Los líderes de Africa occidental no ocultaron su preocupación por la ruptura del acuerdo de paz que ya estaba en ejecución en Liberia -durante una conferencia que celebraron este fin de semana en Abuja, la capital de Nigeria-, pero omitieron censurar a los regímenes militares de la región.
La violación de los principios democráticos en Níger -otro de los 16 países de la subregión-, parece haber merecido escasa atención de los presidentes de los países miembros de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (ECOWAS) en su cónclave del 26 y 27 de este mes.
El hombre fuerte de Níger, coronel Ibrahim Barre Mainassara, celebró elecciones presidenciales los días 7 y 8 de este mes, después de haber tomado el poder en enero último, presentándose él mismo como candidato a la jefatura del Estado.
No obstante, destituyó a una comisión electoral independiente durante el escrutinio de los votos, reemplazándola por un cuerpo elegido a dedo.
El 10 de julio, cuando la nueva comisión declaró vencedor a Mainassara, los sindicatos llamaron a una huelga general y se organizaron manifestaciones de protesta en las calles de Niamey, la capital, y en Zinder, la segunda ciudad del país. La reacción del gobierno fue prohibir las reuniones públicas.
Una simple mirada a la lista de asistentes a la conferencia de ECOWAS da una medida de cuán sorprendente hubiera sido una condena a Mainassara -uno de los 12 jefes de Estado presentes en Abuja-, dadas las credenciales de muchos de los participantes.
El anfitrión, general Sani Abacha, tomó el poder en Nigeria después de la anulación de las elecciones de junio de 1993, y el presidente de Gambia, Yaya Jammeh, derrocó a un gobierno electo en 1994.
El presidente de Togo, Gnassingbe Eyadema, se hizo del poder en 1963 y "legitimó" su mandato en unas polémicas elecciones 30 años más tarde.
Los presidentes Matthieu Kerekou, de Benín, Blaise Compaore, de Burkina Faso, y Jerry Rawlings, de Ghana, son todos ellos ex hombres fuertes militares que más tarde resultaron electos como jefes de Estado de sus respectivos países.
En Abuja, los jefes de Estado repitieron anteriores admoniciones a los líderes de las facciones liberianas y diseñaron un nuevo plan de paz que incluye la realización de elecciones en Liberia en marzo próximo, con independencia de que los grupos armados hayan terminado de entregar las armas.
También subrayaron que el acuerdo de paz original, firmado en Abuja en agosto de 1995, mantiene vigentes las líneas maestras del retorno a la normalidad en esa nación de Africa occidental.
Un comunicado emitido al final de la reunión señaló que los jefes de Estado condenaron el golpe militar ocurrido el jueves en Burundi, y exhortaron a las partes en conflicto a practicar "moderación, en interés del pueblo de Burundi".
También expresaron su satisfacción por el "el cambio pacífico de gobierno, a través de procesos electorales, en numerosos Estados miembros", aunque no quedó claro si incluyeron a Níger en ese grupo.
Finalmente postularon la "transformación de Africa occidental en una región de fuertes principios y prácticas democráticas".
En la única referencia a Níger, los líderes de la subregión recordaron que se había informado del surgimiento de actos de violencia durante la realización de una "elección pacífica". Esto podría tomarse como una alusión a las protestas contra el supuesto fraude en las elecciones presidenciales de aquel país.
Tanto las naciones occidentales como algunos comentaristas políticos africanos, han condenado públicamente al hombre fuerte de Níger.
Tal fue el caso del influyente diario nigeriano The Guardian, que dedicó al tema un editorial en el que afirmó que Mainassara "será probablemente recordado como otro más de los soldados africanos hambrientos de poder, que han abortado un proyecto de transición".
Sin embargo, los líderes de Africa occidental no hicieron ninguna crítica de esa naturaleza. Tampoco censuraron a Mainassara por imponer arresto domiciliario a los cuatro candidatos opositores -incluido su predecesor, Mahamane Ousmane-, a quienes sólo liberó el 22 de julio.
Incluso mientras los líderes de la ECOWAS discutían el sábado el caso de Liberia, uno de aquellos cuatro candidatos, Mamadou Issoufou, fue puesto de nuevo bajo arresto domiciliario junto con otros seis miembros de su Partido Nigeriano por la Democracia y el Socialismo. (FIN/IPS/tra-en/oo/ro/kb/arl/ip/96