HONDURAS: Niños entierran juguetes bélicos en rechazo a violencia

En un simbólico acto contra la violencia, un grupo de 300 niños y niñas de las escuelas de la capital de Honduras enterraron juguetes bélicos dentro de una campaña de cultura de paz que busca impedir una eventual guerra civil en este país centroamericano.

El acto, realizado este viernes en el Monumento a la Paz ubicado en el cerro Juan A. Laínez, protendió ser un llamado de reflexión a la sociedad hondureña, acosada en las últimas semanas por violencia y escándalos de corrupción.

La campaña educativa, que busca promover un cambio de actitud frente a la violencia en América Central, está organizada por la Universidad para la Paz de las Naciones Unidas, con sede en Costa Rica.

"La región centroamericana está viviendo fuertes problemas de violencia que ponen en peligro la democracia que tanto nos ha costado", dijo este sábado a IPS Abelardo Brenes, coordinador del Programa de Cultura de Paz, de la Universidad de las Naciones Unidas.

"En todos los países se reportan brotes de violencia y creímos conveniente lanzar desde Honduras una campaña de reflexión para evitar que nuestros pueblos vuelvan a tomar caminos distintos a la democracia", dijo Brenes.

Honduras vive desde hace dos años una fuerte escalada de violencia y delincuencia, vinculada a la pobreza, el alto desempleo y la indiferencia en materia de seguridad ciudadana.

De allí que el lanzamiento de la campaña coincidió irónicamente con los pronósticos del jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras, general Mario Hung, sobre el estallido de una guerra civil.

"La situación de Honduras es como un dique a reventar, y eso – traducido a la realidad- es como pronosticar una guerra civil", dijo el jefe militar.

Los pronósticos dieron lugar este sábado a una serie de reacciones adversas.

Las declaraciones de Hung "no sé si interpretarlas como una advertencia producto de la crisis económica o como un modo muy militar de presentar dialécticamente un nuevo peligro", dijo Manuel Gamero, director del Diario Tiempo, de la norteña ciudad de San Pedro Sula.

El representante del estatal Comisionado de los Derechos Humanos, Leo Valladares, pidió al militar que fuera más explícito en sus afirmaciones, que calificó de "temerarias".

"Nunca hablé de una guerra civil, sino de una convulsión social", puntualizó el jefe militar, quien añadió que no hará más declaraciones y canalizará todo comentario a través de los portavoces de la institución.

La campaña de educación promovida por la Universidad para la Paz captó la simpatía del gobierno y amplios sectores de la sociedad civil.

La vicepresidenta de Honduras, Guadalupe Jerezano, dijo a IPS que el entierro de juguetes bélicos por parte de los niños y niñas "representa el sentir de un pueblo que no quiere la violencia en ninguna de sus manifestaciones".

Gerson Barrantes, un niño de 10 años, leyó en el momento de sepultar los juguetes bélicos una carta pública en la que pidió a la sociedad que fomente un Estado de Derecho donde "la justicia sepulte a la impunidad". (FIN/IPS/tm/ag/ip-pr/96

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