur, formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, comienza por destacar la vigencia de las instituciones democráticas como elemento esencial para el desarrollo del proceso de integración regional.

Todos los países del acuerdo Chile-Mercosur estuvieron dirigidos por regímenes de fuerza en los años 70 u 80.

Con el acuerdo "se conformará en 10 años una zona de libre comercio entre cinco economías que representan uno de los polos más dinámicos de la región, al cual se añadirán otros países que ya han iniciado negociaciones similares", recordó el SELA.

Los países de la Comunidad Andina (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) negocian acuerdos semejantes, "favoreciendo la convergencia regional hacia la meta de un Mercado Común Latinoamericano", destacó el informe.

El pacto demuestra "la vitalidad, el impulso político y las potencialidades de instrumentos integracionistas entre países de América Latina y el Caribe" y, a la vez, "lanza señales muy claras" que facilitan la negociación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

La negociación del ALCA, para el año 2005, fue convenida por la primera cumbre de 34 mandatarios del hemisferio, celebrada en Miami, Estados Unidos, en 1994. Una segunda cumbre ratificará ese propósito en diciembre, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.

El acuerdo entre el Mercosur y Chile es de asociación pero no de adhesión, recordó el SELA, con el objetivo de conformar una zona de libre comercio, en tanto los cuatro miembros plenos del bloque pretenden perfeccionar la unión aduanera, que entró en vigor con muchas excepciones en enero pasado.

La liberación comercial contempla una desgravación arancelaria, progresiva y automática, para 90 por ciento de los productos objeto del intercambio, entre el primer día de octubre de 1996 y el primero de enero del 2004.

Chile mantiene su arancel externo nacional, cuya tasa única es de 11 por ciento, en tanto el Mercosur tiene un arancel externo común, que varía entre cero y 20 por ciento, con promedio de 13.

Una franja de productos, básicamente agrícolas, aguardará por un programa de liberación entre los años 2006 y 2016.

Mercosur es el cuarto socio comercial de Chile, después de la Unión Europea, Japón y Estados Unidos, con un intercambio cifrado en 4.500 millones de dólares en 1995, según la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), y balanza desfavorable a Chile de 584 millones, en septiembre de ese año.

Ese comercio representa 13 por ciento del total dentro de ALADI, conformada por 10 países sudamericanos y México.

En el terreno de las inversiones, de los casi 9.000 millones de dólares invertidos por 197 empresas chilenas en el extranjero en los últimos cinco años, unos dos tercios fueron al Mercosur: más de 5.000 millones a Argentina y se expanden en Brasil, donde sumaron 415 millones en 1995.

El SELA destacó que el acuerdo Chile-Mercosur, a la vez que acelera la integración regional, expresa interés por la apertura hacia el área del Pacífico y ajustarse a normas de la Organización Mundial de Comercio. (FIN/IPS/hm/ag/if/96

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