La promesa electoral formulada por el presidente ruso Boris Yeltsin de asegurar una vida normal "a cada persona, a todas las familias…", parece muy difícil de cumplir, sobre todo respecto al problema de la desprotección infantil.
Yeltsin aprobó dos iniciativas inmediatamente despues de triunfar en las presidenciales del 3 de julio último. Ambos programas para 1997-1998 constituyen sendos esquemas para enfrentar la falta de vivienda juvenil y la delincuencia, así como objetivos para desarrollar servicios sociales de familias y niños.
Aumentos astronómicos de precios, creciente desempleo y el colapso del sistema soviético de atención infantil financiada por el estado, con jardines de infantes, centros de atención diaria y campos juveniles de verano, causaron estragos en la mayoría de las familias rusas.
Mas de un tercio de todos los matrimonios en Rusia finalizan actualmente en divorcios, a menudo dejando niños sin atención adecuada y hasta sin hogar. Los otros, víctimas de problemas perennes de dudosa solución caen en la bebida.
"Cada día hay más casos. La tensión psicológica para adaptarse a las condiciones de la economía de mercado y los precios relativamente bajos de las bebidas alcohólicas arrastran a la dipsomanía a familias enteras de trabajadores rusos", señaló Andrei Akopyan, director del Centro de Reproducción Humana en Moscú.
Las calles se ven cada vez más llenas de refugiados de diferentes conflictos dentro de la Federación Rusa, como Chechenia, o externos, como Tayikistan y Abjazia. Tambien aumenta la cantidad de rusos étnicos que debieron abandonar los antiguos estados sovieticos ahora independientes.
Doce de las 15 repúblicas que formaron la extinta Unión Soviética (URSS), excluídas las tres bálticas (Estonia, Letonia y Lituania), integraron la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Ahora es común ver a grupos de niños de la calle mendigando, robando o revolviendo la basura en busca de comida, algo desconocido o al menos nunca visto en la URSS durante el gobierno comunista.
No hay estadísticas oficiales sobre el número de niños sin hogar en Rusia. El ministerio de protección social estimó que superan los 60.000 y otros expertos triplicaron la cifra.
El Partido Comunista ha usado a la niñez desprotegida como evidencia para señalar las inicua característica de la reforma económica con su secuela de desequilibrios sociales.
Sin embargo, con medidas "evolutivas más que revolucionarias", Yeltsin prometió en su Programa de Acción 1996- 2000 posteleccionario que iba a restituir su eficiencia a la red de orfelinatos que había en la extinta URSS.
La ministra de Proteccion Social, Ljudmila Bezlepkina, dijo que el programa había comprometido 17,2 millones de dólares en los próximos dos años, equivalente al 10 por ciento de los gastos estatales planeados para programas vinculados con niños.
Un cambio en los orfelinatos estatales es impostergable porque albergan a mas de 110.000 niños menores de 18 años, los cuales son tutelados por un adulto cada 25 menores.
El personal de los orfelinatos gana un promedio de 80 dólares por mes y carece de formación profesional para afrontar los serios problemas de conducta de los niños internados.
Informes sobre abusos físicos y sexuales son comunes y los expertos han descripto las condiciones como "horribles". El índice nacional de mortalidad infantil del dos por ciento trepa abruptamente al 16 en el caso de menores en orfelinatos.
La segunda parte del programa, presupuestada en 3,75 millones de dólares en los próximos dos años, está destinada a ayudar familias con hijos en "situaciones de emergencia", apuntó Bezlepkina. La ministra prometió crear un banco de datos, centros de asistencia y teléfonos "amigos" para los casos de menores maltratados.
En casos de familias indigentes que no pueden hacerse cargo de la totalidad de sus hijos, la ministra dijo que se continuará con la política de brindar hogares adoptivos "porque la experiencia demuesta que funcionan en el 70 por ciento de los casos".
Otro plan desarrollará los Hogares Infantiles existentes para las familias monoparentales incapaces de mantener a sus hijos. Los niños serán tenidos en custodia con total acceso de los padres, que podrán recobrarlos cuando las cicunstancias lo permitan.
Sergei Koloskov, titular de la Asociación Rusa de Niños Mongólicos, una entidad que trata de tutelar a uno de los sectores juveniles más abandonados del país, aquellos física o mentalmente retrasados, teme que esos "hogares" sean usados como "vaciaderos" de ninos indeseados, incluyendo minusválidos físicos y aquellos afectados por defectos de nacimiento.
"Como las instituciones capaces de ayudar a padres con niños minusválidos son casi inexistentes en Rusia, y el estigma social respecto a un niño imperfecto está aún vigente, el 95 por ciento de los menores que nacen con problemas son dados en custodia al estado", explicó.
Los fondos otorgados al programa minoril tambien fueron juzgados insuficientes. "Dada la magnitud del problema no cubren ni siquiera el costo del actual sistema de "colonias" para menores delincuentes", comentó el diario semioficial Rossijjskaya Gazeta.
"Nuestra esperanza es que los programas federales se complementen con aquellos regionales, pero la paradoja es que en lugares donde los problemas de abandono infantil son endémicos, los presupuestos locales y la gente son los más pobres". (FIN/IPS/tra-en/ss/rj/ego/pr).
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