Las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU y de los países africanos tendrán que dejar Liberia si las facciones guerrilleras enfrentadas no restauran el maltrecho proceso de paz, advirtió el secretario general de la organización mundial, Boutros Boutros-Ghali.
Los jefes de las facciones liberianas -expresa el secretario general en un informe al Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas)- podrían enfrentar una suerte similar a la que tuvieron los señores de la guerra de Somalia.
Hace un año, los cascos azules abandonaron Somalia por no haber podido terminar con las luchas internas por el poder.
En la última primavera se desencadenó en Liberia una lucha por el poder entre el Frente Patriótico Nacional de Liberia (NPFL) de Charles Taylor y la facción que responde a Roosevelt Johnson en el Movimiento Unido de Liberación (ULIMO-J), que libraron una batalla en la que murieron 3.000 liberianos.
El enfrentamiento provocó la retirada de la mayor parte de las fuerzas de la ONU, con excepción de un pequeñísimo grupo.
Boutros-Ghali opina en su escrito que, a menos que los líderes liberianos comiencen a desarmar a sus tropas y allanen el camino a nuevas elecciones, "la comunidad internacional puede verse forzada a desentenderse de Liberia'.
El alto funcionario hace notar al Consejo que, a pesar de los esfuerzos por garantizar la observación del cese del fuego en Monrovia, los soldados de las milicias rivales siguen apostados alrededor de la capital.
Sólo 10 oficiales de la ONU se encuentran en Monrovia, de los 93 que estaban estacionados en todo el país en abril pasado.
No obstante, reconoce que "el cese del fuego es observado de forma general dentro de Monrovia".
La lucha continúa -según Boutros-Ghali-, entre las cuatro facciones principales, en las regiones del sudeste y el oeste de Liberia, y en las últimas semanas "en ocasiones ha desbordado la frontera con Costa de Marfil".
Los cascos azules, según el secretario general, no volverán a desplegar una fuerza completa en esa nación de Africa occidental mientras la ONU siga siendo objeto de los ataques de las milicias liberianas y del bandidaje.
Boutros-Ghali se propone ordenar el envío de otros 24 soldados de la ONU de regreso a las ciudades de Kakata, Buchanan y Suehn, tan pronto como sea posible. Los esfuerzos por organizar un retorno mayor, tanto de los cascos azules como de las agencias humanitarias, se han visto entorpecidos por el pillaje.
Tanto la ONU como esas agencias perdieron en total 489 vehículos, por valor de 8,3 millones de dólares, cuando los elementos armados de todas las facciones atacaron sus bienes durante la dura lucha que mantuvieron en abril y mayo. (FIN/IPS/tra-en/fah/arl/ip/96
