COSTA RICA: Comer y divertirse menos para enfrentar la crisis

La clase media de Costa Rica ha tenido debido reducir sus gastos en alimentación y recreación para poder hacer frente a la crisis económica con los ingresos disponibles, senala una encuesta divulgada hoy.

Realizado por el Instituto de Estudios Sociales en Población de la estatal Universidad Nacional, el sondeo estableció que 91,1 por ciento de la población de la Gran Area Metropolitana (San José y sus alrededores) se ha visto obligada a hacer ajustes en alimentación, transporte, recreación y vestuario.

De todos estos rubros, el más afectado fue la alimentación, en virtud de que 85 por ciento de los entrevistados dijo haber tenido que reducir sus compras al mínimo.

En cuanto a recreación, 80,2 por ciento de los encuestados declaró haber hecho ajustes en este rubro, 79,8 por ciento redujo sus gastos de vestuario y 79,1 optó por disminuir sus gastos en transporte.

Esos resultados muestran que el primer semestre de 1996 fue crítico para la familia costarricense, indican las autoras del estudio.

"Si la población de clase media para arriba ha tenido que tomar estas medidas, ¿qué habrán tenido que hacer los pobres?", se preguntaron las investigadoras sociales.

La situación económica de la población refleja el estado de las finanzas públicas y los balances macroeconómicos del país en los últimos seis meses.

En un informe dado a conocer el miércoles, la firma Ecoanálisis – integrada por economistas- señala que el índice mensual de actividad económica decreció 1,5 por ciento en los primeros cinco meses del año y el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 1,16 por ciento.

Basándose en estos dos indicadores Ecoanálisis prevé para el primer semestre un crecimiento negativo de la economía, medida por el PIB, de 0,74 por ciento.

El presidente del Banco Central, Rodrigo Bolaños, admitió que el gobierno deberá revisar hacia abajo la meta de crecimiento económico planteada inicialmente para 1996, de tres por ciento.

La situación del país fue descrita por uno de los expertos de Ecoanálisis, Luis Mesalles, como de fuerte recesión económica. Para ello tomó en cuenta otros indicadores, como el área de construcción, que mostró un decrecimiento de 23 por ciento en el primer semestre, comparada con igual período del año anterior.

Paralelamente, el gobierno enfrenta un déficit fiscal de 2,1 por ciento que se agudiza por la contracción de la actividad productiva.

La falta de ingresos ha obligado al gobierno a colocar más bonos y pagar más intereses por la deuda interna y en algún momento podría llevar a una devaluación de la moneda más fuerte que el ritmo actual de ocho o 10 céntimos diarios.

Bolaños reconoció también que el país no podrá cumplir con el compromiso con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de reducir el déficit fiscal a 0,5 por ciento en 1996 y que éste rondará la cifra actual de 2,1 por ciento.

Ronulfo Jiménez, también de Ecoanálisis, es todavía más pesimista, ya que, tomando en cuenta las cifras actuales, prevé que el faltante fiscal llegará en diciembre a cuatro por ciento.

En agosto, una misión del FMI arribará a Costa Rica para revisar el estado de la economía, oportunidad que será aprovechada por el gobierno para pedir una prórroga del convenio de estabilización actual o un nuevo acuerdo que entraría a regir en marzo de 1997. (FIN/IPS/mso/dg/if-pr/96)

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