EE.UU.: Refuerzan patrulla de frontera ante campaña electoral

Autoridades del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) de Estados Unidos se preparan para la llegada a la frontera con México de una ola de personas, provenientes del norte.

Unos 1.500 agentes del INS esperan a cientos de políticos y periodistas en Imperial Beach, sobre el océano Pacífico, un punto favorito de cruce de inmigrantes ilegales a pocos kilómetros del sitio en que se inauguró este lunes la convención nacional republicana en la ciudad de San Diego, California.

Los agentes están dispuestos a guiar recorridos a lugares con sobrenombres como "Senda del fantasma", "Arbol de los ahorcados", "Embajada rusa" y "Paso del contrabandista", pero advierten a quienes llegan a la frontera esta semana para ser testigos de acciones de primera fila en la batalla contra la inmigración ilegal, que podrían salir desilusionados.

La Patrulla de Frontera afirma que hay pocas posibilidades de ser testigo de la detención de inmigrantes ilegales debido al éxito de un operativo lanzado hace dos años, el cual, según datos oficiales, redujo en 71 por ciento los cruces en estos sitios de la frontera.

A medida que se acerca la elección presidencial, las operaciones contra inmigrantes ilegales se reforzaron también al norte de la frontera.

Operativos de refuerzo similares se lanzaron en Texas, donde unos 400 agentes montan una guardia de 24 horas sobre un estrecho de 32 kilómetros del Río Grande que separa El Paso de su gemela, Ciudad Juárez.

La comisionada del INS Doris Meissner organizó en diciembre ejercicios especiales de capacitación para agentes de frontera, con el objetivo de hacer frente a una posible migración masiva desde México a Estados Unidos en caso de desastre.

Con la colaboración del ejército estadounidense, agentes de la Patrulla de Frontera se entrenaron en Florida, Texas y Arizona en la construcción de corrales y cercos, conducción de inmigrantes a través de los corrales para procedimientos de emergencia y en autobuses para viajar hacia centros de detención.

Tom Farris, director asistente para investigaciones, dijo que en los últimos nueve meses, unos 600 inmigrantes ilegales han sido enviados a México desde el área de Chicago, tras una serie de 55 inspecciones sorpresivas a lugares de trabajo.

El mes pasado Meissner anunció en conferencia de prensa en Phoenix, Arizona, que un operativo de control de lugares de trabajo dejó libres más de 3.500 puestos de trabajo que habían estado en manos de inmigrantes ilegales.

Pero la historia real de los nuevos operativos sobre los inmigrantes ilegales podría ser un poco más complicada.

Dos semanas después de la conferencia de prensa de Phoenix, Meissner se vio obligada a iniciar una investigación después que varios agentes acusaran a sus superiores de falsificar estadísticas y alterar informes para hacer parecer al operativo más exitoso de lo que fue en realidad.

Se cree que el número de intentos de cruce de la frontera en Imperial Beach cayó porque los inmigrantes se trasladaron unos 65 kilómetros al este, para evitar a agentes de la Patrulla de Frontera cruzando el desierto montañoso, donde hay menos vigilancia.

Agentes de la patrulla detuvieron a unos 1.903 inmigrantes ilegales en la ciudad de Campo, en el desierto, durante la primera semana de abril, y a 1.177 en Imperial Beach en el mismo período.

Un efecto colateral inesperado de este cambio en los patrones de cruce de fronteras es un aumento en los incendios forestales iniciados por fuegos abandonados o mal extinguidos por los inmigrantes ilegales.

En el correr de este año se registraron más de 200 incendios a lo largo de la frontera, mientras en 1994 sólo hubo 24.

Mientras, grupos vigilantes en el sur de California lanzaron sus propias iniciativas contra los inmigrantes ilegales. El más relevante es el "Batallón Roger de Aeropuertos", que este año se nombró según el ex alcalde conservador de San Diego y director de un programa radial Roger Hedgecock.

A comienzos de este año el grupo se presentó en el aeropuerto de San Diego para detener a mexicanos indocumentados que intentaran ingresar a Estados Unidos.

En respuesta, un grupo de ciudadanos formó al Federación Chicana para supervisar el aeropuerto y asegurar que los vigilantes cumplan una decisión de la corte según la cual no pueden hablar con personal de aerolíneas o actuar sobre supuestos inmigrantes ilegales.

Grupos de inmigrante en otras partes de Estados Unidos han comenzado a organizarse en reacción a los operativos federales y de vigilantes. Latinos Organizados Luchando, con sede en Chicago, por ejemplo, inició una serie de talleres para informar a los inmigrantes ilegales sobre sus derechos. (FIN/IPS/tra-en/pc/pz/lp/96

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