La campaña por la reelección del presidente Fernando Henrique Cardoso ganó fuerte impulso en los últimos dias con los buenos resultados de la economía brasileña.
La inflación debería acercarse a cero o incluso sería negativa este mes, según los institutos especializados. Desde agosto ya está entre las más bajas de la historia del país.
La posible deflación no se vincula a una recesión, como ocurre generalmente, sino a un acomodamiento de los precios, coinciden autoridades económicas y expertos independientes.
El índice anual de un dígito, que se esperaba alcanzar en 1997, se logrará este año.
El gobierno trabaja con la previsión de un crecimiento de cinco por ciento del producto en 1997, contra cerca de tres por ciento este año.
Tras una semana de buenas noticias económicas, Cardoso admitió finalmente que se postulará a la reelección, según dijo en sendas entrevistas publicadas este domingo en dos grandes diarios del país.
Si el Congreso aprueba una enmienda constitucional que autoriza la reelección presidencial, y en "las condiciones de hoy", Cardoso dijo que disputaría las elecciones fijadas para octubre de 1998.
Su permanencia en el poder ya fue defendida por su par argentino, Carlos Menem, y numerosas personalidades internacionales.
También se han pronunciado en ese sentido autoridades financieras del extranjero, que ponen como condición la permanencia de Cardoso en el poder para concretar inversiones en Brasil.
Bancos estadounidenses están difundiendo informaciones mentirosas sobre Brasil con el objeto de favorecer la reelección del jefe de Estado, denunció el corresponsal del diario Folha de Sao Paulo, Gilberto Dimenstein, en su columna dominical desde Nueva York.
Análisis elaborados por esos bancos, entre los cuales destacan Salomon Brothers y Merril Lynch, vinculan el desempeño económico brasileño a la aprobación de la enmienda reeleccionista, argumentando que el rechazo de la propuesta quitaría fuerza a Cardoso para impulsar reformas necesarias al crecimiento.
"Cuatro años es muy poco" para corregir décadas de alta inflación y distorsiones económicas, sentenció el presidente del empresariado industrial de Rio de Janeiro, Eduardo Gouveia Vieira, reiterando un argumento también utilizado por políticos.
El ministro de Hacienda, Pedro Malan, que se define como un técnico, se sumó a la defensa del principio de la reelección y de la necesidad de prolongar el mandato presidencial para asegurar una mayor estabilidad económica.
Con un mandato de cuatro años, un presidente tiene que enfrentar el debate sobre su sucesión cuando aún no cumplió la mitad de su período y ello no favorece la gobernabilidad, opinó.
Las prometedoras condiciones de asegurar un fuerte crecimiento de la economía en los dos próximos años amplían la confianza en un triunfo electoral del presidente Cardoso, cuya popularidad sigue siendo elevada.
El propio Cardoso señaló, en la entrevista publicada el domingo, que no enfrenta ninguna "oposición organizada, que tenga una propuesta alternativa". Los mayores partidos de izquierda, sólo "votan en contra", sin presentar proyectos alternativos, dijo.
Pero el alcalde de Sao Paulo, Paulo Maluf, puede aparecer como candidato opositor, admitió el presidente.
Se trata de un líder conservador, que varias veces disputó el poder central sin éxito, pero que sale fortalecido de las elecciones municipales del 3 de octubre.
La popularidad de Maluf en la mayor metrópoli brasileña se comprobó en su capacidad de elevar a la condición de favorito a su sucesión a un candidato prácticamente desconocido hace tres meses, Celso Pitta, ex secretario de Financias de la alcaldía.
La campaña por la reelección de Cardoso tiene también un argumento "moral". El mandato presidencial era de cinco años., pero la Asamblea Constituyente de 1988 la redujo a cuatro, por temor a un triunfo electoral de Inacio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores, en 1989.
Las fuerzas conservadoras en el parlamento, ante la eventualidad de un gobierno de izquierda, decidieron aprobar cuatro años con derecho a la reeleccin del presidente, pero luego no cumplieron esta segunda parte, dejando abierto el debate que se pretende concluir a más tardar a inicios de 1997. (FIN/IPS/mo/dg/ip/96