CUBA: América habla fuerte contra Helms-Burton, pero no tiene eco

La fuerza con la que América habla contra la polémica ley estadounidense Helms-Burton, que endurece el bloqueo a Cuba, parece tener poco efecto en Washington y escaso eco entre empresarios que prefieren detener inversiones o retirarse de la isla.

La advertencia de Canadá y México de que responderán con sanciones a la implementación de la ley Helms-Burton, promulgada en marzo, luego del derribo por parte de Cuba de dos avionetas de exiliados, y la condena expresada por los países de América y el Caribe, no afectaron la determinación del gobierno de Bill Clinton.

Sin embargo, cuando la Unión Europea (UE) anunció a principios de este mes estar dispuesta a tomar represalias contra empresas de Estados Unidos, Clinton resolvió casi inmediatamente suspender por seis meses la entrada en vigor del capítulo más conflictivo de la ley, también llamada Acta para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubana.

Para Estados Unidos, los países de América "no dejan de ser provincias sin importancia", mientras que Europa es un socio comercial y político al que no puede ignorar, opinó Sergio Sarmiento, analista de la televisora Azteca y del diario Reforma, de México.

Washington postergó hasta febrero la implementación del capítulo III de la ley Helms-Burton, prevista originalmente para el 1 de agosto.

Ese capítulo faculta a los antiguos propietarios de activos estadounidenses confiscados por el gobierno cubano a demandar ante los tribunales de Estados Unidos a toda empresa o individuo, de la nacionalidad que sea, que "trafique" con esos bienes.

Además, la ley autoriza a las autoridades migratorias a negar visas de ingreso a su país a los ejecutivos y familiares de empresas que mantengan vínculos con el país caribeño.

La postergación del capítulo III elimina un factor de perturbación de la campaña para los comicios de noviembre, en los que Clinton busca su reelección, y podría prolongarse después de febrero.

Cuba afirma que ninguna firma extranjera abandonó su territorio tras la promulgación de la ley, pero un empresario mexicano con negocios en la isla aseguró a IPS que al menos una docena de compañías ya se marcharon o cancelaron proyectos de inversión.

Según el empresario, que prefirió permanecer en el anonimato, el tema se maneja con reserva, "pues las firmas desertoras y el gobierno del presidente Fidel Castro hicieron un pacto de discreción".

Consultas realizadas por corresponsales de IPS en Brasil, Colombia, Chile y México, los principales entre los países latinoamericanos con negocios en Cuba, descubrieron que fuera de la cementera mexicana Cemex y de la aerolínea colombiana Aerorepública, ninguna otra empresa optó por la retirada, al menos públicamente.

Sólo cuatro de las firmas extranjeras que operan en la isla están vinculadas con antiguas propiedades estadounidenses, afirman los funcionarios cubanos. Washington sostiene que Castro expropió bienes de sus ciudadanos por 6.000 millones de dólares sin haber pagado por ello hasta ahora ninguna compensación.

En Brasil, que en 1995 mantuvo un intercambio comercial global con Cuba por 78,4 millones de dólares, se afirma que 216 firmas nacionales tienen negocios en la isla.

Pero hasta ahora, sólo la tabaquera Souza Cruz, subsidiria de una compañía británica, admitió públicamente haber realizado inversiones en Cuba.

Los ejecutivos de Souza Cruz, que no han recibido ninguna advertencia de Washington, reconocen temer la aplicación de sanciones como la negativa a la solicitud de visado para viajar a Estados Unidos.

El gobierno y el Congreso de México, respaldados por los empresarios, prometen promulgar una ley antídoto contra la Helms- Burton, para evitar perjuicios a las 200 compañías nacionales que tienen vínculos con Cuba.

Pero en Brasil y Chile, la condena a la polémica norma se ha limitado a los pronunciamientos diplomáticos.

"Queremos que en Cuba haya un régimen democrático y que sea integrado como tal al concierto de naciones latinoamericanas, pero el camino del bloqueo y las sanciones no conducen a ese objetivo", dijo José Insulza, canciller de Chile.

Ninguna de las 20 empresas chilenas de las áreas financiera, agroindustrial, inmobiliaria y turística que tiene negocios con La Habana han manifestado intención de retirarse de la isla, aunque tampoco informaron de nuevas inversiones, una actitud que contrasta con su dinámico accionar en otros países.

Según la Cámara de Comercio de Chile, hasta 1995 Cuba fue receptora de 0,7 por ciento de las inversiones chilenas en el exterior. Es decir, de unos 63 millones de dólares.

El empresario mexicano consultado por IPS afirmó que entre las firmas que dejaron la isla o interrumpieron su inversión se cuentan Vitro, de México, Occidental Hoteles, de España, el banco holandés ING y la canadiense Road Path, que compraba azúcar a la isla.

La Conferencia de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe, uno de los muchos foros regionales donde se condenó la ley estadounidense, advirtió que la Helms-Burton podría perjudicar a 133 asociaciones empresariales y comerciales de 28 países, entre los que figurarían Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, Honduras, Jamaica, México y Panamá.

Las principales inversiones extranjeras en Cuba corresponden a empresas de España, Canadá y México.

Jorge Witker, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, opinó que la aplicación de una ley "antijurídica por excelencia" deberá superar aún obstáculos, como el rechazo de la UE y de los países de América, y posiblemente, varias demandas de ilegalidad en la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos. (FIN/IPS/dc/ff/ip if/96)

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