COLOMBIA: Una cuestionada propuesta de esterilización de mujeres

Una propuesta del nuevo Defensor del Pueblo de Colombia, José Castro, de esterilizar compulsivamente a las trabajadoras sexuales para combatir el abandono infantil, provocó inmediatas y airadas reacciones y le valió acusaciones de ignorancia y fascismo.

Según Castro, apelar al método de la ligadura de las trompas de falopio para evitar que las trabajadoras sexuales tengan hijos sería una forma de cumplir el mandato constitucional de "la progenitura responsable" y de defensa de la familia como "núcleo fundamental" de la sociedad.

Otro de los argumentos del Defensor del Pueblo -cargo que algunos han ya empezado a escribir entre comillas- es que "la mayoría" de los delincuentes juveniles son hijos de prostitutas.

Sin embargo, en la semana que va desde su elección hasta la asunción del cargo, el día 2, Castro no ha presentado ningún estudio que avale su afirmación.

El planteamiento, que según sostienen sus críticos rememora la utopía nazi del exterminio de minorías étnicas y violenta la lucha de las mujeres por el derecho a decidir sobre su cuerpo, coincide con el primer aniversario de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, realizada en septiembre de 1995 en Beijing.

Contrario a la "discriminación positiva" en favor de las niñas y las mujeres que animó la cumbre de Naciones Unidas, para que la sociedad equipare las oportunidades y derechos que tienen los varones, el funcionario propende por acentuar la exclusión.

Consignas en tal sentido se escucharon en la manifestación que se congregó en la Plaza de Bolívar, frente a la sede del Congreso, en la que mujeres con antifaces y pancartas defendieron el derecho al trabajo y alternativas dignas para subsistir.

"Tenemos niños para sostener y necesitamos que nos dejen ejercer. No queremos que nuestros hijos tengan que soportar lo mismo que nosotras", dijo a IPS Rosalba, una mujer de 35 años, madre de una adolescente "a la que tengo estudiando para que sea alguien en la vida".

"Yo, a mis hijos que están pequeños, algún día les contaré cómo me he tenido que ganar la vida para darles estudio, ropa y comida. Por ahora no les hablo de este oficio, que no me gusta pero es el único que tengo para sostenerlos", expresó Yolima, de 27 años.

"Si yo hubiera tenido estudio y no me hubiera tocado salir del pueblo china (jovencita), otro sería mi destino. Pero llegué sola y la ciudad me tragó como si fuera la manigua de la selva donde nací", dijo, nostálgica, Ercilia.

"Y si no podemos tener hijos, para pensar que hay un futuro y que todo esto vale la pena, entonces qué es lo que nos proponen? Morirnos, tal vez? ", interrogó Maricela, otra de las manifestantes.

Ellas son algunas de las mujeres de la noche que según un estudio de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) suman 15.000 en un área de mil manzanas que cubren los barrios La Alameda y Las Nieves, en el centro de la capital.

La CCB estima que en esa área de la ciudad hay unas 1.200 niñas menores de 14 años trabajando en prostíbulos, con la complicidad entre los dueños de los negocios y agentes de la autoridad que hacen la vista gorda a cambio de "favores" y sobornos.

El documento analiza datos recolectados en 1.087 prostíbulos, generalmente calificados como bares y cafés, pues el Código de policía prohibe las casas de lenocinio propiamente dichas.

La carencia de ingresos, la falta de capacitación y la violencia en el hogar son las tres principales causas que inducen a la prostitución, de acuerdo con el documento.

La tesis que Castro ha presentado como punto de partida de "un debate para que la sociedad y el Estado definan qué harán con un problema tan grave como el de los niños abandonados", tampoco se ha remitido a las causas que conducen a las mujeres a comerciar con su cuerpo.

"Es difícil entender que el 'defensor' se ocupe de impedir los embarazos de las prostitutas pero no se ocupe de la prostitución", afirma el escritor Fernando Garavito, en su columna de la edición colombiana de la revista Cambio 16, que circuló en la primera semana de este mes.

Irónico, Garavito preguntó "?por qué no propone también fusilar a los gamines (niños de la calle), castrar a los travestidos, lapidar a los mendigos, crucificar a los ciegos, condenar al cepo a los analfabetos, y sacrificar en la cámara de gas a los negros y a los indígenas?".

La socióloga Norma Enríquez, directora de la Casa de la Mujer de Bogotá, respondió airada a la tesis de Castro: "Los varones acceden al tráfico sexual. Entonces, ?por qué no exigir también que los visitantes asiduos a los prostíbulos se sometan a la vasectomía?".

La tesis de que las mujeres trabajadoras sexuales son irresponsables y que producen abandono de los niños "no se basa en ningún estudio serio, es una apreciación a priori", agregó Enríquez.

En similar sentido declaró José Florez, director del estatal Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en Cundinamarca, departamento en cuya jurisdicción está Bogotá. "No todos los niños abandonados son hijos de trabajadoras sexuales", dijo.

Antanas Mockus, Alcalde Mayor del Distrito Capital, filósofo y ex-rector de la Universidad Nacional, afirmó con mordacidad que "en este país de pronto, hay muchos hijueputas, pero no son hijos de puta sino hijos de gente llamada de bien".

Muchas de estas mujeres a las que se propne esterilizar, añadió, podrían criar a sus hijos "hasta mejor que yo".

La socióloga Nora Segura escribió en el "El Tiempo", el diario de mayor circulación de este país, una nota en la que afirma que el moralismo de Castro "le impide consultar estudios sobre la excelente calidad de la maternidad entre algunas de las mujeres prostituidas".

"Horrorosa" fue el calificativo que la senadora Vivian Morales, representante de los grupos cristianos no católicos, dio a las declaraciones de Castro. "Recuerda las épocas de Hitler", señaló.

La propuesta de quien debe abogar por los más débiles no es nueva. La había esbozado en sus épocas de parlamentario cuando acumuló la diligencia a la que se atribuye la mayoría de 149 votos contra ocho que le dio ventaja en una terna presentada por el presidente al Congreso.

Carlos Vicente De Roux, consejero presidencial para los derechos humanos, derrotado por Castro en la elección del Congreso, se mostró alarmado con la iniciativa y comentó que revela una intolerancia muy fuerte frente a las minorías.

En otro ámbito, ajenas a la propuesta del Defensor del Pueblo, tolerantes y comprensivas con el problema social de la prostitución, actúan las religiosas católicas de la comunidad de Las Adoratrices.

Con 22 casas en todo el país y unas 400 monjas dedicadas a la rehabilitación de las trabajadoras sexuales, la comunidad ofrece capacitación en oficios como bordado, modistería, corsetería y elaboración de utensilios de aseo.

La propuesta es que una vez capacitadas, las mujeres abandonen la prostitución y se ganen la vida en pequeñas empresas domésticas que les garanticen un sustento.

En los centros de Las Adoratrices, las trabajadoras sexuales encuentran un espacio para compartir con sus hijos y sus amigas en tertulias y veladas culturales, lejos del acoso y el regateo de los clientes.

"Cuando puedo, me voy para alla con el niño y me siento como una persona común y corriente. Mis amigas son mi familia", comentó Virginia, una de las participantes de las tertulias. (FIN/IPS/mig/jc/pr/96

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