Cuatro años antes del desastre nuclear de Chernobyl, ocurrido en 1986, un grupo de técnicos argentinos avalaron casi sin oposición la instalación de un basurero atómico en un pueblo del sur de este país.
Pero un decenio después del terrible accidente en Ucrania, las cosas han cambiado en Argentina.
Habitantes de la provincia de Chubut marcharon este lunes hacia la localidad de Gastre, situada 1.800 kilómetros al sur de Buenos Aires, en rechazo de la pretensión del gobierno nacional de instalar allí un repositorio para albergar desechos atómicos del país y de otras regiones de América Latina.
Unas 3.000 personas encabezadas por el gobernador Carlos Maestro se dirigieron por tierra hacia Gastre en una "Peregrinación por la Vida". Desde Puerto Madryn y Trelew, las principales ciudades de Chubut, los manifestantes cubrieron 450 kilómetros para expresar su oposición a la iniciativa del Poder Ejecutivo.
Gastre está ubicada en el corazón de la Patagonia, y en una de las zonas de mayor amplitud térmica del país. En verano la temperatura alcanza los 40 grados centígrados y en invierno cae hasta 30 grados bajo cero. Tiene entre 300 y 400 habitantes.
El repositorio podría localizarse a 60 kilómetros de ese centro urbano, en la Sierra del Medio. Según peritos y geólogos, es zona segura para el entierro de desechos radiactivos.
"Es increíble que a pesar de la nieve, los caminos tan malos y la falta de combustible, la gente, en su mayoría jóven, haya decidido que no puede dejar de ir hasta allí a expresar su oposición al proyecto", declaró éste lunes Héctor Castro, presidente de la fundacion ambientalista Eco Valdés.
Las necesidades fiscales del gobierno apuran la sanción de una ley nuclear que prevé la privatización de las tres centrales atómicas: Atucha I, Atucha II (aún en construcción) y Embalse. El proyecto contempla además la instalación de un basurero, que hasta ahora no existe.
"Quieren que el repositorio sirva no sólo para Argentina, sino para toda América Latina", denunció a IPS Juan Carlos Villalonga, jefe de campaña de Greenpeace en Argentina. Las declaraciones del dirigente ambientalista se basan en recomendaciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica.
Debido a la fuerte presión de los legisladores patagónicos, empujada a su vez por la movilización popular, la Cámara de Diputados aceptó el viernes modificar el artículo de la iniciativa en que se declara que la ubicación del basurero será determinada por una comisión bicameral.
Frente a la amenaza de creación del repositorio nuclear, latente desde 1982, los legisladores de Chubut incorporaron en 1994 a la constitución de la provincia una cláusula que prohibe la "introducción, transporte y depósito de residuos de origen extraprovincial, radioactivos, tóxicos, peligrosos o susceptibles de serlo".
"La instalación del basurero en Chubut es inconstitucional", declaró éste lunes María Julia Alsogaray, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales. "El reclamo de la población es justo y el proyecto no debe aprobarse de manera inconsulta", añadió la funcionaria.
La nueva redacción del proyecto, que será debatido el miércoles por los diputados, establece que la creación de basureros nucleares sólo puede decidirse por ley federal y que ésta no podrá entrar en vigor hasta su ratificación por la provincia destinataria del proyecto.
En 1982, cuando los geólogos evaluaron la capacidad de la Sierra del Medio para albergar los peligrosos residuos radiactivos, la única oposición visible correspondió a las organizaciones ambientalistas.
Pero en los 14 años transcurridos, y con el grave accidente de Chernobyl como punto de inflexión, la conciencia colectiva cambió.
"Los especialistas nos atacan con el tecnicismo, y nosotros sabemos muy poco de eso. Pero entre lo poco que sabemos está el hecho de que ese basurero nos puede perjudicar gravemente", comentó un maestro participante en la caravana.
"Nos quieren invadir el futuro con ésta peligrosa decisión", denunció una joven estudiante que acompañó la marcha sobre Gastre.
"?Quién nos comprará lana de oveja si hacemos aquí el basurero nuclear? ¿Usted compraría un pollo de Chernobyl ?", se preguntaba el poeta y cantante José Larralde, que se sumó a las manifestaciones de sus coprovincianos. (FIN/mv/ff/en/96)