El relámpago del Catatumbo, en el occidente de Venezuela, descuella como fuente regeneradora de la capa de ozono, atacada por la emisión de gases industriales, según informes obtenidos por IPS en esta capital.
Poseedora de la mayor fuente permanente de su tipo (tormentas eléctricas) para la producción de ozono estratosférico, Venezuela puede haber comenzado a recibir, con lluvias desmesuradas este año, efectos perniciosos del agujero a la capa ozónica en el hemisferio sur, aunque éstas son sólo hipótesis preliminares.
El ambientalista Erick Quiroga, presidente del club local de amigos de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para Educación, Ciencia y Cultura) advirtió que todavía no existen mediciones de la producción de ozono por la luz del Catatumbo.
Tampoco se ha estudiado científicamente la relación entre efectos del agujero y los cambios climáticos en la zona tórrida americana "pero el caso es que este ha sido el año con más lluvia en este siglo" en Venezuela, señaló a IPS.
Quiroga fue el proponente, a la UNESCO y a Venezuela, de la promoción del 16 de septiembre como Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono, así adoptado por las Naciones Unidas en diciembre de 1994 a pedido del Grupo de los 77 (países en desarrollo) y China.
Pese a la insuficiencia de estudios sobre producción de ozono y efectos de agujeros a su capa sobre Venezuela, un físico de este país, César Noguera, presenta al relámpago del Catatumbo como el mayor productor de su tipo de ozono estratosférico.
El relámpago, un orgullo para los habitantes del estado de Zulia, cuyo escudo distintivo lo ostenta, se presenta hasta 280 veces por hora y alcanza hasta 12 kilómetros sobre las ciénagas regadas por el río Catatumbo, afluente del Lago de Maracaibo.
Su luz es visible hasta 400 kilómetros de distancia, y es el resultado de tormentas eléctricas que ocurren entre 140 y 160 días al año sobre el Catatumbo cuando llega al sur del lago.
En Bogor, en la isla indonesia de Java, se registran tormentas eléctricas hasta 320 días al año, pero se estima que el aporte neto de ozono a la estratósfera es menor porque allí existen arrozales y 13 volcanes -Krakatoa es el más famoso- que combaten la capa ozónica con emisiones de gas metano.
El ozono, tóxico en la tropósfera (hasta 12 kilómetros de altura), que dispone sólo de 10 por ciento del gas, es garantía para la vida en la estratósfera (con 90 por ciento) porque filtra los rayos ultravioleta, dañinos para la flora y la fauna.
Por efecto de la dirección de las corrientes de aire en el planeta, de los polos al trópico por debajo de los 16 kilómetros de altura y a la inversa por encima de esa cota, la producción de ozono en zonas tropicales como la del Catatumbo debe dirigirse hacia los extremos fríos sur y norte.
En cambio, masas de aire sobrecalentadas por el efecto invernadero que deja el agujero a la capa ozónica en el extremo sur del planeta pueden ser traídas a la zona tropical.
Si esa relación se demostrase científicamente, se encontraría explicación a fenómenos como las torrenciales lluvias que a mediados de 1996 se abatieron sobre el sur de Venezuela, con inundaciones sin precedentes en la cuenca del alto río Orinoco.
Quiroga dijo que mediciones del agujero en la capa de ozono en la región antártica por el satélite Nimbus-7, en 1985, lo mostraron como del tamaño de Estados Unidos, pero estimados de la Universidad Santa María de Valparaíso (Chile) señalan que pudo crecer hasta ser de la dimensión de América del Sur.
La resistencia a la horadación de la capa depende de que se cumpla el Protocolo de Montreal, que el 16 de septiembre de 1987 firmaron 43 naciones y han ratificado más de 150, para eliminar antes del año 2000 la producción de sustancias agotadoras.
Estas son pincipalmente los clorofluorocarbonos y los bromuros, de amplio uso en la industria química, como la de refrigeración. Los primeros son sustituibles por hidroclorofluorocarbonos, es decir con el agregado al compuesto gaseoso de una molécula de hidrógeno.
Entre los regeneradores naturales de la capa de ozono están las tormentas eléctricas, como el relámpago del Catatumbo, que se observa con mayor frecuencia justo en la primavera septentrional, cuando más se le necesita porque mayor es el adelgazamiento de la capa y más grande el agujero en el hemisferio austral. (FIN/IPS/hm/dg/sc-en/96