Autoridades de la central nuclear de Embalse en Argentina admitieron hoy que hubo un "incidente operativo" en la usina, fuera de servicio desde el domingo, pero minimizaron los alcances del hecho, denunciado por una organización ecologista.
El sistema de protección radiológica detectó el domingo "un pequeño aumento de tritio en los tanques de agua liviana que se utilizan en varios servicios industriales de la planta", dijo a IPS un vocero de la central que pidió anonimato.
Este hallazgo inesperado en Embalse, el bocado más atractivo de la privatización atómica, obligó a "tomar las medidas correctivas correspondientes", dijo el vocero.
Embalse, situada en la central provincia argentina de Córdoba, es una de las tres centrales nucleares del país que esperan ser privatizadas, junto a Atucha I y Atucha II. Pero es considerada la más atractiva por ser la más nueva, aún cuando requerira prolongados trabajos pues ya tiene más de 10 años de inaugurada.
El tritio tres es un radioisótopo cancerígeno y generador de malformaciones, según estudios adjuntados a la denuncia presentada este martes por la Fundación de Defensa del Ambiente. Puede ser liberado al aire como gas o pasar a la forma líquida como agua tritiada.
No obstante, el vocero de la central aclaró que "no hubo ningún tipo de riesgo radiológico" y no se contaminó agua potable como señala la denuncia, aunque admitió que por "precauciones de seguridad" se compró agua mineral para consumo del personal de la planta.
En verdad, no solo el denunciante alertó sobre la contaminación radiológica del agua para beber sino la propia empresa Nucleoeléctrica Argentina S.A., creada bajo la órbita de la Secretaria de Energía, admitió que el agua contaminada es el "agua corriente" de la central.
De todos modos, el representante de Embalse reconoció que "no es normal" que llegue tritio a los tanques de agua liviana, aún cuando el detectado en este caso se encontraba en "mínimas concentraciones, muy por debajo de los niveles autorizados por el Ente Nacional Regulador Nuclear".
La Fundación de Defensa del Ambiente alertó, además, sobre la ausencia de aviso a los empleados de la planta de los eventuales riesgos que comporta el consumo de agua potable.
El vocero de la central aseguró que la planta estaba fuera de servicio desde ese fin de semana pero no por causa de esa falla sino para realizar "una reparación técnica en los generadores de vapor" y añadió que "paralelamente a ese arreglo se hicieron reparaciones menores de mantenimiento".
Pero la Fundación señaló que el escape de tritio tres se produjo en el circuito de refrigeración del núcleo de la central a través de una pequeña perforación en uno de los conductos donde se realiza la fisión del combustible y esa fue la causa por la que se decidió paralizar la central atómica.
Los trabajadores, que sospecharon de la existencia de problemas debido a la inusual compra de botellas de agua mineral para su consumo, fueron advertidos por la Fundación y no por las autoridades, y ahora manifiestan preocupación por los efectos que el consumo de agua pueda tener en sus organismos.
El viernes previo al accidente, la Asociación de Trabajadores del Estado había advertido sobre la necesidad de detener las sucesivas postergaciones de la revisión de la planta, para no poner en riesgo a los empleados y a la población.
"Embalse está siendo sometida a una fuerte presión productiva que la haga atractiva a los eventuales interesados en la concesión", dijo a IPS Juan Villalonga, experto en temas nucleares de la organización ambientalista internacional Greenpeace, quien dijo que por esa razón se aplaza el control.
La privatización nuclear argentina permitirá al gobierno racaudar unos 600 millones de dólares, pero el proyecto, impulsado por el Ministerio de Economía, aún se debate en el Congreso, donde enfrenta fuertes resistencias. (FIN/IPS/mv/ag/en-if/96
