Los gobiernos y la sociedad deben plantearse estrategias legales y de desarrollo para enfrentar un proceso de globalización planetaria que profundiza desequilibrios económicos y afecta al ambiente, señalaron autoridades y expertos reunidos en México en un foro internacional.
El llamado mundo en desarrollo está obligado a ser creativo para enfrentar la globalización, realidad muchas veces abstracta de la que transnacionales y países ricos sacan la mejor tajada, concluyó la reunión sobre ecología y economía realizado entre el miércoles y viernes.
En la cita, auspiciada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Colegio de México y la Universidad de Harvard, participaron autoridades, organizaciones no gubernamentales y académicos de Argentina, Canadá, Costa Rica, Cuba, Chile, Estados Unidos, España, Italia, México y Venezuela.
Entre los objetivos de la cita, los organizadores se plantearon definir la globalización. Aunque con matices diversos, los participantes concluyeron que se trata de un proceso donde los capitales, las inversiones, el comercio y las comunicaciones no tienen limitaciones fronterizas.
Roberto Savio, secretario general de la Sociedad Internacional para el Desarrollo, sostuvo que debido a la globalización hoy en el mundo la mayoría de capitales ya no tienen relación con la producción, los salarios y las personas, sino con negocios puramente especulativos.
Es un proceso descontrolado que sacrifica al hombre y a su ambiente, afirmó.
Por cada dólar de producción de bienes que circula en el mundo hay 30 que tienen sólo valor fianciero y son parte de los negocios especulativos de unas pocas firmas transnacionales, recordó Savio, también director general de la agencia internacional de noticias Inter Press Service.
"Guste o no, la globalización es una realidad irreversible que debemos enfrentar, los países chicos no podemos quedarnos sin repuestas frente a ese proceso que alienta la inequidad en materias como la ambiental", dijo por su parte el ministro de Medio Ambiente de Costa Rica, René Castro.
Los países pobres hacen esfuerzos para mantener los bosques y evitar la producción de los gases invernadero, mientras los industrializados demuestran interés en alentar un desarrollo globalizante a costa del ambiente y sin reconocer los esfuerzos a favor de la ecología, añadió.
El ministro costarricense dijo que como respuesta a los procesos globalizadores, su país se plantea proyectos concretos de desarrollo sustentable, realiza alianzas con sus vecinos "para ser escuchados" y presiona en foros internacionales para que los ricos asuman sus responsabilidades.
La secretaria de Medio Ambiente de México, Julia Carabias, indicó que la globalización en sí misma no produce problemas ambientales, aunque debe reconocerse que la "trayectoria del desarrollo actual" no apunta a la sustentabilidad.
Si bien la apertura comercial y los actuales modelos de crecimiento generan impactos negativos, también elevan a nivel planetario las normas ambientales y tecnológicos, expresó.
El viceministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, Ricardo Sánchez, opinó por su parte que la globalización lejos de alentar el desarrollo sustentable y abatir las diferencias entre el mundo rico y el pobre, agudiza esos problemas.
"En líneas generales, el Sur se encuentra marginado de los procesos de globalización y las diferencias Norte-Sur no sólo se mantienen, sino que se incrementan. Esta marginalización conlleva mayor probreza y esa pobreza se traduce en mayor deterioro ambiental", expresó Sánchez.
El Programa de las Naciones Uniadas para el Desarrollo (PNUD) indica que en los últimos 30 años la participación en el ingreso mundial del 20 por ciento más pobre de la población del planeta se redujo de 2,3 a 1,4 por ciento.
En contraste, la participación del 20 por ciento más rico aumentó de 70 a 85 por ciento.
Para enfretar los retos de la globalización, los participantes a la cita organizada por la oficina del PNUMA para América Latina y el Caribe, dijeron que debe alentarse el debate para que gobierno y sociedad definan cómo controlar los capitales y pedir cuentas e inversiones en materia ambiental a los países ricos.
Los países en desarrollo están obligados a exigir al mundo industrializado que cumpla compromisos adquiridos en la Cumbre de la Tierra, celebrada en 1992, y a trazar normas que sometan las inversiones a un análisis de impacto ambiental, apuntaron algunos de los aistentes al foro.
Savio sugirió que se apliquen impuestos a los capitales especulativos, para destinar el dinero recaudado -unos 90.000 millones de dólares anuales- a promover la equidad y el desarrollo.
También propuso definir un código mundial de inversiones que controle y limite la especulación.
El hombre tiene que estar nuevamente en el centro del desarrollo. Hoy la globalización es un fenómeno del que nadie rinde cuentas, aseveró Savio. (FIN/IPS/dc/ag/dv/96