SRI LANKA: Todos se preguntan qué pasará con el turismo

Reluciente en la vastedad azul del Océano Indico, Sri Lanka, que una vez fue llamada "Isla del Paraíso", está tratando de revivir su imágen de centro turístico arruinado por la guerra civil entre el gobierno y separatistas Tamil.

Las secuencias televisadas de la lucha y las pormenorizadas crónicas de la prensa ahuyentaron a los viajeros de esta isla tropical que cuenta con playas doradas y una exótica cultura.

"La industria está en pésimo estado… Los hoteleros se ven en la alternativa de cerrar o despedir parte del personal", declaró el ministro de Turismo, Dharmasiri Senanayake.

Las llegadas de turistas este año fueron muy inferiores a las registradas el año pasado. El gobierno se ha visto obligado a adoptar medidas para salvar del colapso a la industria que en 1995 obtuvo ingresos por 210 millones de dólares.

El gobierno ofreció alivio financiero a los hoteleros y lanzó una campaña promocional por 2,7 millones de dólares no solamente para restablecer la imagen turística del país sino tambien aumentar el número de visitantes procedentes del Sudeste de Asia.

Como parte de la ayuda financiera, los bandos estatales y las instituciones de crédito recibieron orden de reformular la escala de amortización de intereses y deudas, sobre préstamos contraídos por la industria hotelera, apuntó Senanayake.

La campaña de publicidad será ofreciuda a compañías internacionales de relaciones públicas, una de las cuales -Bursen Marsteller de Londres- mandó un equipo de su filial de Hong Kong a Colombo para explorar el terreno, dijeron funcionarios de turismo.

A mediados de octubre de 1995, la industria pareció estar en camino de recuperarse, con 342.735 llegadas de viajeros en el año, equivalente a un aumento del 3,4 por ciento respecto a 1994.

Entonces, el objetivo de lograr 470.000 visitantes de las neblinosas áreas de montaña, jardines de coral para acuanautas, orfelinatos de elefantes y reservas de tortugas del país pareció al alcance de la mano. La mayoría de los turistas provenían de Alemania, Francia, Japón e Italia.

Sin embargo, en octubre, el gobierno ordenó el asalto militar contra los baluartes separatistas Tamil en la septentrional península de Jaffa y la parte oriental de la isla. Si bien la guerra ya dura 13 años con un saldo de 50.000 muertos, en los últimos años estuvo confinada a esas áreas y no afectó al turismo en el sur.

Esta vez, en cambio, la lucha llegó hasta Colombo. Los guerrilleros Tamil volaron tanques de petróleo en la periferie de la capital el 20 de octubre último y mataron a 23 soldados.

Un segundo ataque perpetrado en Colombo, en el cual dos milicianos suicidas trataron infructuosamente de volar con explosivos edificios militares y provocaron la muerte de 12 civiles, empeoraron las cosas.

La industria se derrumbó cuando los Tamil detonaron en enero un camión cargado con explosivos junto al edificio del Banco Central, y redujeron a escombros parte del distrito financiero de Colombo. El estallido causó 88 muertos y 1.400 heridos.

Tras el incidente, turistas individuales y grupos charter cambiaron sus pasajes hacia otros destinos en Asia. Hoteles de lujo dieron cuenta de una declinación del 25 por ciento de llegadas al comienzo de la temporada turística srilankesa.

Durante la temporada alta de enero-abril de este año, solo 105.325 turistas extranjeros visitaron la isla, equivalente a una disminución del 40 por ciento respecto al mismo período de 1995.

Actualmente, los hoteles ofrecen habitaciones con fuertes descuentos para atraer a expatriados y locales, en un intento de mantener el negocio. Sin embargo, apenas lo consiguen, dijeron fuentes de la industria.

"La declinación de llegadas nos afectó terriblemente", admitió Siri de Silva, director gerente de Adventurers Lanka, una agencia de viajes. De Silva expresó su esperanza que se produzca una recuperación en julio, contemporánea con la principal procesión anual budista en el país, Kandy Esala Perahera.

"Despues de julio habrá un respiro, y la industria podrá prepararse para la temporada invernal… Sin embargo, si se produce cualquier brote de violencia en la ciudad, entonces, ¡adiós industria!", afirmó De Silva.

El gobierno ha repetido hasta el cansancio que las famosas playas con arena blanca en el sur de la isla están lejos del teatro de la lucha y no son blanco del terrorismo. Los funcionarios reiteraron que el turismo no corre peligro.

No obstante, la vista de soldados armados en puestos de control, situados a cada 100 metros en la capital, y las severas medidas de seguridad en el aeropuerto de Colombo, que los Tamil trataron de volar en junio, acrecientan la impresión de peligro inminente.

El líder del opositor Partido de Unidad Nacional, Ranil Wickremasinghe, opinó que el gobierno debió haber adoptado medidas mucho antes para salvar a la industria turística. "Tiene que haber áreas de turismo redsguardadas y garantías que Colombo es una ciudad segura", apuntó Wickremasinghe.

"La industria debería recuperarse durante la temporada invernal", insistió Senanayake. "No soy pesimista y tengo confianza en el futuro". (FIN/IPS/tra-en/dc/an/ego/if).

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