Una decisión del Banco Mundial para la realización de un proyecto del sector de transporte en Camerún amenaza a la selva virgen y a los grupos indígenas que viven en ella, advirtió la organización defensora del medio ambiente Amigos de la Tierra.
Con 60 millones de dólares de un crédito blando de la Asociación Internacional de Desarrollo del Banco Mundial, el proyecto comprende la rehabilitación de una ruta que atraviesa en el este de Camerún una "zona ecológicamente frágil", sostuvo Amigos de la Tierra.
La ruta de Abong Mbang-Lomie permitirá la penetración de empresas madereras en la región, lo cual facilitará la deforestación, alertó la organización ambientalista.
El mismo proyecto, advirtió el grupo, fue rechazado años atrás por el Banco Africano de Desarrollo (AfDB) después que un estudio sobre impacto ambiental revelara "una serie de consecuencias negativas sobre el hombre y el medio ambiente".
Según el estudio del AfDB, los grupos bantú y baka que viven de la selva y la agricultura se verán especialmente afectados, mientras las selvas de Camerún son "de especial importancia" debido a su diversidad biológica, con numerosas especies únicamente encontradas en la zona.
Las actividades de transporte producirán un cambio en la caza de pequeña a gran escala, y las rutas menores de acceso dividirán la selva en porciones, interferirán en el ecosistema y alejarán los animales de los que dependen los baka para sobrevivir.
Citando cifras de 1990 del Instituto de Recursos Mundiales, el AfDB señaló que durante la década pasada Camerún sufrió una de las más altas pérdidas en las selvas tropicales del mundo.
Según estimaciones conservadoras, la velocidad de corte de madera en las selvas más densas es entre 10 y 11 veces mayor que el tiempo requerido para su regeneración.
Pero cuando el Banco Mundial consideró el plan no condujo su propio análisis sobre las consecuencias ambientales y sociales, una decisión que desató el debate cuando la resolución fue tomada en mayo.
El delegado de Estados Unidos comentó en ese momento que, pese a que el proyecto tiene mucho para recomendar, implica "consecuencias sociales y ambientales potencialmente significativas".
Pero el proyecto fue aprobado de todos modos, tras una fuerte defensa de Francia, la ex potencia colonial de Camerún. Un vocero del Ministerio de Economía y Finanzas de Francia dijo que no quería poner en peligro un proyecto "cuyo impacto favorable sobre las poblaciones más marginalizadas es indudable".
El gobierno de Camerún afirma que ha convencido al Banco que aplicará estrictos criterios de protección ambiental al seleccionar las rutas a incluir en los programas de mantenimiento y rehabilitación financiados por la institución financiera.
Para Amigos de la Tierra, esas promesas no son tranquilizadoras, a la luz de la relación que Francia ha mantenido con sus ex colonias en Afica, incluyendo Camerún.
Organizaciones no gubernamentales en París alegan que la política del gobierno francés pospone el fin de los regímenes dictatoriales, alimenta el uso inadecuado de la ayuda al desarrollo y enriquece a las elites políticas francesa y africanas a costillas del resto de la población.
Una reciente campaña de una red de ONG por mejorar las relaciones entre Francia y Africa señala que en Camerún "los ingresos de la industria petrolera nunca figuran en el presupuesto", sino que "parten de inmediato a cuentas bancarias en el exterior".
Mientras, autoridades del Banco en Mundial en París no estuvieron disponibles para hacer comentarios sobre el proyecto. (FIN/IPS/tra-en/ao/rj/lp/dv-en/96