La primera plantación legal de marihuana autorizada en Sudáfrica se propone investigar la viabilidad de crear industrias, en las áreas rurales, que elaboren el cáñamo con fines diferentes de los narcóticos.
Esta plantación experimental, localizada cerca de la ciudad de Rustengurg, en la provincia del Noroeste, es objeto de estudio en un nuevo informe sobre las potencialidades no narcóticas de la marihuana, conocida como "dagga" por los millones de fumadores que existen en Sudáfrica.
El informe fue entregado a los ministerios de Tierras y de Salud para abrir el debate sobre los posibles usos de una planta que crece como la maleza en el campo, para promover industrias con fines no narcóticos.
El informe fue realizado por un equipo de investigadores agrícolas reunido bajo los auspicios del Instituto de Investigaciones del Tabaco y el Algodón y la Southern African Hemp Company, productora de cáñamo.
Hace dos años, las autoridades de salud dieron permiso a los investigadores para importar de Holanda cinco variedades de cáñamo no intoxicante, a fin de comprobar su posible adaptación a las condiciones sudafricanas.
La primera fase del trabajo ya ha sido terminada, y los investigadores consultan ahora con el Centro de Política Agraria y de Tierras (LAPC) -una organización no gubernamental que colabora con el Ministerio de Tierras en programas de reforma agraria- sobre el pasaje a una fase más avanzada del proyecto.
"Se trata de un proyecto muy serio que podría permitir a Sudáfrica el desarrollo de una industria basada en recursos genéticos bien adaptados a las condiciones del país", dijo Paul Cohen, coordinador del programa de investigación.
David Cooper, director del LAPC, ratificó que "esta es una investigación valiosa, que pone de manifiesto los múltiples usos constructivos que puede tener el cáñamo".
"Si continúa la investigación, ella podría beneficiar a nuevos agricultores que fácilmente podrían cultivar esas variedades como productos exportables", comentó Cooper.
El gobierno presidido por Nelson Mandela ha lanzado un ambicioso programa de reforma agraria para redistribuir 30 por ciento de la tierra cultivable del país a personas pobres y carentes de tierra, en el plazo de cinco años.
La planta de cáñamo que está siendo investigada podría ser utilizada también por los productores rurales ya establecidos, como complemento de sus actuales producciones.
El cáñamo es utilizado en muchas partes del mundo como materia prima para el papel, los textiles y los materiales de construcción. (FIN/IPS/tra-en/ek/arl/dv/96