HABITAT: América Latina recibe sus 10 mandamientos en Estambul

América Latina, 85 por ciento de cuya población será urbana en una década, recoge en la Cumbre de las Ciudades que concluirá el día 14 en Estambul 10 mandamientos para hacer posibles la sobrevivencia y el progreso de esos 500 millones de seres el siglo próximo.

Ese decálogo, preparado por gobiernos y organizaciones de la región, traduce en términos regionales la docena de mandatos desarrollados en el "plan de accion" que adoptará en esta ciudad turca la segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (Hábitat II).

La población urbana del planeta, recuerdan documentos de Naciones Unidas (ONU), es de 2.600 millones de personas actualmente, pero pasará a 3.300 millones en el ano 2005, cuando la humanidad contará con 6.600 millones de personas.

América Latina es la región de más rápida urbanización, pero con retroceso de la vieja asociación entre ese proceso y el mejoramiento de la calidad de vida: hay unos 180 millones de pobres, de los que 115 millones viven en ciudades.

Por eso, los 10 mandamientos que los gobiernos de la región prepararon en Santiago de Chile en noviembre de 1995 y colocaron bajo el paraguas de Hábitat II en Estambul, comienzan estableciendo como primer objetivo la superación de la pobreza.

Como estrategias, los estados se comprometen a promover en sus ciudades soluciones habitacionales, programas de saneamiento y mantenimiento de viviendas y de los servicios que requieren, el acceso al crédito y "subsidios transparentes y eficaces".

El plan de acción Estambul 96, según los borradores que ultimaban negociadores por grupos de países, demanda acciones que favorezcan el mercado de viviendas, el acceso a seguridad sobre tenencia de la tierra, la autoconstrucción, la movilización de los recursos financieros y los subsidios adecuados.

En las organizaciones no gubernamentales (ONG) de América Latina hay reticencia "a la presentación del mercado como único vehículo para proveer vivienda", dijo a IPS el colombiano Alejandro Florian, de la Coalición Internacional para el Hábitat.

ONG de todo el mundo congregaron unos 7.000 activistas en un foro paralelo a la conferencia y, por prinmera vez en el sistema de conferencias cumbre de la ONU, intervendrán formalmente con propuestas desde este lunes en el comité a cargo de la redacción final del plan de acción.

El decálogo latinoamericano ordena luego vincular las políticas de desarrollo económico y el espacio físico de su aplicación, es decir, convertir la ciudad en factor de crecimiento del producto interno bruto y generador de empleo productivo.

Ese mandato es traducción literal del plan de Estambul sobre la integración de políticas urbanas, económicas y de población, y para los latinoamericanos se trata de "asumir la calidad de vida de sus ciudadanos como componente de competitividad".

Estrategias concretas serían una ocupación eficiente del territorio, con una mejor inversión en infraestructura urbana y sin afectar el uso de las tierras más aptas para la agricultura, a tono con la consigna de Estambul para disminuir la migración del campo a la ciudad.

También, aprovechar las ventajas de la complementación y la especialización de las ciudades, con nuevas normas que entre otras parcelas cuiden su patrimonio cultural, histórico y arquitectónico, pues este incide en el fortalecimiento de la identidad ciudadana.

Capítulo aparte, en el plan global y el regional, merece la atención al medio ambiente, con llamados de la agenda de Estambul para crear vida saludable en las ciudades, procurar un uso sostenible de la energía y mejorar los sistemas de transporte.

Una urgencia común a toda América Latina es la del agua potable, de la que carece un tercio de los habitantes de sus ciudades, y de sistemas adecuados de evacuacion de desechos, sobre todo de los tóxicos.

La congestión vial generada por el aumento del parque automotor urbano "debe enfrentarse en forma urgente", porque afecta tanto la productividad como la calidad de vida de la población, según el texto latinoamericano.

La gobernabilidad, entendida como "el desafío de asegurar que los vastos sectores de población que hoy se asientan en las ciudades tengan efectivos espacios de participación y sistemas legítimos de gobierno y delegación de autoridad", es el otro frente de batalla urbano en la región.

Se proponen instancias de coordinación entre ciudades grandes y pequeñas, fortalecimiento de capacidad administrativa, técnica y financiera de los gobiernos locales, y acuerdos de asociacion para tomar decisiones entre los sectores público, privado y ONG.

El plan de acción o agenda de Estambul demanda también que las políticas y estrategias obvien toda discriminación fundada en raza, color, sexo, lengua, religión, opinión política o el origen social o nacional.

Igualmente, pide protección para los grupos de población más vulnerables, como los de extrema pobreza, sin hogar, ancianos, jóvenes, mujeres, niños y migrantes, y programas de prevención de desastres y para la rehabilitación urbana si ocurriesen. (FIN/IPS/hm/ag/pr/96)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe