ESTADOS BALTICOS: Es difícil dormir al lado de los elefantes

Seis años despues del fin de la Guerra Fría (1946-1990), Occidente todavía es incapaz de satisfacer las demandas de los estados bálticos, que pretenden garantías de seguridad y estabilidad para encarar su futuro.

Nerviosas acerca de las intenciones de su gigantesco vecino del este, Rusia, las tres repúblicas bálticas, Estonia, Letonia y Lituania, estan clamando convertirse en miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

"Esa es la razón por la cual vociferamos tan alto y golpeamos la puerta de la OTAN", declaró este mes en Copenhage el ministro letón de Exteriores, Valdis Birkavs. "No es fácil dormir al lado de los elefantes", acotó.

Sin embargo, la reunión de ministros de la OTAN, que tendrá lugar el próximo miércoles en Bergen, Noruega, previsiblemente reconfirmará que los tres estados bálticos no se unirán a Hungría, Polonia, y la República Checa, cuando el trío centroeuropeo ingrese a la OTAN coincidiendo con sus 50 años en 1999.

Peor aún, el ingreso inmediato de los estados bálticos está fuera de cuestión, si bien existen férreas garantías que en algún momento formarán parte de la alianza.

Ansiosos por evitar una escena antes de Bergen, enviados estadounidenses llegaron a Vilna a mediados de septiembre para proponer la creación de un Plan de Acción Báltico alternativo que promueva los intereses políticos, económicos y de seguridad de los tres países.

Los enviados señalaron que la asistencia estadounidense para acelerar la integración con instituciones occidentales, en primer lugar sus organismos de seguridad, incluyendo la OTAN, está respaldada por una política basada en torno a las buenas relaciones entre las tres repúblicas y sus vecinos, sobre todo Rusia.

Para endulzar esa píldora amarga, Washington incluso ofreció reforzar las relaciones bilaterales y firmar documentos de cooperación con las tres naciones.

El plan fue tajantemente rechazado. El titular de la comisión de asuntos exteriores del parlamento lituano, Kazys Bobelis, declaró a la radio local que el plan de acción no era un sustituto de las firmes garantías de ser miembro pleno de la OTAN.

"Lituania no ha recibido respuesta sobre porqué se dió prioridad a la República Checa, Polonia y Hungría", expresó. "El Plan de Acción Baltico, obviamente, es un gambito. Hubo corrientes submarinas y ciertos círculos se mostraron disgustados ante la posibilidad de ver a Lituania convertirse en miembro de la OTAN".

Cezlovas Stankevicius, el principal negociador lituano con Moscú durante el colapso de la Unión Soviética, adujo en un artículo en la revista de la OTAN que el obligado ingreso a la alianza condicionaba el futuro desarrollo de Europa Central y Oriental.

En una declaración compartida por Suecia y Finlandia, expresó que una expansión selectiva de la OTAN en el centro de Europa podría causar un "vacío de seguridad" en algunos de los ex satélites de la Unión Soviética.

Los estados bálticos creen que la pertenencia a la OTAN es una forma de preservar "afinidades con la civilización de Europa Occidental", y la integracion de Lituania y las otras dos repúblicas en una comunidad de naciones occidentales significa un retorno a su natural ubicación internacional, apuntó Stankevicius.

Sin embargo, la única oferta sobre la mesa hasta el momento es el ingreso al programa Asociación para la Paz (PPP), un programa de cooperación militar que es una versión en tono menor de la OTAN y brinda cautelosas garantías de seguridad.

La asociación propuesta encarará problemas como terrorismo y narcotráfico, considerados más peligrosos para la estabilidad de un país que una eventual invasión armada por parte de vecinos.

La preocupación rusa acerca de las fronteras de los estados bálticos es evidente. Su concepción de seguridad en el Báltico está definida por el lugar que ocupa el trío respecto a la OTAN, el énclave militar ruso en Kaliningrado (ex Prusia Oriental) y la situación de los rusos étnicos en Estonia y Letonia.

Hablando este mes en Berna a parlamentarios suizos, el ministro ruso de Exteriores, Yevgeni Primakov, dejó en claro que a menos que esté acompañada de amplia cooperación política, el ingreso a la OTAN del trío sería un inaceptable acercamiento militar de la estructura de la alianza a las fronteras con Rusia.

"La política discriminatoria de las autoridades de Estonia y Letonia debe tener un marco adecuado, y los gobiernos de ambos estados deben sentir las consecuencias negativas de esa política", añadió Primakov.

En un seminario en Suecia, Yuri Fedorov, del Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú, advirtió este mes sobre las consecuencias de una respuesta negativa a la reacción rusa sobre una eventual ampliación de la OTAN.

La peor posibilidad consistiría en el despliegue de armamento "tactico" (presumiblemente nuclear) en Kaliningrado, el refuerzo de la Flota del Báltico, la intensificación de la cooperación militar con Belarus y un desafío a aceptar los términos de un pacto de desarme de Fuerzas Convencionales en Europa (CFE).

En el seminario realizado en la localidad sueca de Visbu, Fedorov dijo que una alternativa para la OTAN sería renunciar al despliegue de armas atómicas en el centro y el este de Europa, y garantizar que la esfera de influencia militar de occidente no extenderá su cobertura a los estados bálticos.

Coincidiendo con Suecia y el resto del Báltico, el ministro finés de Defensa, Paavo Lipponen, advirtió que una ampliación de la OTAN, enfocada sobre países del sur y centro de Europa, podría crear "nuevas esferas de influencia" que llevarían a Rusia a declarar la región del Báltico como parte de su propia esfera.

No obstante, Fedorov concedió que un compromiso que excluyera a los estados bálticos sería inaceptable para Occidente, porque significaría reconocer que Rusia ejerce el derecho al veto en las decisiones de la alianza sobre ingreso de nuevos miembros.

Expresó que Rusia podría adoptar medidas para aliviar la tensión, incluyendo el reconocimiento formal que la sistemática absorción del trío por la es Unión Soviética fue "ocupación".

No obstante, esa es una perspectiva dudosa. La oposición nacionalista en Rusia juzgó una declaración del parlamento letón sobre la ocupación del país como una señal "que se esta preparando otra purga étnica y tratando de provocar una guerra mundial".

A su vez, funcionarios del ministerio de Exteriores de Moscú opinaron que la declaración letona era "claramente antirrusa".

En el seminario de Visbu, los estonios propusieron el uso más activo de opciones políticas. En primer lugar, la OTAN debería declarar que los estados bálticos se convertirán en miembros de la alianza, sino ahora, más tarde.

Su propósito sería demostrar que los tres estados bálticos no serán entregados a Rusia. En segundo lugar, de acuerdo con el plan estonio, OTAN daría asistencia militar al trío en los ámbitos de defensa naval, aerea y fronteriza, y en tercer lugar, habría que organizar un estado mayor militar conjunto de cooperación regional.

La delegación de Estonia dijo que Occidente no debería tener tantos reparos respecto a Rusia. Expresó que Moscú tendrá que aceptar una simple decisión, o firmar un tratado sobre cooperación con OTAN o aceptar la situación que, de nuevo, vuelve a enfrentarse con la alianza occidental.

Birkavs sostuvo que Europa y la OTAN no deben aislar a Rusia, y declaró a la prensa en Dinamarca que apoyaba firmemente el hecho que Rusia estuviera involucrada en asuntos europeos.

No obstante, recordó a la OTAN que los estados bálticos eran vecinos de uns superpotencia en graves dificultades y estaban en una posición "muy vulnerable". "Si algo sucede con las repúblicas bálticas, el mapa de Europa deberá ser dibujado nuevamente", previno. (FIN/IPS/tra-en/am/rj/ego/ip).

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