MONTEVIDEO – Diez años después que Uruguay denunció que la lluvia ácida de una usina termoeléctrica de Brasil afecta la salud humana y la produccion agropecuaria en una ciudad de la frontera el tema continúa sin solución, mientras la usina se dispone a aumentar su producción.
«Las promesas de Brasil de solucionar el problema no se cumplen y el tema trasciende ahora los aspectos sanitarios y de contaminación del ambiente a la luz del proceso de integración regional del Mercosur», dijo a IPS el viceministro de Vivienda y Medio Ambiente de Uruguay, Juan Gabito.
El funcionario indicó que Uruguay y los restantes países del Mercosur -Argentina, Brasil y Paraguay- buscan aumentar sus exportaciones, destacando entre otros argumentos la calidad de sus productos agropecuarios, libres de contaminación.
Los informes médicos del nororiental departamento uruguayo de Cerro Largo, en la frontera con el estado brasileño de Rio Grande del Sur, indican que de cada cinco pacientes atendidos uno sufre de problemas respiratorios derivados de esa situación.
En ese departamento, a 400 kilómetros de Montevideo, viven 91.000 personas y la contaminación del ambiente constituye un riesgo de imprevisibles consecuencias para la salud humana y la produccion agropecuaria.
El médico Walter Milan, director de salud del Ministerio de Salud Pública de Cerro Largo, dijo que la contaminación que produce la usina brasileña de Candiota es uno de los principales factores para que allí exista un alto número de pacientes alérgicos y con cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias.
Milan añadió que está comprobado el alto índice de ácidez de la lluvia que se abate sobre Cerro Largo e indicó que es el único lugar de Uruguay en el que se observan trastornos en la naturaleza, con cambios nítidos en el color de las hojas de los árboles y los platíos en las huertas y las granjas.
La usina, ubicada a 80 kilómetros de la fontera uruguaya, se asienta sobre la mayor mina de carbón mineral de América Latina que aflora naturalmente.
El carbón es pulverizado y con él se alimentan las turbinas que generan energía eléctrica, lo que produce anhídrido nitroso y anhídrido sulfuroso.
Los compuestos tienen alta afinidad con el agua y se combinan con la existente en la atmósfera, transformándose en ácido nítrico y ácido sulfúrico que son trasladados por las nubes que generan lluvia ácida.
La lluvia ácida deteriora árboles y plantas, daña la piel y la dentición de los animales, y aumenta su mortalidad.
Se prevé la inauguración de nuevas fases de desarrollo de la usina entre 1997 y el 2.002, lo que le permitirá aumentar su generación de 446 megavatios a 2.100. Con ello, el riesgo de contaminación puede extenderse a todo Uruguay, según expertos.
A comienzos de septiembre, el Ministerio de Medio Ambiente de Uruguay envirá especialistas de diversas áreas a la zona afectada, para actualizar el impacto ambiental.
Informes recientes de Brasil establecieron que no existen pruebas de la contaminación reiteradamente denunciada por Uruguay.
El gobierno uruguayo ha reclamado que se tomen muestras en la boca de las chimeneas de la usina para luego confrontarlas con muestras obtenidas en Uruguay, lo que constituiría casi «una prueba dactilar» de lo que se denuncia, dijo Gabito.
El funcionario uruguayo añadio que Brasil aceptó llevar a cabo las pruebas, aunque aún no las concretó, y aseguró que una vez definidas «no tendrá más excusas» para dilatorias que se producen a través de la «burocracia diplomática».
Gabito dijo que Uruguay insiste en la necesidad de invertir para evitar la contaminación, en particular en este caso, porque cuando se opera con un costo tan barato como el carbón, la inversión debería ser mayor.
Estimó que el mayor interés debería surgir de los brasileños, para que tampoco la produccion agropecuaria de su territorio sufra los efectos de la contaminación.
En el Mercosur «estamos todos en el mismo barco» y con estas actitudes pueden verse afectadas las exportaciones regionales, con el sello de producción natural, argumentó Gabito.
En tanto, la desconfianza de que Brasil cumpla sus promesas de buscar una solución a la contaminación de la usina se extienden al terreno político.
El diputado uruguayo Humberto Pica, electo por Cerro Largo, dijo que Brasil no ha demostrado interés alguno en verificar si la usina es responsable de la contaminación y estimó que en este caso los brasilenos actúan «como un zorro al que lo dejan a cuidando las gallinas».
Los múltiples acuerdos entre ambos países para definir una situación que se convirtió en una «agresión tóxica» son «meros propísitos, deseos de una cooperación binacional que no llega», afirmó Pica. (FIN/IPS/rr/ag/en/96