El primer ministro de Japón, Ryutaro Hashimoto, formalizó hoy en Brasilia con el presidente Fernando Henrique Cardoso un crédito de 511 millones de dólares para cuatro proyectos ambientales brasileños.
Ese fue el resultado concreto de la visita de tres días que hizo Brasil el gobernante japonés a Brasil, en su gira latinoamericana que prosiguirá en Perú y Costa Rica, y comenzó la semana pasada por México y Chile.
Los dos gobernantes trataron principalmente cuestiones económicas en el encuentro de dos horas en la capital brasileña. Además del préstamo, concedido por el Fundo de Cooperación Económica con Ultramar, una agencia oficial japonesa, varias empresas del país asiático anunciaron inversiones en Brasil.
Toyota y Honda son las primeras montadoras japonesas que decidieron producir vehículos en Brasil, aunque en pequeña cantidad, invirtiendo 259 millones de dólares en los próximos años.
Hashimoto se dijo satisfecho por la propuesta brasileña de fijar cuotas para la importación de vehículos japoneses con arancel reducido, aunque manifestando reservas sobre el régimen automotor de Brasil, informó el canciller brasileño Luiz Felipe Lampreia.
Japón se sintió discriminado por la política brasileña que concede a las montadoras instaladas en el país la posibilidad de importar vehículos con arancel de 35 por ciento, mitad de lo cobrado a los demás.
Por eso llevó el caso a la Organización Mundial de Comercio, acompañado de la Unión Europea, Corea del Sur y Estados Unidos.
Ante la protesta, Brasil ofreció a esos países una cuota de importación de 50.000 vehículos en los próximos 12 meses, con arancel de 35 por ciento. El primer ministro japonés destacó que todas las reglas deben cumplir las normas internacionales de comercio contra discriminaciones y competencia desleal.
Su vocero, Hiroshi Hashimoto, había criticado, luego del arribo de la delegación a Sao Paulo el sábado, las medidas brasileñas "incompatibles con las reglas de la Organización Mundial de Comercio".
El crédito ambiental japonés se destinará a obras de saneamiento básico y control de inundaciones fluviales en el sur, y descontaminación de una bahía y generación de energía eólica en el noreste de Brasil.
Cardoso prometió al visitante que la privatización de la Compañía Vale do Rio Doce, gran estatal minera y mayor exportadora mundial de mineral de hierro, se hará con total transparencia.
Los japoneses tienen mucho interés en la empresa, gran proveedora de su industria siderúrgica, y temen que sea adquirida por capitales de Australia, otra importante fuente de minerales que podría tener a Japón dependiente de sus suministros y en condiciones de imponer precios.
La Vale do Rio Doce deberá ir a subasta a principios del año próximo y se discute si será vendida en conjunto o en partes. La empresa posee numerosos yacimientos de varios minerales, ferrocarriles, subsidiarias de celulosa y siderurgia.
El presidente brasileño había visitado Japón en marzo pasado, iniciando negociaciones para una intensificación de las relaciones entre los dos países, estancadas desde la década pasada. El año próximo, Brasil recibirá la visita del emperador Akihito. (FIN/IPS/mo/ag/ip-if/96
