El ejército de Honduras rechazó hoy categóricamente una denuncia procedente de Nicargua que lo implica en la venta de armas a delincuentes y ex rebeldes "contras" nicaragüenses.
El general Mario Hung Pacheco, jefe del ejército hondureño, anunció que la cancillería hará llegar una protesta formal a Managua por las insinuaciones lanzadas la semana última por el diputado nicaragüense Carlos Gallo.
"Que un congresista nicaragüense diga que nosotros estamos vendiendo armas a los delincuentes y ex contras en Nicaragua me parece una temeridad", dijo Pacheco.
A su juicio, la ola de violencia delictiva observada en Nicaragua y el resto de América Central es producto de rezagos de la guerra en los años 80, de la pobreza y de efectos de las medidas de ajuste económico.
Pero atribuir la responsabilidad por la violencia a los militares hondureños "no es justo. Si ese diputado nicaraguense tiene pruebas, que las presente y de nombres, y entonces esclareceremos el caso", afirmó Hung.
Gallo aseguró que las bandas de ex contras nicaragüenses que operan en la frontera con Honduras fueron armadas por oficiales de los ejércitos de Honduras y Nicaragua.
Hung se reunió con el jefe del ejército nicaragüense, Joaquín Cuadra Lacayo, quien lamentó la denuncia y la atribuyó a cuestiones políticas propias de la campaña para las elecciones de octubre en Nicaragua.
Cuadra dijo en Tegucigalpa que las acusaciones de Gallo son "infundadas" y exhortó a los ejércitos y policías de América Central a coordinar la lucha contra la delincuencia.
Honduras albergó en la década de 1980 a unos 40.000 contras que, financiados por Estados Unidos, combatieron contra el régimen sandinista de Nicaragua.
La presencia de los contras tuvo de resultado en Honduras la destrucción de plantaciones de café y otros daños económicos, y un mercado ilegal en el que se contarían unas 65.000 armas, según informes militares y del gobierno. (FIN/IPS/tm/ff/ip/96)
