La capital paraguaya amaneció hoy en tensa calma ante la amenaza del hombre fuerte del Ejército, general Lino Oviedo, de levantarse en armas contra la autoridad del presidente Juan Carlos Wasmosy, quien el lunes ordenó su pase a retiro.
Las horas de la madrugada transcurrieron lentas en medio de un reguero de versiones sobre un inminente choque armado entre las tropas que responden al general rebelde y las fuerzas leales al presidente.
La fuerza aérea fue la primera rama castrense en pronunciarse oficialmente sobre los hechos, al ponerse incondicionalmente del lado de la legalidad.
Un portavoz de la fuerza aérea informó que los mandos de la aviación permanecen fieles al presidente y acatan plenamente su autoridad.
Así mismo, la marina se pronunció oficialmente en favor del gobierno legitimamente constituído. Se cree que Wasmosy pasó la noche en una base de la marina.
Wasmosy intimó a Oviedo a deponer la "descabellada" resistencia a su relevo y reclamó a las Fuerzas Armadas acatamiento al orden constitucional.
Oviedo permanece acuartelado en una base del ejército situada en las afueras de Asunción.
Asunción amaneció insomne, aunque tranquilam y el gran dilema que se presentaba a los padres de familia era si enviaban o no a sus hijos al colegio, ante la amenaza de inestabilidad.
El transporte público funcionaba normalmente y los comercios abrieron con puntualidad.
Mientras, una febril actividad se observaba en el Congreso, cuyos miembros exhortaron a la ciudadanía a participar de una manifestación de apoyo al proceso democrático.
El parlamento declaró en la mañana de este martes su apoyo irrestricto a las decisiones tomadas por el presidente en uso legítimo de sus atribuciones constitucionales y confirmó su más "firme rechazo a cualquier intento de subvertir la legalidad democrática".
La crucial ceremonia de trasmisión del mando de Oviedo al general Oscar Rodrigo Díaz Delmás, designado por Wasmosy como nuevo jefe del ejército, estaba prevista para las 16 horas de este martes. (FIN/IPS/ct/ff/ip/96)
