Brasil se divide en tres "países" muy desiguales, por el Indice de Desarrollo Humano (IDH) medido en un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), divulgado hoy en Brasilia.
En la clasificación general, Brasil ocupa el lugar 63 entre todos los países del mundo, por su IDH promedio de 0,797, muy cercano al 0,8 que indica el inicio del alto desarrollo humano. Canada, con 0,95, es el que más se acerca al IDH máximo de uno.
Pero como campeón de desigualdades, Brasil tiene regiones que podrían estar entre los más ricos. El estado de Rio Grande del Sur, que posee la mejor calidad de vida, presenta un IDH de 0,871. En el otro extremo está Paraiba, con 0,466, un índice comparable al de los países más pobres de Africa.
Entre esos dos "países" se ubican áreas de desarrollo mediano, en términos de expectativa de vida, educación y salud, según el estudio hecho exclusivamente para Brasil por el PNUD, en conjunto con el Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas (IPEA), del Ministerio de Planificación brasileño.
El informe se hizo en base a datos estadísticos oficiales del censo de 1991. Desde entonces se supone que mejoraron varios indicadores, especialmente desde 1994, cuando el Plan Real de estabilización económica logró poner fin a la elevada inflación que corroía los ingresos de los sectores más pobres.
Hace cinco años, por ejemplo, el censo registró 42 millones de brasileños viviendo en la pobreza, es decir sin ingreso suficiente para la sobreviviencia. Esa cantidad seguramente se redujo en los dos últimos años, sostiene el informe.
El gran problema brasileño es la disparidad entre las capas más pobres y ricas. El 20 por ciento más rico concentraba en 1991 prácticamente dos tercios del ingreso total del país, precisamente 65 por ciento, dejando sólo 12 por ciento para la mitad más pobre de toda la población.
Esa desigualdad se agravó en las últimas décadas. En 1960 los más ricos quedaban con 54 por ciento del ingreso y los pobres tenían 18 por ciento.
Si se compara con otros países, queda más clara la inequidad. El 10 por ciento más rico de Brasil gana 30 veces más que el ingreso promedio del 40 por ciento más pobre. Esa relación es de 10 en Argentina y sólo de cinco en los grandes países europeos.
Aunque cuenta con una enseñanza pública reconocidamente pésima, sin embargo cuenta con 3,8 por ciento de su población graduada en universidades, un índice superior al de muchos países de altos IDH.
Brasil mejoró sus condiciones de vida y tiene ahora una buena oportunidad para solucionar gran parte de sus problemas sociales, con la menor presión demográfica, señala el estudio. La tasa de crecimiento poblacional era de sólo 1,9 por ciento en 1991, similar a la de países ricos.
Con eso, la población envejece y se reduce la participación infantil, no productiva y que requiere muchas inversiones.
El informe del PNUD recomienda dar prioridad a educación básica, capacitación de mano de obra, generación de empleos, mejor gestión y combate a la pobreza, con mayor atención a los sectores más pobres. (FIN/IPS/mo/ag/dv/96)
